Quentin Convard - Kennedy

• ¿Nacimiento? El 29 de mayo de 1917, en Brookline (Massachusetts)
• ¿Muerte? El 22 de noviembre de 1963 en Dallas (Texas)
• ¿Partido político? El Partido Demócrata
• ¿Fecha de la elección? En 8 de noviembre de 1960
• ¿Duración del mandato? Dos años, diez meses y dos días
• ¿Principales aportaciones?
  • El programa espacial
  • La lucha contra el comunismo
  • El programa New Frontier («Nueva Frontera»)
  • El Cuerpo de Paz

John F. Kennedy es considerado, especialmente junto a Abraham Lincoln (1809-1865) y Franklin Roosevelt (1882-1945), uno de los presidentes estadounidenses más importantes. Sin embargo, está lejos de haber contribuido a la evolución de su país como hicieron estos dos prestigiosos predecesores. Feroz adversario del comunismo, su mandato está marcado principalmente por el contexto de la Guerra Fría (1945-1990) y por los sobresaltos que conlleva este conflicto. Sus iniciativas en materia de política exterior evidencian rápidamente los límites del presidente más joven de los Estados Unidos.

Su popularidad, que le lleva a ser considerado uno de los presidentes más queridos del país, se debe tanto a su brutal asesinato como a su encanto y a la mitología que rodea a Kennedy y a su clan. Si echamos la vista atrás, vemos que John Fitzgerald Kennedy aparece como una figura pública más que como un hombre de Estado. Sin embargo, está destinado desde una edad temprana a cargos de responsabilidad, respondiendo así a la ambición de su padre, un político indolente que a menudo privilegia la forma en detrimento del fondo. Su hábil uso de los medios de comunicación, su humor, su facilidad retórica y, sobre todo, el poder financiero de su padre, le permiten a John Fitzgerald Kennedy construir un mito en torno a su persona, un mito que se prolonga cuando se casa con Jackie. Pero no deja de ser un político formidable, con una elevada consideración de su papel y que personifica las esperanzas de los años sesenta. Es el espejo de las aspiraciones de los estadounidenses, reflejando no lo que estos son realmente, sino lo que desearían ser.

John F. Kennedy nace en 1917 en una familia rica de Boston, los Kennedy, un poderoso clan formado por self-made-men que viven por y para el honor de su dinastía. Su abuelo paterno, Patrick Joseph Kennedy (1858-1929), es una figura clave en la región, mientras que su padre, Joseph Patrick Kennedy (1888-1969), asienta el dominio del clan en la ciudad y lo amplía a todo el país. Este último, diplomado en Harvard e impaciente por enriquecerse, entra en el mundo de las finanzas y, con 25 años, se convierte en el jefe de banco más joven, acumulando su primer millón antes de llegar a la treintena. En 1914, se casa con Rose Fitzgerald (1890-1995), hija de un notable católico de Boston. Juntos tienen nueve hijos, siendo John F. Kennedy el segundo.

Joseph P. Kennedy es un patriarca omnisciente, que sigue consolidando su poder con el dinero más que con la política. Tanto es así que no duda en reunirse con la mafia e importar whisky durante la Ley Seca (1920-1933). Asegurando haber previsto el crack de 1929, gana varios millones de dólares especulando en la bolsa con talento. A continuación, se lanza a la industria del cine y, en la segunda mitad de los años cincuenta, figura en la lista de los 20 estadounidenses más ricos según la revista Fortune.

El clan Kennedy, foto de 1931.

En este peculiar hogar, a la vez sofocante y tranquilizador, evoluciona John, al que todo el mundo llama «Jack». Un hogar donde el padre, a menudo ausente, es el cabeza de familia, obligando a Rose a procurar que se respete la voluntad de su marido. El objetivo que debe guiar a los niños es hacer brillar el nombre de la familia. Aunque sus hermanos se someten a los dictámenes de este padre cesariano, John se desmarca. Es desordenado, suele llegar tarde y a menudo discute con su madre sobre temas como la disciplina y la religión.

Pero su infancia está marcada sobre todo por problemas de salud. A los dos años y medio de edad padece escarlatina. Pero la influencia política de su abuelo le permite ser hospitalizado en uno de los mejores hospitales de Boston y sobrevivir así a esta epidemia, que provoca la muerte a cientos de niños en el área metropolitana. Asma, anomalías sanguíneas, problemas de visión, mala audición… John no se libra de nada. Pero son sus problemas de espalda, probablemente relacionados con la enfermedad de Addison que padece, los que le hacen sufrir más y le obligan, ya de adulto, a llevar un corsé y a someterse a muchas y delicadas operaciones.

A los 14 años, John se aleja de su familia. Hasta los 18 años estudia en el internado Choate Rosemary Hall (Connecticut), un instituto privado. A pesar de faltar mucho debido a su enfermedad, enseguida se hace popular y destaca más por su encanto y su humor que por sus resultados académicos, aunque brilla en literatura e historia. En 1935, el joven se libera aún más del yugo familiar al acudir durante algunas semanas a la universidad de Princeton en vez de a Harvard, preferida por los hombres del clan Kennedy. Pero después de una nueva hospitalización regresa a Boston y, en el otoño de 1936, su padre lo hace volver a entrar en razón inscribiéndolo en Harvard, donde se le considera un estudiante brillante a pesar de su falta de disciplina.

En diciembre de 1937, Joseph Kennedy, cercano al presidente Roosevelt, es nombrado embajador en Londres, uno de los cargos más importantes y prestigiosos de la diplomacia estadounidense. Para cumplir su misión, el conocido como «señor embajador» se vale de sus fondos personales para contratar a un equipo colosal. La familia va de un acto a otro, seduciendo tanto a la aristocracia británica como a la prensa.

En esta turbulenta época de la historia, John se encuentra en una posición privilegiada y no duda en ayudar a su padre en su misión durante las vacaciones de verano. Unos meses más tarde, él y su hermano mayor, «Joe» Kennedy (1915-1944), se instalan en la embajada como secretarios sin sueldo. Pero la forma en que Joseph Kennedy gestiona la crisis que sacude Europa empieza a molestar al otro lado del Atlántico. Joseph Kennedy, partidario de una política conciliatoria hacia la Alemania nazi, se gana la hostilidad de la clase política británica y del Departamento de Estado de los Estados Unidos. Por miedo a los bombardeos, el padre envía a su familia de vuelta a los Estados Unidos en 1940 y dimite para hacer campaña contra la entrada en guerra de su país. Esto acaba con su ascenso político.

Entonces, John F. Kennedy vuelve a Harvard y dedica su tesis a la falta de preparación militar británica ante el fuerte armamento de Alemania. Sus profesores consideran que el trabajo es superficial e incompleto, y obtiene un aprobado. Pero su padre, lejos de opinar lo mismo, convence a su hijo para que lo convierta en un libro titulado Why England Slept («¿Por qué se durmió Inglaterra?»). Impulsado por los elogios de la prensa, el libro se vende bien y le permite al joven diplomado darse a conocer.

Después de un romance con Inga Arvad (1913-1973), una periodista danesa sospechosa de ser una espía nazi, John F. Kennedy es ascendido al rango de teniente en 1943 y es destinado a una escuadrilla de torpederos. En agosto del mismo año, mientras que está al mando de un buque encargado de interceptar un convoy japonés, hunden su barco. Nada durante varias horas con otros supervivientes hasta llegar a otra isla con el fin de encontrar ayuda. Su padre difunde la historia, intentando convertir a su hijo en un héroe. Al mismo tiempo, su hermano mayor, Joe, se ofrece como voluntario para una misión peligrosa de la que no saldrá vivo. Entonces, John F. Kennedy se convierte a ojos de su padre en el nuevo hijo pródigo, el que debe hacer carrera en política.