Sapiens Editorial - Los 7 Habitos de la Gente Altamente Efectiva (The 7 Habits of Highly Effective People): Resumen Del Libro De Stephen Covey

DE STEPHEN R. CONVEY

RESUMEN ESCRITO POR:

SAPIENS EDITORIAL

Primer Hábito: Seamos Proactivos

Segundo Hábito: Comencemos Con El Fin En Mente

Tercer Hábito: Primero Lo Primero

Cuarto Hábito: Ganar-Ganar

Quinto Há bito: Primero Entender, Luego Ser Entendido

Sexto Hábito: Sinergia

Séptimo Hábito: La Auto-Renovación O Afilar La Sierra

CONCLUSIÓN

CITAS IMPORTANTES

ACERCA DE STEPHEN COVEY: EL AUTOR DEL LIBRO ORIGINAL

ACERCA DE SAPIENS EDITORIAL

NOTA ACERCA DEL LIBRO

RESEÑAS / REVIEWS

NOTA LEGAL

DERECHOS DE AUTOR

“Piensa en lo que es más importante para ti y ve si es el centro en torno al cual gira tu vida. No te preocupes por la eficiencia. No sirve de nada ser ‘eficiente’ si lo que haces carece de significado o de un bien esencial”

Desde la transición del siglo XX al XXI, la sociedad moderna está ansiosa por obtener un alto rendimiento para alcanzar sus logros, aunque muchos nosotros no tenemos claro cómo lograrlo y de paso dañamos a muchas otras personas con nuestros intentos infructuosos. Los logros serán trascendentales solo si cuentan con un objetivo claro y un valor agregado obtenidos por medio de un trabajo efectivo. Los logros serán aún mejores si conllevan también beneficios para los demás.

En las décadas de los 70s y 80s, la literatura sobre el éxito empresarial se enfocó en el desarrollo de una buena personalidad. Covey, por el contrario, consideró ese enfoque fuera de contexto; pensó que lo más importante era forjar el carácter y que la personalidad surgiría de forma natural una vez que el carácter estuviera arraigado en principios sólidos y positivos. Una personalidad que no concuerda con el carácter es una máscara engañosa y potencialmente destructiva.

El enorme éxito del libro Los Siete Hábitos De La Gente Altamente Efectiva fue en parte gracias al uso del término "efectivo", ya que la sociedad occidental se preocupaba por la gestión del tiempo y el logro de una mayor eficiencia. Covey, rescatando a grandes pensadores como Aristóteles, Cicerón, Benedicto y Viktor Frankl, entrelazó elementos obtenidos del análisis de siglos de historia para lograr un instructivo sencillo, fácil y práctico acerca de los principios y la autodisciplina necesarios para lograr la transformación personal a través de la autoayuda.

El libro es un manual bastante útil que recomienda enfocarse en desarrollar el carácter y no la personalidad, adoptar hábitos productivos, convertir la excelencia en un hábito, lograr la libre determinación para responder a las circunstancias y elegir principios sólidos como la integridad, dignidad, calidad, servicio, paciencia, perseverancia y cuidado. También enseña a establecer objetivos para definir nuestra misión a través de principios, crear confianza en las relaciones y administrar el tiempo acorde con nuestras responsabilidades. Para lograr todo lo anterior es importante que comprendamos que la capacidad de mejorar nuestras vidas está en la adopción de buenos hábitos.

Si queremos formar nuevos hábitos en nuestras vidas, primero debemos tener en claro tres conceptos fundamentales: el conocimiento, la habilidad y el deseo. Nuestro conocimiento está conformado por los paradigmas que hemos aprendido y que nos indican qué es lo que debemos hacer y el porqué. Nuestras habilidades son las maneras en que llevamos a cabo eso que debemos hacer y el deseo es la motivación que encontramos para ello.

El autodesarrollo es muy importante. El autodesarrollo implica el autocontrol, pues una vez que nos controlemos a nosotros mismos podremos controlar el exterior. Muchas personas nos concentramos en la producción visible y descuidamos las fuentes de energía que hacen posible esa producción: nuestra capacidad y eficacia. La eficacia consiste en pasar de la dependencia a la independencia, y para eso debemos conocernos a nosotros mismos, comprender qué queremos hacer y por qué queremos hacerlo.

Sin embargo, la independencia no lo es todo. Una vez que logremos ser independientes también debemos aprender a ser interdependientes con otros seres humanos. Una forma de explicarlo es mediante el ejemplo de los estados individuales de los Estados Unidos que, como el nombre del país lo indica, aunque sean independientes cada estado necesita de los otros para ser más fuertes; un estado cuya producción sea sobre todo agrícola necesitará de otro estado que posea un enorme centro financiero.

El camino hacia la independencia y la interdependencia no es fácil ni corto, pues se conforma de muchas etapas de desarrollo que nos permiten crecer paulatinamente. Cada etapa tiene su propia importancia y es imprescindible vivirla sin adelantarnos y sin querer saltarnos pasos esenciales. La transformación toma tiempo y necesita que seamos pacientes.

Lo central de esta transformación reside en los paradigmas: si queremos ser efectivos y exitosos debemos enfrentar los paradigmas de nuestra persona y los de la sociedad, creando una nueva forma de ver las cosas y estableciendo nuevos paradigmas. A su vez, lo central de cambiar los paradigmas es cambiar la percepción. Ya que un paradigma en sí es nuestra manera de ver, percibir e interpretar la realidad, estos son los encargados de generar nuestras actitudes y comportamientos. Por lo tanto, los cambios de paradigma producen grandes cambios en nosotros que pueden ser tanto negativos como positivos.

El determinismo, por ejemplo, es un paradigma que muchas personas tienen arraigado. Consiste en la creencia de que el código genético determina cómo actuar, o que las fallas de los padres debilitan nuestras posibilidades, o que el entorno social restringe la libertad de cambiar.

Vencer los viejos paradigmas requiere la creación de un nuevo paradigma de libertad sin determinismo y con un carácter fuerte y positivo. Esto nos llevará a entender que podemos cambiar y crear hábitos; cualquier persona puede convertirse en una versión mejorada de sí misma en base a ciertos valores como la equidad, la integridad, la honestidad, la dignidad, la excelencia, la paciencia, la perseverancia y el coraje. Una actitud positiva reconoce el potencial ilimitado para forjar el carácter. La persona que crece a partir de estos valores clásicos es un líder que, al haberse dominado a sí mismo, es capaz de inspirar y ayudar a los demás.

La transformación se desarrolla en tres etapas que funcionan por medio de siete hábitos. La primera etapa es pasar de la dependencia a la independencia con los tres primeros hábitos: tomar la iniciativa, enfocarse en los objetivos y establecer prioridades. La segunda etapa consiste en lograr la cooperación de todos los involucrados en un proyecto a través de los siguientes tres hábitos: la alianza ganar/ganar, entender antes de ser entendido y la sinergia. Finalmente, el séptimo hábito, la auto-renovación, favorecerá la constate mejora personal durante la tercera etapa hacia el camino a la eficacia.

“ De hecho, hasta que tomemos en cuenta cómo nos vemos a nosotros mismos (y cómo vemos a los demás), no seremos capaces de comprender cómo los demás se ven y sienten sobre ellos mismos y sobre su mundo.” - Stephen Covey

“ Las personas altamente efectivas toman la iniciativa siendo proactivos, por lo que no se imponen límites que les impidan actuar.”

Nuestro círculo de preocupaciones suele involucrar cuestiones de nuestro día a día, como el cuidado de nuestros seres queridos o los problemas en el trabajo, aunque también suele ampliarse con preocupaciones más grandes que están presentes en nuestro contexto, como la deuda externa de nuestro país o una posible guerra. De esta manera, podemos ahogarnos en un mar de preocupaciones que nos afligen cuando, en realidad, no podemos hacer nada con respecto a la mayoría de ellas.