Son muchos los estudios que se han dedicado al holocausto, pero hasta ahora nadie se había atrevido a enfrentarse a una pregunta que es fundamental para explicarlo: ¿Por qué un pueblo civilizado, culturalmente avanzado, como era el alemán, pudo hacerse responsable de semejante crimen? Götz Aly, el historiador que causó escándalo con La utopía nazi, nos descubre ahora cómo el progreso que los judíos experimentaron en la Alemania contemporánea fue engendrando en una parte del pueblo alemán resentimiento y envidia, y cómo surgieron de ahí, primero una arrogancia racial y, finalmente, un antisemitismo que no dudó en llegar hasta el exterminio. Con esta visión, Aly saca el holocausto de la limitada crónica de los crímenes nazis y nos la muestra como parte de la historia de Alemania. Raul Hillberg, el más prestigioso historiador del holocausto, ha dicho: «Götz Aly encuentra lo que nadie había acertado a buscar hasta ahora, y nos descubre lo que nadie había sabido ver con anterioridad».
Götz Aly
¿Por qué los alemanes?
¿Por qué los judíos?
Las causas del Holocausto
ePub r1.0
Titivillus 08.02.16
Título original: Warum die Deutschen? Warum die Juden?
Götz Aly, 2011
Traducción: Héctor Piquer Minguijón
Diseño de cubierta: Jaime Fernández
Editor digital: Titivillus
ePub base r1.2
GÖTZ ALY HAYDAR (Heidelberg, Baden-Württemberg, Alemania, 1947) es un periodista e historiador alemán, conocido por sus estudios sobre el auge del nazismo y el Holocausto, con especial atención a la Historia Social. Después de asistir a la Escuela Alemana de Periodistas, estudió Historia y Ciencias Políticas en Berlín. Como periodista, trabajó en el periódico Berliner Zeitung y en el FAZ.
A lo largo de su carrera Aly ha publicado numerosos ensayos académicos y en la actualidad es profesor invitado en el Fritz Bauer Institut de Frankfurt am Main. Investiga la historia del Holocausto y la participación de las élites sociales nazis en las políticas de destrucción.
Ha recibido el prestigioso premio literario Heinrich-Mann y el premio Marion-Samuel, concedido a autores que con sus escritos contribuyen a luchar contra el olvido y la relativización de los crímenes nazis.
En español ha publicado: La utopía nazi (Hitlers Volksstaat, 2005), ¿Por qué los alemanes? ¿Por qué los judíos? (Warum die Deutschen?, Warum die Juden?, 2011) y Los que sobraban (Die Belasteten. Euthanasie 1939-1945 , 2013).
Notas del traductor
[*] Palabras del ministro de Exteriores, Bernhard von Bülow, durante el debate en el Reichstag sobre la ampliación de los intereses coloniales del imperio alemán en 1897. (N. del t.)
[*] El Biedermeier (1815-1850) es un movimiento literario alemán a través del cual se manifestó la restauración monárquico-feudal europea formulada en el congreso de Viena. Su ideología conservadora se define por el deseo de armonía y orden, la sobriedad, la inacción, el apego a la tierra y la defensa de la tradición, la familia y el estado patriarcal. (N. del t.)
[*] El «alemán Michel», personificación del alemán ingenuo, apolítico y algo Perezoso. Se solía representar con un gorro de dormir. (N. del t.)
[*] Traducción de los versos de Kleist por José María Coco tomada de Catalinita de Heilbronn. La batalla de Arminio, Ediciones Nueva Visión, Buenos Aires, 1992. (N. del t.)
[*] Asociaciones (mayormente universitarias) cuyos miembros procedían de una misma ciudad o región. (N. del t.)
[*] Adjetivo ya en desuso que significaba «nacional» y que en la ideología del nacionalsocialismo se utilizaba para calificar lo relativo a la nación alemana entendida como supuesta raza. (N. del t.)
[*] El juego de cartas más popular y tradicional de Alemania. (N. del t.)
[*] El «universitario minero» (Werkstudent) era el estudiante que compaginaba la universidad con el trabajo en fábricas, minas o el campo para subsistir. (N. del t.)
[*] «¿Tengo que irme ahora de la pequeña ciudad?», canción popular sobre la despedida de un joven que debe abandonar a su amada. (N. del t.)
[*] Paul von Hindenburg se dejó convencer para nombrar a Hitler canciller en 1933. (N. del t.)
[*] Traducción de las citas de Kant por Adela Cortina Orts y Jesús Conill Sancho tomada de La metafísica de las costumbres, Tecnos, Madrid, 2005. (N. del t.)
La madre de todas
las preguntas
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¿POR QUÉ LOS ALEMANES? ¿POR QUÉ LOS JUDÍOS?
¿Por qué asesinaron los alemanes a seis millones de hombres, mujeres y niños por el único motivo de ser judíos? ¿Cómo fue posible tal atrocidad? ¿Cómo pudo un pueblo civilizado, trabajador y culturalmente tan diverso liberar semejante energía criminal? Esta sigue siendo la madre de todas las preguntas, la que los alemanes deben responder si quieren comprender su historia y explicarse a sí mismos y a sus hijos el papel desempeñado por sus familias en este proceso.
Los emigrantes judíos que en el siglo XIX llegaron a Alemania desde los países vecinos del este tenían motivos para sentirse felices por haber cruzado la frontera germana. Valoraban la seguridad jurídica, la libertad económica y las oportunidades educativas para sus hijos que les ofrecían Prusia, a partir de 1812, y el imperio alemán, después. Los pogromos, tan frecuentes en los países del este y sur de Europa hasta bien entrado el siglo XX, eran algo desconocido en Alemania. Más allá de cualquier obstáculo, los judíos disfrutaron, particularmente en Prusia, de buenas oportunidades para impulsar de Ulodo activo su autoemancipación. Sin embargo, paradójicamente, aquellas elevadas cotas de libertad que tenían garantizadas alimentaron un antisemitismo especial.
En el año 1910 vivían en Alemania más del doble de judíos que en el Reino Unido y cinco veces más que en Francia. Cuando, en 1919, el Reich tuvo que ceder la provincia de Posen a la recién creada Polonia, los judíos alemanes que vivían allí huyeron a Berlín «precipitadamente, por miedo patológico a los nuevos señores de la tierra polaca». Hechos como estos impiden dar respuestas sencillas a la inquietante doble pregunta de obligada respuesta histórica: ¿por qué los alemanes?, ¿por qué los judíos?
En la Alemania actual situamos a las víctimas del Holocausto en el centro de las reflexiones y fomentamos una dinámica de identificación con ellas, como demuestran de forma impresionante los incontables monumentos, museos, investigaciones y esfuerzos literarios y pedagógicos. Paralelamente, en un ejercicio de abstracción, describimos a los autores como ejecutores casi extraterrestres y, con un distanciamiento que a menudo ignora las historias de nuestras propias familias, nos referimos a ellos como «los nacionalsocialistas», «los esbirros nazis», el «régimen nacionalsocialista», «fanáticos ideólogos raciales», o bien hablamos del «imaginario paranoico de los antisemitas raciales» o de un «movimiento popular». Lo único que se consigue con esta terminología es poner trabas al conocimiento. En estas páginas intento desvelar qué se esconde tras estos conceptos desde el punto de vista histórico.