Quentin Convard - La Ley Seca

George Remus nace en Alemania en 1874, y a los 5 años emigra con su familia a Estados Unidos. En su adolescencia, trabaja en una farmacia para satisfacer las necesidades de su familia, puesto que su padre ya no puede trabajar. A los 19 años compra la farmacia en la que trabaja y la revende cinco años más tarde. Cuando se cansa de esta profesión, se convierte en abogado penalista; entre sus clientes se encuentran varias figuras de la mafia de la época, como Johnny Torrio (1882-1957).

Cuando se ratifica la Enmienda XVIII, George Remus se da cuenta de que puede obtener un interesante beneficio. Entonces se muda a Cincinnati con el objetivo de comprar una destilería, ya que allí se concentran el 80 % de estas. Su plan consiste en fabricar whisky, oficialmente con fines farmacéuticos. Al mismo tiempo, abre varias farmacias que sirven para hacer circular el alcohol producido. Cuando uno de sus establecimientos se vuelve demasiado visible y corre el riesgo de llamar la atención, lo cierra y abre otro, convirtiéndose así en uno de los bootleggers (contrabandistas de alcohol) más audaces de su generación. Evidentemente, el alcohol apenas se utiliza con fines farmacéuticos, sino que se vende a bares clandestinos a 80 dólares la caja de 12 litros. Tres años más tarde, su fortuna se eleva a los 40 millones de dólares.

Remus desea llegar más lejos, y por eso se asocia con George Conners, al que le encarga la venta del whisky, y con un empleado de American Express, Harry Straton, que se vale de su empresa para enviar cajas de alcohol a todo el territorio estadounidense. Sin embargo, se descubre el negocio y George Remus se ve obligado a cambiar de táctica: manda construir la Death Valley Farm —una granja en el Valle de la Muerte—, una destilería oculta en una granja con aspecto de fortaleza. Además de este campo fortificado, pone en marcha una red de camiones blindados para entregar sus reservas por todo el país. Con el fin de garantizarse la lealtad de sus chóferes, George Remus les ofrece un buen salario, alojamiento, comida y whisky. También realiza importantes sobornos a las autoridades para que cierren los ojos a su tráfico.

Sin embargo, en 1925 es desenmascarado y condenado a dos años de cárcel por contrabando de alcohol. Dos años después, su mujer Imogene le pide el divorcio tras estafarle con un policía corrupto. Cuando esta acude al tribunal para el veredicto, George Remus le dispara en el abdomen. Alega locura y solo se enfrenta a una breve pena en un instituto especializado.

Acaba sus días humildemente en Kentucky, donde fallece en 1952.

¿Sabías que…?

Algunos creen que George Remus sirvió de inspiración a Francis Scott Fitzgerald (novelista estadounidense, 1896-1940) para crear al personaje de Jay Gatsby, la figura central de la novela El gran Gatsby (1925).

Al Capone, apodado Scarface («cara cortada») debido a una cicatriz en la mejilla izquierda, es uno de los gánsteres más célebres de la historia estadounidense. Hijo de inmigrantes napolitanos, nace en 1899 y crece en Brooklyn. Aunque se le considera un buen alumno, su destino da un vuelco cuando, a los 14 años, agrede a uno de sus profesores. A los 20 años se convierte en el protegido del mafioso Johnny Torrio, su vecino en Nueva York. Poco tiempo después, se une a la banda Five Pointers y obtiene el puesto de portero en un bar del bandido local Frankie Yale (1893-1928).

En 1918 se casa con una mujer de origen irlandés, Mae Coughlin (1897-1986), y se muda de Nueva York a Baltimore con la idea de comenzar a trabajar en un empleo más respetable, el de contable. Pero su nueva carrera dura poco ya que, a partir de 1920, vuelve junto a Johnny Torrio a Chicago y asciende puestos en su organización hasta convertirse en su principal socio.

Cinco años después, cuando acaba de salvarse de un intento de asesinato orquestado por gente próxima a Charles Dean O’Banion (mafioso irlando-estadounidense, 1892-1924), Johnny Torrio decide retirarse a Italia, dejando atrás un imperio estimado en varios cientos de millones de dólares. Entonces, Al Capone es el único líder de la organización y, en los años veinte, libra una lucha sin cuartel contra su competencia directa, Bugs Moran (1896-1957) y Hymie Weiss (1898-1926), transformando Chicago en la capital del crimen. A lo largo de todos estos años amasa una colosal fortuna gracias a sus numerosos bares clandestinos, a sus prostíbulos y a sus pocos establecimientos legales (carnicerías y pescaderías). Al mismo tiempo, organiza un gigantesco sistema de extorsión e intimidación; a menudo, los establecimientos que se niegan a comprarle alcohol sufren atentados con bomba. No obstante, aunque el gánster acumula mucho dinero, también debe enfrentarse a numerosos gastos, como los derivados de la corrupción policial.

Sin embargo, la matanza de San Valentín que él mismo orquesta empaña a ojos de la población su imagen de ladrón con gran corazón que se burla de las autoridades. Aunque después de los hechos se enfrenta a una pena de un año de cárcel por tenencia ilícita de armas, en realidad se trata de un arresto convenido con el fin de tranquilizar a la opinión pública, que ahora lo ve como un peligroso asesino, pero también con el objetivo de proteger a sus rivales.

La matanza de San Valentín

El 14 de febrero de 1929, en Chicago, la banda italiana de Al Capone ataca a la irlandesa de Bugs Moran. Al Capone, que en ese momento se encuentra de vacaciones en Florida, es el impulsor de este ataque que le cuesta la vida a cinco miembros y a dos socios de la banda irlandesa.

Ese día, Al Capone le pide a Jack «Metralleta» McGurn (1902-1936) que lleve a sus rivales a un garaje de Chicago. Una vez allí, hombres disfrazados de policías les desarman y los ponen contra la pared antes de fusilarlos. En total, después de los hechos se encuentran setenta casquillos. La matanza de San Valentín se considera el último episodio de la guerra de bandas de Chicago.

A pesar de las muchas acusaciones que pesan sobre Al Capone, la policía no logra demostrar su culpabilidad. Sin embargo, tras una larga investigación en sus finanzas, el 24 de octubre de 1931 es condenado a once años de prisión por evasión fiscal. Padece sífilis desde hace mucho tiempo, y su estado de salud empeora en la cárcel. En 1939 es puesto en libertad bajo fianza, y fallece en 1947 víctima de una parada cardíaca tras pasar tres días en coma.

Desde la época colonial, el consumo de alcohol es un sujeto espinoso en Estados Unidos. La bebida está omnipresente en el país, y se consume en los saloons, lugares de encuentro muy importantes para la sociedad estadounidense que abundan antes de la Ley Seca —hay un saloon por cada 300 habitantes—. A partir del siglo XIX, son varias las voces del bando puritano que se elevan contra sus prácticas y, en 1830, se asiste a la aparición de diversas ideas políticas a nivel local que instan a moderar el consumo de alcohol, como las de dos políticos de Maine, James Appleton (1786-1862) y Neal Dow (1804-1897). Este último, de hecho, convierte Portland en la primera ciudad «seca» de Estados Unidos en 1840 y es el padre de la Ley Seca, aunque sus motivaciones estaban sobre todo guiadas por un rechazo hacia los inmigrantes, muchos de los cuales tenían saloons o eran vendedores de alcohol.

A continuación, varios estados y ciudades deciden prohibir el alcohol en la década de 1850. No obstante, el movimiento se esfuma rápidamente en todos los estados excepto en el de Maine, que mantiene vigente esta prohibición entre 1851 y 1856. Después de la guerra civil (1861-1865), son las mujeres las que retoman la protesta. Siguiendo el ejemplo de Dioclesian Lewis (1823-1886), un predicador que acostumbraba a acudir a tabernas para rezar entre los consumidores, Eliza Thompson (1816-1905), hija del gobernador de Ohio Allen Trimble (1783-1870), canta junto a otras mujeres de clase media himnos en lugares de venta de alcohol y reza por su cierre. En algunos casos logran su cometido, pero el movimiento acaba fracasando y los establecimientos que habían cerrado vuelven a abrir sus puertas. Entre 1860 y 1870, otros activistas intentan reavivar sin mucho éxito la llama de la Ley Seca. Pero la situación cambia en 1874: aparece un movimiento feminista a favor de la templanza llamado Women’s Christian Temperance Union (WCTU, «Unión Cristiana de Mujeres por la Templanza»).