Pedro Amorós - Guía de la España misteriosa

Quisiera hacer constar aquí mi agradecimiento a las numerosas personas que me han ayudado, aun sin saberlo.

De manera especial:

Pedro J. Fernández, por su ayuda desinteresada y su noble amistad verdadera, apoyo y comprensión. Además de compañero de viajes y aventuras, es parte de la motivación de escribir este libro.

Francisco Azorín y Elvira Clemot, por su sincera amistad, apoyo, comprensión y respeto y por apadrinar ejemplarmente a mi hija.

Antonio García Sancho, por su amistad en todas las reencarnaciones y quien tanto me enseña y corrige.

David E. Sentinella, por su sincera amistad y apoyo en todas las situaciones. Ha sabido siempre estar cuando ha hecho falta.

Elena Merino, por su sincera amistad, apoyo incondicional en todos los sentidos y, sobre todo, por sus sabios consejos.

Luis Mariano Fernández, por su amistad, ayuda, apoyo y su inestimable compañía en multitud de viajes e investigaciones.

Miguel Blanco, por su amistad, apoyo y nobleza y, desde luego, por creer en «La Familia». Un hombre digno entre los dignos.

Laura Falcó, por su amistad, comprensión e inigualable paciencia, junto con su apoyo en todos los sentidos.

Javier Avellán, por su amistad desde el principio de los principios y, desde luego, por ser el padrino de mi pequeña.

Bruno Cardeñosa, por su amistad y apoyo en los momentos precisos y necesarios.

Padre Ramiro Martín, por su sublime itinerario tan falto en nuestra sociedad y que tanto me ha ayudado.

Y desde luego, todos estos queridos amigos míos, a quienes personalmente intentaré describir:

Antonio Pérez y María Guillén, emprendedores y fantásticos en todos los sentidos. Una pareja de ideal combinación: ciencia y conciencia.

Iván Hitar, técnico, metódico, inigualable compañero, fiel, noble, sincero, discreto y dispuesto, e investigador sin límites.

Francisco Lucha, trabajador, investigador, luchador y amante del misterio como nadie y como se suele decir, «echao palante» en todos los sentidos.

Guillermo Núñez, puntilloso, duro, analítico, trabajador y uno de los grandes investigadores que tendrá España en su presente y su futuro.

Lorenzo Fernández, gran periodista e investigador por naturaleza, recopilador de todos los datos posibles, dispuesto y bueno entre los buenos. Siempre está ahí cuando hace falta.

Frank Márquez y Ana, metódicos investigadores difíciles de vencer por las situaciones y fieles compañeros de misterios en la noche.

Copérnico García, impulsivo, investigador, riguroso y futuro. Gran emprendedor e innovador de la técnica.

Fernando Jiménez, un encanto, gran profesional y analista. Mantiene viva la herencia de un maestro de maestros.

Adan Richard Wilson, filósofo amigo y directo en sus comentarios. Gran entusiasta en todo lo que hace.

Luis Rivero, investigador incansable. No tiene límites territoriales y, desde luego, es un magnífico psicólogo de lo «oculto».

Jesús Callejo, sabiduría milenaria, cordura, lógica, investigación y un verdadero estudioso. Me siento orgulloso a su lado. Digno de tener cerca por mil cosas, empezando por su bondad.

Luz Sigüenza, una auténtica y profesional periodista, amante del misterio y, además, un encanto en todos los sentidos.

Antón Rebollido, un profesional de los medios que sabe ofrecer lo que la audiencia espera escuchar y que ha conseguido hacer uno de los mejores programas de radio de misterio en España: Milenio.

Javier Palmás, mi filósofo y culto amigo, compañero de tardes inolvidables en las que, arrancando notas a un magnífico piano y saboreando el humo de nuestras deliciosas pipas, dejamos campar nuestra imaginación. Además es mi asesor de imagen y quien vela por mi apariencia.

Sebastián D’Arbó, The Teacher, sin lugar a dudas. No hace falta su presentación. Una de las personas que motivaron la investigación de misterio en España. Un maestro que no tiene reparo alguno en decir la verdad por encima de todo.

Jesús Santos, mi querido Jesús, alguien muy especial en todos los sentidos y, además, gran sabio y singular maestro.

Cristina Candela, avezada investigadora, periodista, psicológica y analista por naturaleza de las ciencias de la mente y del espíritu.

Joaquín Huete, buen hombre, buen amigo y dispuesto para todo. Gran emprendedor donde los haya y referente internacional en el mundo del espiritismo.

Pablo Moreira, investigador, impulsivo, directo y futuro. Uno de los buenos emprendedores del misterio, y cada día más.

David Laguillo, periodista, fotógrafo, técnico, diseñador web y mi asesor en muchos sentidos. Y, por cierto, más duro que «los mendrugos que daba la Inquisición», aunque, desde luego, es sensacional.

Rafael Ireni, un buen hombre, sencillo, humilde, sincero y siempre dispuesto para todo, un buen amigo.

Teo Plaza, querida y gran persona, y cineasta de excepción. Siempre he dicho que Teo no hace «tele» hace cine, y es la realidad. Ha sido muy buen compañero en algunas «aventuras del misterio».

Francisco Simarro, magnifico director de cine y gran guionista, con quien he trabajado muy a gusto y lo seguiré haciendo.

Ángel Briongos, investigador y recopilador insaciable de conocimientos secretos antiguos y modernos. Le gusta meterse en «follones» para sacar a la luz la verdad del misterio. Además de culto, profesional y nervioso, es noble y amigo de sus amigos. «¡Hacia dónde te diriges!»

Y, por supuesto quiero también agradecer, a muchos colegas y buenos amigos, su trabajo en la investigación y en la divulgación, pues sin ellos este libro serviría de muy poco. Además también quiero darles las gracias por su apoyo y amistad en diversos sentidos, cada uno de ellos intuye mis palabras personales, pues a todos les tengo gran aprecio. Todos ellos han participado de una u otra manera en la realización de este libro.

Josep Guijarro, metódico, profesional y desde siempre un ejemplo de pulcritud en la investigación. Buen colega y amigo de esa «familia» del misterio a la que pertenecemos.

Manuel Carballal, el mejor entre los mejores, investigador sin límites, cauto, pero a veces me preocupa saber dónde está y si está, o no, aunque al fin y al cabo siempre está de una manera visible o invisible. Me encanta escucharlo, me motiva y me empuja a seguir adelante.

Enrique de Vicente, todo un maestro. Un encanto de persona con toda la sabiduría del mundo y quien ha dedicado su vida al misterio y al saber. Lo he visto «bilocarse» varias veces —cariñosamente hablando— en la editorial de Año Cero, mientras mantenía tres conversaciones a la vez y a todas, milagrosamente, atendía.

Francisco Contreras, investigador de investigadores donde los haya. Uno de los mejores reporteros y cronistas que he conocido, por no decir el mejor, y sin límite alguno en su trabajo. Espero algún día leer su biografía, pues sí que será una verdadera guía del misterio por tantos lugares interesantes en los que ha estado.

Alberto Cerezuela, lo conozco poco, aunque por lo poco que lo conozco, lo conozco bastante. Investigador, escritor, curioso, periodista, noble y sincero. Desde luego, un ejemplo de persona y de profesionalidad.

José Manuel Frías, un buen y apreciado investigador, silencioso, riguroso y gran emprendedor en los Misterios del Sur. Siempre me ha merecido muchísimo respeto como periodista y mucha admiración como investigador.

Javier Sierra, un gran profesional, gran investigador, sabio en sus consejos y magnífico escritor que no necesita presentación. Es y será un estandarte para los escritores españoles. Siempre me ha ofrecido noblemente sus medios para lo que necesitara.