¿Cuántos bancos regentaron los Rato durante la dictadura? ¿Por qué acabó en la cárcel el padre del vicepresidente del gobierno? ¿Cómo fue indultado por Franco? ¿Cuánto dinero trasladó a Suiza y Bélgica sin permiso del Banco de España? ¿Por qué Rumasa nunca volverá a manos de Ruiz Mateos bajo el gobierno del PP? ¿Mantiene la familia negocios privados de alguna índole con empresas públicas o relacionadas con la Administración?
A partir de numerosas entrevistas individuales y de una minuciosa investigación de sumarios judiciales e informes policiales desconocidos hasta hoy, Ramón Tijeras contesta a estas y otras muchas preguntas sobre el origen político, económico y familiar de una de las personalidades más influyentes de la actualidad.
El libro relata los antecedentes políticos de Rodrigo Rato, bucea en los «oscuros» affaires de su padre, reconstruye en forma de thriller el proceso que acabó con él y con el hermano del vicepresidente en prisión, disecciona la saga Rato-Figaredo desde finales del siglo XVIII hasta hoy, siempre inmersa en tramas y negocios vinculados al poder, hasta centrarse, por fin, en los negocios actuales del clan. Una obra escrita con agilidad y rigor, que nos revela claves desconocidas de un personaje controvertido y polémico en plena batalla por la sucesión.
Ramón Tijeras
Los Rato (1795-2002)
ePub r1.0
Titivillus 21.04.15
Título original: Los Rato (1795-2002)
Ramón Tijeras, 2003
Editor digital: Titivillus
ePub base r1.2
Notas
[1] Grobel, Lawrence, Conversaciones íntimas con Truman Capote, Anagrama, Barcelona, 1986. La biografía de Clark sobre Capote está publicada en España desde 1989 por Ediciones B, traducida por Víctor Pozanco.
[1] Propuesta elevada al Consejo de Ministros y firmada por el entonces ministro de Hacienda Juan José Espinosa San Martin, bajo el título de «Protección a los depositantes de los Bancos de Siero, Murciano y de Medina, que han suspendido sus actividades», en la que se hacía referencia a la necesidad de acudir en ayuda de los depositantes que se vieron afectados por la suspensión de pagos de dichas entidades.
[2] Actas del Consejo de Ministros del 28 de noviembre de 1966.
[3] García López, José Ramón, Los comerciantes banqueros en el sistema bancario español. Estudio de casas de banca asturianas en el siglo XIX, capítulo V: «Un comerciante banquero de ámbito local: Gregorio Vigil-Escalera, de Pola de Siero», Universidad de Oviedo, 1987.
[4] Todo ello quedó inscrito en el asiento 842, folio 158, tomo 12 del Registro Mercantil de Asturias el 16 de septiembre de 1953.
[5] La ampliación se realiza mediante la puesta en circulación de 3000 nuevas acciones de mil pesetas cada una. Ramón Rato suscribió 1199 acciones por su valor nominal de 1 199 000 pesetas, más la prima correspondiente. Se le adjudicaron las acciones número 3001 al 4199, ambos inclusive. La mujer de Rato, Aurora Figaredo y Sela, suscribió 999 acciones por su valor nominal de 999 000 pesetas, más la prima correspondiente. Se le adjudicaron las acciones del 4200 al 5198, ambos inclusive. El capital resultante de la sociedad ascendió a seis millones de pesetas el 6 de febrero de 1957. Catalina Vigil-Escalera Fernández suscribió 134 acciones por su valor nominal de 134 000 pesetas, más la prima correspondiente. Se le adjudicaron las acciones 5199 al 5332, ambos inclusive. José Vigil-Escalera Fernández suscribió 133 acciones por su valor nominal de 133 000 pesetas, más la prima correspondiente. Se le adjudicaron las acciones del 5333 al 5465, ambos inclusive. Manuela, María Antonia, María del Rosario, María de los Dolores, Juan y Alberto Vigil-Escalera Canosa y Alberta Canosa Andrade suscribieron 267 acciones por su valor nominal de 267 000 pesetas, más la prima correspondiente. Se les adjudicaron las acciones del 5466 al 5732, ambos inclusive. Asunción, Catalina, Braulia, María de la Concepción, Carolina, Ramón, Adolfo Andrés Vigil-Escalera Muñiz, Catalina Vigil-Escalera Pérez suscribieron 277 por su valor nominal de 277 000 pesetas, más la prima correspondiente. Se le adjudicaron las acciones del 5733 al 5999, ambos inclusive. Francisco Corripio Rivero suscribió una acción por su valor nominal de mil pesetas, más la prima correspondiente. Se le adjudicó la acción número 6000.
[6] Las anotaciones del Registro Mercantil revelaban igualmente que por aquella época el Banco de Siero mantenía un pleito contra Francisco Herrera Oria en el Juzgado de Primera Instancia número 25 de Madrid.
[7] La suspensión de pagos del Banco de Siero se produce en virtud de los mandamientos librados en Oviedo el 24 de diciembre de 1966 por el magistrado juez de Primera Instancia número 2 de Oviedo, César Álvarez Uñera Uría, con el refrendo del secretario, cumplimentando el exhorto del Juzgado de Primera Instancia de Pola de Siero.
[8] El 12 de junio de 1967 se procedió al cese de la intervención judicial. El expediente de suspensión de pagos fue tramitado en el Juzgado de Primera Instancia de Pola de Siero por el juez Francisco Tuero Bertrand, magistrado juez especial designado por el Tribunal Supremo. El secretario fue Manuel Juan Bautista Menéndez de Llano y Rodríguez, titular del Juzgado de Primera Instancia de Grado (Asturias).
[9] Texto extraído del expediente número 68, sobre Exportación clandestina de moneda española, contra Emilio José Solé Torres y Claudio Racionero Grau, elaborado por el Juzgado de Delitos Monetarios, dependiente del Ministerio de Economía en 1966.
[10] Informe de los inspectores policiales sobre sus pesquisas en torno a la trama de evasión de divisas de Andorra.
[11] El mismo 27 de octubre el juez Sánchez del Corral firma el mandamiento de registro «que facultará para el examen y ocupación de cuantos libros, papeles, efectos e instrumentos y otros objetos que, en su caso, y a juicio de los funcionarios que practiquen la diligencia, puedan servir para concretar la existencia del delito y su comprobación». El escrito se consigna con la referencia D. P. 40/66.