Christel Lamboley - El macartismo o el Temor Rojo

Hasta el discurso de Wheeling, Joseph McCarthy no es más que un senador desconocido. Aunque en 1949 gana notoriedad gracias a sus diatribas contra el comunismo ateo, el público en general no lo conoce. Sin embargo, sus declaraciones en Wheeling lo convierten en el centro de todas las miradas. Inspirado por el padre Edmund Walsh (1885-1956) de la Universidad de Georgetown, McCarthy desarrolla el tema de una cruzada anticomunista y se forja una reputación de orador famoso.

Su razonamiento se basa en extractos de un discurso de Richard Nixon, y vuelve a usar los temas de la debilidad de los Estados Unidos frente al comunismo y a la URSS, así como el de la traición de las élites. Blandiendo una hoja de papel, McCarthy lanza una violenta acusación contra el Departamento de Estado mediante la siguiente declaración: «Tengo aquí […] una lista con 205 nombres, transmitida al secretario de Estado, de miembros del Partido Comunista que, a pesar de todo, aún siguen trabajando en el Departamento de Estado e influyen en su política» (ib., 31-32). Su discurso, repetido por los periodistas en la radio y en la prensa, tiene un impacto considerable, y marca el punto de partida del macartismo. Durante cuatro años, una tensión constante y un sentimiento de temor se extienden por las administraciones públicas y privadas, los medios, el mundo del cine y las universidades, hasta el punto en que toda la sociedad estadounidense se ve afectada.

Entonces, con el fin de investigar las acusaciones de McCarthy, la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado crea una subcomisión formada por cinco miembros y presidida por Millard Tydings (1890-1961), senador demócrata del estado de Maryland. Del 8 de marzo al 14 de julio de 1950 se celebran audiencias en las que el senador se ve obligado a precisar sus declaraciones y da nueve nombres, convirtiéndose en protagonista. Ante el rechazo de todas sus acusaciones por falta de pruebas, Tydings decide apostar más fuerte y el 21 de marzo dice que va a «desenmascarar al principal agente ruso, el jefe de Alger Hiss» (Hubert 1995, 30). Entonces, sus acusaciones se dirigen hacia Owen Lattimore (1900-1989), profesor de la Universidad Johns Hopkins y especialista en el Lejano Oriente, al que considera responsable de la pérdida de China. Lattimore, que fue asesor de Chiang Kai-shek en 1941 y 1942, critica al estadista chino, pues lo considera corrupto, y quiere que los Estados Unidos reconozcan el papel positivo de los comunistas para la integridad nacional china. Tras las acusaciones de McCarthy, la reputación de Lattimore queda muy perjudicada.

Sin embargo, la Comisión Tydings acaba absolviendo a los acusados por McCarthy. El 14 de julio de 1950 el informe de la comisión, adoptado únicamente por los demócratas, acusa a McCarthy de «engaño y fraude» (Toinet 1984, 35). Sin embargo, este informe no basta para detener la maquinaria que está en movimiento. Las audiencias de la comisión acercan a los republicanos conservadores alrededor del senador y le aseguran una publicidad considerable. Además, el inicio de la guerra de Corea, el 25 de junio de 1950, reaviva la controversia.

La guerra de Corea comienza en junio de 1950, cuando las tropas comunistas norcoreanas dirigidas por Kim II-sung (mariscal y estadista coreano, 1912-1994) traspasan el paralelo 38 e invaden Corea del Sur. En ese momento, los Estados Unidos toman el mando de una fuerza de las Naciones Unidas para expulsar a los comunistas y se embarcan en la primera «guerra caliente» contra el comunismo. En otoño del mismo año los estadounidenses, dirigidos por el general MacArthur, llevan a cabo una ofensiva más allá del paralelo 38, que China contrarresta. En ese momento, el frente se estabiliza alrededor de la frontera, y en la primavera de 1951 se producen negociaciones que conducen a la firma de un armisticio el 27 de julio de 1953.

Para McCarthy, ha llegado el momento de formular nuevas acusaciones. Esta vez, todo el Gobierno Truman se ve afectado por la investigación. Dean Acheson (1893-1971), secretario de Estado, George Marshall, secretario de Defensa, y el mismo Truman son acusados de ser comunistas y traidores. El senador basa sus denuncias en el hecho de que, en enero de 1950, Dean Acheson declaró a la prensa que si se producía una guerra en Corea los Estados Unidos no intervendrían. McCarthy ve este hecho como una traición de las élites e incluso dará a Dean Acheson el apodo de «the Red Dean» («el decano rojo»), acusándolo de tener «las manos manchadas de sangre de [sus] hijos [enviados] a Corea» (ib., 62). En efecto, el balance de la guerra es desastroso para los Estados Unidos, que lamentan la pérdida de 54 000 hombres. Sin embargo, habría podido ser peor, ya que MacArthur está a punto de recurrir al arma nuclear antes de ser destituido por Truman que, a causa de esta decisión, será acusado de ser demasiado blando e indulgente con los comunistas. En cuanto al general Marshall, McCarthy lo considera «incapaz de cumplir con los deberes de su cargo» (ib., 62). Finalmente, las acusaciones lo harán dimitir en septiembre de 1951, y McCarthy parecerá todopoderoso.

Mientras se acusa al Departamento de Estado y a los especialistas de Asia de ser traidores comunistas, en diciembre de 1950 el Senado crea la comisión antisubversiva SISS (Senate Internal Security Subcommittee). En un primer momento, está encabezada por el senador de Nevada Patrick McCarran (1876-1954), y continúa con las investigaciones sobre Owen Lattimore y John Stewart Service (1909-1999), un diplomático estadounidense establecido en China que había pronosticado la derrota de Chiang Kai-shek. Después de la investigación, la SISS considera que Service es una amenaza para la seguridad, y en diciembre de 1951 es destituido del Departamento de Estado. Durante los años siguientes, las consecuencias de la represión de los especialistas de China y del Lejano Oriente serán muy numerosas. Según la historiadora Marie-Jeanne Rossignol, en la división oriental del Departamento de Estado ya solamente quedan «no especialistas, paralizados de antemano frente a la idea de dar una opinión original, [lo que explicaría en parte] los errores de juicio que llevarán […] a la guerra de Vietnam» (Perrier 1995, 33).

Después de las fuertes críticas de McCarthy, Truman decide no volverse a presentar a las elecciones de 1952 y se retira de la vida política. Eisenhower le sucederá en el cargo y, frente al proyecto de containment de Truman, presenta el rollback, es decir, la represión de los comunistas de los países oprimidos por la URSS. Asimismo, Eisenhower reafirma la necesidad de continuar la lucha contra el comunismo en el interior del país, con lo que apoya la cruzada anticomunista de McCarthy. Sin embargo, el presidente tiene poca simpatía por el que atacó al general Marshall y, una vez elegido, lo evita y no responde a sus ataques.

McCarthy se convierte en presidente de la Subcomisión Permanente de Investigaciones del Senado (Senate Permanent Subcommittee on Investigation, o PSI) tras el inicio de su segundo mandato como senador en 1953. Nombra como asesor principal a Roy Cohn (1927-1986), que fue fiscal adjunto en el proceso del matrimonio Rosenberg, y como asesor jurídico a Robert Kennedy (1925-1968). Hasta 1953, sus investigaciones se centran en los asuntos de fraude, pero también en los crímenes de guerra cometidos durante la guerra de Corea. Los senadores republicanos, que empiezan a temer los excesos de McCarthy y que no se fían de él, piensan haberlo «colocado […] allí donde no podrá causar ningún daño» (Fried 1991, 134).

Entre 1953 y 1954, la comisión se centra en las instituciones gubernamentales y realiza 169 audiencias y 653 interrogatorios. El primer servicio afectado es la Voz de América o Voice of America (VOA), encargado de la difusión internacional por radio y televisión del Gobierno estadounidense: se lleva a cabo una investigación en el mismo, sobre la influencia comunista. El personal del VOA es acusado ante las cámaras de televisión y, aunque los empleados quedan libres de cargos, las insinuaciones de McCarthy empujan al suicidio a un ingeniero.