• Quejarse

Homes A M - Musica Para Corazones Incendiados

Aquí puedes leer online Homes A M - Musica Para Corazones Incendiados texto completo del libro (historia completa) en español de forma gratuita. Descargue pdf y epub, obtenga significado, portada y reseñas sobre este libro electrónico. Año: 2001, Editor: Anagrama. Panorama de narrativas, 478, Género: Niños. Descripción de la obra, (prefacio), así como las revisiones están disponibles. La mejor biblioteca de literatura LitFox.es creado para los amantes de la buena lectura y ofrece una amplia selección de géneros:

Novela romántica Ciencia ficción Aventura Detective Ciencia Historia Hogar y familia Prosa Arte Política Ordenador No ficción Religión Negocios Niños

Elija una categoría favorita y encuentre realmente lee libros que valgan la pena. Disfrute de la inmersión en el mundo de la imaginación, sienta las emociones de los personajes o aprenda algo nuevo para usted, haga un descubrimiento fascinante.

Homes A M Musica Para Corazones Incendiados
  • Libro:
    Musica Para Corazones Incendiados
  • Autor:
  • Editor:
    Anagrama. Panorama de narrativas, 478
  • Genre:
  • Año:
    2001
  • Índice:
    4 / 5
  • Favoritos:
    Añadir a favoritos
  • Tu marca:
    • 80
    • 1
    • 2
    • 3
    • 4
    • 5

Musica Para Corazones Incendiados: resumen, descripción y anotación

Ofrecemos leer una anotación, descripción, resumen o prefacio (depende de lo que el autor del libro "Musica Para Corazones Incendiados" escribió él mismo). Si no ha encontrado la información necesaria sobre el libro — escribe en los comentarios, intentaremos encontrarlo.

Paul y Elaine son el modelo de la normalidad: matrimonio de clase media, de poco más de cuarenta años, dos hijos, una hermosa casa en un confortable barrio residencial, y una espesa, opaca y muda angustia que les devora el alma. Han llegado a ese instante de la vida y del matrimonio en que el amor y el deseo se convierten en aburrimiento y odio. Y un día le prenden fuego a su casa en el curso de una improvisada barbacoa en el jardín, y huyen a refugiarse a un motel con sus hijos. Cuando vuelven, descubren que no han provocado el liberador incendio que iba a arrasar su vivienda e iluminar su existencia hasta los cimientos, sino un incómodo, incompleto desastre que los obliga a refugiarse en casa de amigos hasta que el seguro pague los daños. Pero la caja de los truenos ha sido abierto, y Paul y Elaine, descubrirán que ya no hay vuelta atrás…

Homes A M: otros libros del autor


¿Quién escribió Musica Para Corazones Incendiados? Averigüe el apellido, el nombre del autor del libro y una lista de todas las obras del autor por series.

Musica Para Corazones Incendiados — leer online gratis el libro completo

A continuación se muestra el texto del libro, dividido por páginas. Sistema guardar el lugar de la última página leída, le permite leer cómodamente el libro" Musica Para Corazones Incendiados " online de forma gratuita, sin tener que buscar de nuevo cada vez donde lo dejaste. Poner un marcador, y puede ir a la página donde terminó de leer en cualquier momento.

Luz

Tamaño de fuente:

Restablecer

Intervalo:

Marcador:

Hacer

Música para corazones incendiados

A. M. HOMES

ADVERTENCIA Este archivo es una corrección a partir de otro encontrado en la - photo 1

ADVERTENCIA

Este archivo es una corrección, a partir de otro encontrado en la red, para compartirlo con un grupo reducido de amigos, por medios privados. Si llega a tus manos DEBES SABER que NO DEBERÁS COLGARLO EN WEBS O REDES PÚBLICAS, NI HACER USO COMERCIAL DEL MISMO. Que una vez leído se considera caducado el préstamo del mismo y deberá ser destruido.

En caso de incumplimiento de dicha advertencia, derivamos cualquier responsabilidad o acción legal a quienes la incumplieran.

Queremos dejar bien claro que nuestra intención es favorecer a aquellas personas, de entre nuestros compañeros, que por diversos motivos: económicos, de situación geográfica o discapacidades físicas, no tienen acceso a la literatura, o a bibliotecas públicas. Pagamos religiosamente todos los cánones impuestos por derechos de autor de diferentes soportes. No obtenemos ningún beneficio económico ni directa ni indirectamente (a través de publicidad). Por ello, no consideramos que nuestro acto sea de piratería, ni la apoyamos en ningún caso. Además, realizamos la siguiente…

RECOMENDACIÓN

Si te ha gustado esta lectura, recuerda que un libro es siempre el mejor de los regalos. Recomiéndalo para su compra y recuérdalo cuando tengas que adquirir un obsequio.

Usando este buscador:

http://www.recbib.es/book/buscadores

encontrarás enlaces para comprar libros por internet, y podrás localizar las librerías más cercanas a tu domicilio.

Puedes buscar también este libro aquí, y localizarlo en la biblioteca pública más cercana a tu casa:

http://libros.wf/BibliotecasNacionales

AGRADECIMIENTO A ESCRITORES

Sin escritores no hay literatura. Recuerden que el mayor agradecimiento sobre esta lectura la debemos a los autores de los libros.

PETICIÓN

Libros digitales a precios razonables.

In memoriam Capítulo 1 E s más de medianoche de uno de esos viernes en que - photo 2

In memoriam

Capítulo 1

E

s más de medianoche de uno de esos viernes en que los invitados ya se han ido a sus casas y el anfitrión y la anfitriona, borrachos, tratan de restablecer el orden.

—Demasiada grasa —dice Paul, trayendo platos desde el comedor—. Las patatas nadaban en mantequilla, la ensalada estaba empapada de aliño.

Elaine, ante el fregadero, en delantal, con guantes de goma, procura protegerse. Todavía no se ha dado cuenta, pero a pesar de sus esfuerzos profilácticos tiene la ropa manchada. Más tarde se preguntará si se podrá quitar la mancha, si se podrá limpiar el vestido. Lamentará haberlo comprado, haber preparado la cena y el inmenso trabajo de dejarlo todo otra vez como estaba.

Paul entra en el comedor y esta vez vuelve con las copas de vino y la botella encajada debajo del brazo.

Elaine tira sobras de platos al cubo de la basura.

Paul deja las copas, se lleva la botella a los labios y la termina, removiendo en la boca el último sorbo hasta que, inclinado por encima del hombro de Elaine, escupe el líquido en el fregadero y la salpica.

—Ten cuidado —dice ella.

—Ternilla —dice él—. Lo haces adrede. Envenenarme. He notado la grasa... yendo derecha a la arteria.

Esta vez ella tampoco dice nada.

—Debería comer legumbres.

—No puedo cocinar legumbres para ocho. Llena el lavaplatos.

—¿Qué me dices de ella? —pregunta.

—¿De quién?

—De la amiga, el ligue —dice ella.

La mujer que Henry —quien ha abandonado hace poco a Lucy, que a todos les gustaba mucho— ha lucido toda la noche como un trofeo.

—Bien —dice él, sin contar a su mujer que cuando le ha preguntado a la chica qué hacía (en qué trabajaba), ella le ha dicho: ¿En qué te gustaría que trabajara? Y cuando le ha preguntado: ¿Dónde vives?, ella le ha dicho: ¿Dónde te gustaría que viviera?

No le dice a su mujer que antes de marcharse ella le ha dicho: Dame tu número de teléfono, y que él se lo ha anotado en un papel de buena gana. Paula no le dice a Elaine que la chica ha prometido llamarle al día siguiente. Vuelve al comedor en busca de los platos de postre.

—¿Qué edad le calculas? —le grita Elaine.

Paul vuelve a la cocina con una bola de servilletas arrugadas en las manos. Vierte las migas en el fregadero.

—¿Qué edad te gustaría que tuviese?

—Sesenta —dice Elaine.

Termina de llenar el lavaplatos, murmurando:

—Espero que esté arreglado, que no se inunde, que no se haya soltado la junta, que tú tuvieses razón.

—Espero —dice Paul.

Ella añade detergente.

—El fregadero se está atascando —dice—. La casa se cae a pedazos. Aquí todo es una mierda.

—Hasta ahora ha durado —dice él, pensando en la chica. ¿Cuántos hijos tienes?, le ha preguntado ella. Dos, ha dicho él. ¿Eso no está por debajo de la media? ¿No deberías tener dos coma tres?

—Nos faltan tantas cosas —dice Elaine.

Paul no la escucha. ¿No deberías tener dos coma tres?, le ha preguntado ella seriamente, como si fuese una posibilidad. Él no ha respondido. ¿Qué iba a decir? Le ha servido otro vaso de vino. Cada vez que no sabía qué decirle, le servía otro vaso de vino. Entre los dos se han tomado dos botellas. Tú sí que sabes llegarme, ha dicho ella, bebiendo.

Paul mira a Elaine: Elaine de espaldas, Elaine encorvada sobre el fregadero. Mira a Elaine y le levanta la falda, se aprieta contra ella, empieza a bajarle los panties.

—¿Se supone que es divertido? —pregunta ella, sin dejar de fregar platos.

—No lo sé —dice él, mirando a la cazuela que ha contenido el asado; recubre el fondo una capa espesa de grasa blanca, solidificada, veteada de jugo sanguinolento. Mira la cazuela sobre el mostrador y se imagina que hunde la mano en la grasa, unta con ella el culo de Elaine y se la folla.

Tiene los panties bajados hasta las rodillas. El agua corre, el lavaplatos está en marcha.

Sin que ellos lo adviertan, los pies de su pijama le hacen sigiloso, furtivo, indetectable, su hijo mayor, Daniel, se ha deslizado en la cocina. Abre la puerta de la nevera.

Paul se vuelve, le ve, rápidamente baja la falda de Elaine. Ella se queda avergonzada delante del fregadero.

—¿Qué estás haciendo? —pregunta Paul.

—¿Queda caviar? Mamá me ha dicho que si sobraba caviar podía comérmelo.

—Tendrías que estar durmiendo —dice Elaine.

Paul señala un plato encima de la repisa. El niño saca pan blanco del frigorífico y unta de caviar una rebanada.

Elaine, procurando fingir que todo es normal, deambula por la cocina ordenando cosas. Se desplaza con pasitos peculiares, porque los panties le sujetan las piernas como una banda elástica.

El niño se prepara un segundo emparedado de caviar.

—Basta —dice Elaine, quitándole el plato—. Es un manjar, no un piscolabis. No puedes hacer como si fuera una comida.

—¿Te parezco raro? —pregunta el niño; de repente, nuevamente, como si tuviera otra vez dos años, todo son preguntas—. ¿Es raro que coma caviar a media noche?

—Vete a la cama —dice Paul.

El niño sale de la cocina. Paul se acerca de nuevo a Elaine y vuelve a subirle la falda. Ella se da la vuelta.

—No me jodas —dice ella, cogiendo de la repisa un cuchillo de trinchar que aprieta contra el cuello de Paul.

—¿Qué quieres decir?

—Me insultas, insultas mis guisos. Yo soy lo que guiso —dice ella—. Soy una buena cocinera. Me he tomado mucho trabajo, muchísimo, en preparar una buena cena. Antes te gustaba el asado de cordero, una vez dijiste que era tu plato favorito. Y también esta noche lo has comido, te has servido cuatro trozos: casi no has dejado para los demás. Menos mal que Ben es vegetariano.

Página siguiente
Luz

Tamaño de fuente:

Restablecer

Intervalo:

Marcador:

Hacer

Libros similares «Musica Para Corazones Incendiados»

Mira libros similares a Musica Para Corazones Incendiados. Hemos seleccionado literatura similar en nombre y significado con la esperanza de proporcionar lectores con más opciones para encontrar obras nuevas, interesantes y aún no leídas.


Reseñas sobre «Musica Para Corazones Incendiados»

Discusión, reseñas del libro Musica Para Corazones Incendiados y solo las opiniones de los lectores. Deja tus comentarios, escribe lo que piensas sobre la obra, su significado o los personajes principales. Especifica exactamente lo que te gustó y lo que no te gustó, y por qué crees que sí.