Christian Gálvez - Leonardo da Vinci —cara a cara—

Antonia Kerrigan, mi agente. Siempre confía, siempre ve el vaso medio lleno. Giorgio Vasari nunca contaría mejor que ella las virtudes de sus escritores.

Gonzalo Albert Bitaubé, mi editor. El editor que siempre quise tener. El editor que siempre querré tener. Lorenzo de Médici temblaría si tuviera a un mecenas como Gonzalo en su Florencia.

María Emegé, la primera compañera de viaje. La primera que se ilusionó y la última que abandonaría el barco. Verrocchio hubiera dejado los pinceles si la hubiera visto trabajar.

Equipo de Penguin Random House (Suma de letras y Aguilar) por confiar en un proyecto tan diferente, tan difícil, tan comprometido. Brunelleschi dejaría el encargo de la cúpula de Santa Maria del Fiore en sus manos.

INGLATERRA

Ross King, por enseñarme que la generosidad existe en el ámbito académico. Por ser el primero en confiar en un loco como yo y por mostrarme el camino correcto: los investigadores no deben restarse, se deben sumar unos a otros.

Martin Kemp, por invertir parte de su seguro escaso tiempo en alguien que no conoce, confiando en que lo que se publique esté a la altura del propio Leonardo.

ITALIA

Nicola Barbatelli, por su amabilidad en Nápoles. Por hacer de su Tavola Lucana mi Tavola Lucana. Por ser apasionado.

Alessandro Vezzosi, Agnese Sabato y Laura Correggioli, del Museo Ideale Leonardo da Vinci, por no dejar que desaparezca el legado de esa gran fuente de inspiración que es Leonardo.

Giovanni Saccani, de la Biblioteca Real de Turín, por creer en lo que hace. Por defender el tesoro de Leonardo, por su tiempo y por su sinceridad.

Mario Taddei, por creer en la pasión. Por arrancar la pátina de genialidad de Leonardo y enseñarnos a un niño que no deja de aprender.

Carlo Vecce, por arrojar un poco de luz en sus mails.

Elena Mantovani, de la Embajada Italiana en España, por estar siempre dispuesta a ayudar, aun cuando la situación se pueda escapar de las manos.

ESPAÑA

José Enrique Ruiz Domenec, por enseñarme a ver la importancia de los pequeños detalles.

Francisco Etxeberria, por enseñarme que la palabra «pertinente» es algo más que un «me gusta». Por creer que la ciencia y la curiosidad tienen mucho que mostrar.

José Antonio Lorente Acosta, por permitirme entrar en su grupo. Por considerar que mi trabajo es digno.

Vicente Calatayud Maldonado, por enseñarme las diferencias entre los errores y los aciertos.

Manel Gorina Faz, por verificar que la intuición te indica el camino correcto.

David Zurdo, alguien que no tiene prejuicios a la hora de juzgar una obra. Hay esperanza.

Julio Marvizón Preney, Turín es testigo del inicio de esta amistad.

Clara Tahoces, no es la primera vez que se ofrece estar a mi lado. Espero que no sea la última.

Nacho Abad, alguien quien, a pesar de la distancia, no duda en estar a tu lado, aunque sea al otro lado del teléfono.

Margarita Becedas-González, directora de la Biblioteca General Histórica y Jerónimo Ángel Hernandez de Castro, jefe de Protocolo, ambos de la Universidad de Salamanca. Personas con las que uno podría pasar horas sumergido entre las páginas de la historia.

Ana Santos Aramburo, María Eugenia Medellina, Teresa Mezquita, Carlos Alberdi, Javier Docampo, Sergio Martinez y todo el equipo de la Biblioteca Nacional de España, por confiar en que este trabajo sea digno de ser presentado en un sitio tan importante para mí.

Juan Manuel García López, Jose Diego de Alba González y José Félix Pernía Ruiz, de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil. La palabra «pasión» se queda pequeña para describir al Cuerpo, y aún más para describir a estos tres amigos. Les debo más de lo que creen.

Piero Capponi, Angela Buccirossi, Ilaria Trezza, Susana García Zapatero, Isabel Escribano, Lucía Sesma y David Paradela, el equipo de traductores que han colaborado conmigo haciendo fácil lo que se antojaba a priori imposible.

Javier Olmos, porque cuatro ojos ven más que dos. Solo que los suyos ven a través de las paredes.

Iñaki Nieva, si hubiera vivido en el Renacimiento, Michelangelo no habría tenido trabajo.

José Manuel Nieves, un socio. Un amigo. Su cabeza es toda ciencia. Su corazón, todo sentimiento.

José Manuel Querol, mi profesor, mi amigo. Antes me evaluaba, creo que ahora me admira. Antes le evaluaba yo a él, pero ahora seguro le admiro.

Mis padres. Creo que aún no terminan de entender mi obsesión, pero ayudan más de lo creen.

Mi hermana Aïnhoa, porque celebra cada pequeña victoria mía como si fuera suya.

Almudena. Porque sin saber yo dónde voy, ella sabe perfectamente hacia dónde me dirijo.

El deseo de saber es natural en los hombres buenos.

LEONARDO DA VINCI

H emos reunido todas las obras que, a nuestro juicio, pueden aportar en mayor o menor medida información relativa al universo de Leonardo y hemos dejado a un lado los títulos mencionados en las notas sobre otros artistas para facilitar al lector la consulta bibliográfica, teniendo en cuenta no solo su imaginario, sino también la época y los entornos en los que se movieron él o su obra. En el caso de que exista la versión traducida al castellano, se preferirá esta como mejor opción. Asimismo, no se reseñará la primera edición, sino que se recogerá la edición utilizada como fuente bibliográfica.

Obras en español

Arrechea, Julio (2006); Leonardo da Vinci: artista, físico, inventor, Madrid, Libsa.

Atalay, Bülen (2008); Las matemáticas y la Mona Lisa, Córdoba, Almuzara.

Baima Bollone, Pierluigi (2009); El misterio de la Sábana Santa, Madrid, Algaida.

Brion, Marcel (2002); Leonardo da Vinci, la encarnación del genio, Buenos Aires, Ediciones B.

Buck, Stephanie, y Hohenstatt, Peter (2007); Grandes maestros del arte italiano: Rafael, Barcelona, h. f. ullmann.

Camacho, Jorge (2008); El erotismo profanatorio de la santa Ana de Leonardo, Granada, Point de Lunettes.

Capra, Fritjof (2008); La ciencia de Leonardo, Barcelona, Anagrama.

Cid Rodríguez, José María (2010); Leonardo da Vinci, dibujo y escritura en espejo en los manuscritos, Madrid, Quiasmo Editorial.

Davis, Robert C., y Lindsmith, Beth (2011); Vidas del Renacimiento. Los personajes que ilustraron la Edad Moderna, Madrid, Lunwerg, S. L.

Espejo, José Luis (2010); El viaje secreto de Leonardo da Vinci, Barcelona, Base.

— (2012); Los mensajes ocultos de Leonardo da Vinci, Barcelona, Base.

Figueruelo, Mabel (2006); ¿De qué se ríe la Mona Lisa?, Madrid, Espasa.

Fitzroy, Charles (2014); La Florencia del Renacimiento por cinco florines al día, Madrid, Akal.

Frattini, Eric (2010); Los papas y el sexo, Madrid, Espasa.

Fregolent, Alessandra (2003); Leonardo, el hombre universal, Madrid, Témpora.

Freud, Sigmund (2010); Psicoanálisis del arte, Madrid, Alianza Editorial.

Friedenthal, Richard (1961); Leonardo, biografía ilustrada, Barcelona, Destino.

Gálvez, Christian (2013); Tienes talento, Barcelona, Alienta.

García Melero, José Enrique, y Urquízar Herrera, Antonio (2014); Historia del arte moderno: Renacimiento, Madrid, Editorial Centro de Estudios Ramón Areces.

Gayford, Martin (2014); Miguel Ángel, una vida épica, Madrid, Taurus.

Gelb, Michael J. (2008); Atrévase a pensar como Leonardo da Vinci, Madrid, Punto de Lectura, 2008.

Gombrich, E. H. (2013); Lo que nos cuentan las imágenes, Barcelona, Elba.

Haziel, Vittoria (2007); La pasión según Leonardo da Vinci, Madrid, Aguilar.

Hohenstatt, Peter (2007); Leonardo da Vinci, Barcelona, h. f. ullmann.

Ibáñez Martínez, Pedro Miguel (2012);