Jose Callado - El Mundo Rojo y el Cuarto Jinete: Más allá de la muerte (Spanish Edition)

El mundo rojo y el cuarto jinete

Jose Callado

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@ José Callado, 2015

@ Malbec Ediciones – www.malbecediciones.com Cartagena (Murcia)

Fotografía: @Pixabay

Diseño de cubierta y maquetación: Santiago González Prieto

Correcciones: Francisco Manuel Rivera Callado, Antonio Jesús Rubio Muñoz, Javier Salinas Ramos

Revisión: Francisco Soler Callado, Javier Salinas Ramos

A mis cuatro madres,

a las que llevo dentro.

A Antonio,

a quien admiro más que a nadie.

Prólogo

D esde que comencé a leer esta historia, no pude parar. Siempre quería saber lo que pasaría en el siguiente capítulo. Deseaba más y eso no suele conseguirse fácilmente, puesto que no todas las novelas logran atraparte.

En El mundo rojo y el cuarto Jinete nos encontramos una ambientación y lugares narrados de forma excepcionalmente detallada; diferentes puntos geográficos que conocer imbuyéndonos en la cultura local sin perder detalle. Finalmente, las descripciones de los personajes, junto a sus sentimientos, hicieron que me transportase directamente junto a los protagonistas. Era uno más.

He sentido esta lectura como si fuese algo real y claramente esto sólo ha podido ser por dos motivos: la habilidad de saber expresar lo que se tiene en la mente para que podamos ser partícipes de ello y el poder hacer que sintamos cada línea que escribe el autor como si estuviese hablando de tu vida propia.

Y es que cada libro es un pedacito de ti… de tu existencia… de tus experiencias, intereses e inquietudes. Con El mundo rojo y el cuarto Jinete podemos adivinar experiencias personales del autor disfrazadas de ficción.

Esta historia trata en su máxima esencia sobre la eterna lucha del bien contra el mal, sobre las heridas del corazón y sobre la unión de personas desconocidas con un mismo objetivo en la vida; salvar el mundo que conocemos mientras se forja una amistad indestructible.

José Callado habla de cómo el amor entre hermanos es capaz de sobrepasar la vida y la muerte. El autor nos cuenta cómo de una situación de destrucción puede nacer una nueva realidad cargada de la esencia del ayer. Pero sin lugar a dudas, lo que más me llamó la atención y de lo que realmente trata esta novela, es sobre lo que es capaz de hacer una madre para poder reunirse con su hijo; del camino que está dispuesto a recorrer alguien que quiere reunirse con un ser querido, aunque eso signifique pasar por encima de la propia muerte. El personaje que en el libro vive esta situación me desestabilizó desde el primer momento y por ello quiero señalar la enorme capacidad del autor por ser capaz de conseguir que para mí, Claire Peterson pasara de ser alguien ficticio a una persona real hacia la cual he llegado a desarrollar sentimientos de cariño y compasión.

El lector descubrirá una trama oscura y enfermiza sobre la vida y la muerte, sobre el amor y la desesperación, sobre el delicado equilibrio que mantiene este mundo en pie, pero sobre todo, podrá descubrir la existencia de un lugar temido por toda la humanidad y que hará que todas las creencias religiosas pendan de un hilo: el aterrante «Mundo Rojo».

Una novela que no decepcionará a nadie.

Antonio Jesús Rubio Muñoz

S oplaba fuerte el viento, frío pero agradable; un viento con el que apetecía salir a dar un paseo con tu pareja, tu perro, tus hijos o, por qué no, completamente a solas. Sarah decidió hacer precisamente eso. Pensó que salir un rato al parque que se encontraba justamente delante de su casa sin ninguna compañía excepto la de ella misma, era el mejor plan que se le podía ocurrir.

Como siempre se levantó temprano, muy temprano. Aunque se acostara tarde la noche anterior, algo que era normal en ella, nunca se despertaba después de las nueve de la mañana. De ese modo y aprovechando que aquella mañana de sábado era parte de su día libre, se dedicó a limpiar la casa y a plantar en su jardín las semillas que había comprado una semana antes. Tenía muchas ganas de ver florecer las lobelias que encontró en la tienda Seeds & Me. El color rojo de las flores, junto al aleteo de los colibríes que vendrían a buscarla, darían el toque mágico que quería para su jardín.

Poco a poco transcurrió la mañana y cuando terminó de hacer todo lo que tenía pensado, se vistió con un chándal cómodo, se recogió su negra melena, cogió su reproductor de mp3 y salió de casa dispuesta a dar al menos diez vueltas caminando al Parmenides Park, sin prisas. Después, si le apetecía y aún le sobraba tiempo, daría un par de vueltas más haciendo jogging.

Sentía en su piel el roce del aire; una brisa que daba vida. Le recordaba a aquellos años en su pueblo natal, recordaba aquello que sentía cuando estaba frente al mar. El aire de esa mañana olía a eso, a mar.

Mientras disfrutaba de todo aquello, se daba cuenta de que esa mañana el parque estaba lleno de gente. Había deportistas, pandillas de niños jugando con sus amigos en las zonas de recreo y también parejas caminando juntas en una clara actitud romántica. Todo aquello hacía que se sintiese más contenta que nunca de haber tomado la decisión de independizarse de sus padres a los que adoraba pero con los que ya no soportaba convivir.

Sarah es una joven chica de tan sólo veinte años que está dispuesta a hacerse un hueco en el mundo de la literatura. Adora escribir y su mayor sueño es que algún día publiquen una historia creada por ella y que todo el mundo pueda leerla. Siempre ha preferido narrar historias extrañas, bizarras y de difícil entendimiento, pero sabe a ciencia cierta que si quiere llegar a un público más amplio debería modificar el contenido de sus obras.

Sus padres se opusieron frontalmente a su decisión de abandonar el hogar para intentar dedicarse a su sueño literario. Ellos preferían que estudiara medicina y que siguiera así con la saga familiar. Pero Sarah siempre fue una chica soñadora. Volaba cada noche a mundos que ella misma creaba en un instante. Sarah sabía que su futuro no se encontraría detrás de una mesa recetando medicamentos y por ello estaba dispuesta a darlo todo para conseguir alcanzar su meta.

Tras cumplir diecinueve años decidió marcharse de casa de sus padres. Estuvo trabajando unos meses en una hamburguesería únicamente para ahorrar algo de dinero y tras esto comenzó a buscar trabajo y vivienda en cualquier lugar que tuviera costa. No le importaba dónde vivir ni dónde trabajar mientras estuviera cerca del mar. De ese modo acabó viviendo sola y muy tranquila en un apartamento en Greek Hill, un pequeño pueblo situado en la costa este de los Estados Unidos, justo al sur de Bay St. Louis . Actualmente Sarah trabaja como camarera, una circunstancia que le permite pagar sus facturas de forma cómoda.

En Greek Hill se respiraba cultura, motivación, tranquilidad. Todo lo que Sarah necesitaba para escribir, lo podía encontrar en ese lugar. Su primera obra, La Piedra MuluM , avanzaba de forma lenta pero firme. Sarah sentía que nunca dejaría de inventar cosas para esa fantástica y maravillosa historia; que jamás podría estar más orgullosa de sí misma que en esos momentos.

Como cada mañana, saludó a sus vecinos durante su paseo matutino. En total, en su calle eran diez familias y lo más curioso era que todas parecían estar ahí para dar una imagen homogénea del lugar. Las casas adosadas tenían las fachadas del mismo color y estructura, sus habitantes eran los mismos en casi todos los casos y la mayoría tenían un perro como mascota. Mientras caminaba se percató de que precisamente un enorme perro se dirigía hacia ella de forma casi desesperada. El galope del animal le recordó al de los caballos en plena carrera. El can, de raza labrador, era sin duda el más bonito de todas las mascotas de la zona. Sarah se alegró muchísimo al comprobar que era el animal de su vecino Mark, al que tenía mucho aprecio.