Introducción a la presente edición
Ana Frank escribió su diario entre el 12 de junio de 1942 y el 1 de agosto de 1944. Es un diario en forma de cartas que inicialmente escribió solo para sí, hasta que en la primavera de 1944 oyó por la radio un discurso del ministro de Educación holandés en el exilio. Este decía que cuando acabara la guerra se habrían de compilar y publicar todos los escritos que testificaran los sufrimientos del pueblo holandés durante la ocupación alemana. Uno de los ejemplos que nombró fueron los diarios. Impresionada por el discurso, Ana Frank decidió publicar un libro después de la guerra, para el cual su diario serviría de base.
Empezó a reelaborar y a pasar a limpio los apuntes que había hecho hasta ese momento, corrigiendo algunos párrafos, eliminando otros que consideraba poco interesantes y añadiendo datos rescatados de la memoria. Al mismo tiempo, siguió escribiendo su diario original. Sus últimas anotaciones datan del 1 de agosto de 1944. El 4 de agosto, los alemanes irrumpieron en su casa y detuvieron a Ana Frank y a su familia.
El mismo día de la detención, Miep Gies y Bep Voskuijl, dos protectoras de la familia Frank, pusieron a buen recaudo los textos de Ana. Miep Gies los guardó en su escritorio y los entregó sin leerlos a Otto Frank, el padre de Ana, cuando se supo con certeza que Ana ya nunca regresaría.
Tras largas cavilaciones, Otto Frank decidió llevar a cabo el deseo de su hija, publicando un libro basado en sus apuntes. Tomando como base la versión original y la versión abreviada y corregida por ella misma, elaboró una tercera versión, también abreviada: visto que el diario pasaría a formar parte de una colección, la editorial impuso ciertas limitaciones a su extensión.
Cuando en 1947 se publicó el libro, en la literatura no se acostumbraba a tratar temas sexuales con tanta libertad, y menos aún en los libros para jóvenes. Otro motivo importante por el que no se incluyeron determinados párrafos o ciertas formulaciones fue que Otto Frank quería respetar la memoria de su mujer y de los otros integrantes escondidos en la Casa de atrás. Y es que Ana, que tenía entre trece y quince años cuando escribió su diario, expresó en él abiertamente sus antipatías e irritaciones, del mismo modo que sus simpatías.
Otto Frank falleció en 1980. Legó los escritos originales de su hija al Instituto Holandés de Documentación de Guerra (RIOD), de Amsterdam. A raíz de los múltiples cuestionamientos suscitados en torno a la autenticidad del diario, el RIOD sometió los manuscritos a un concienzudo examen pericial. Solo cuando se hubo comprobado fehacientemente su autenticidad, el RIOD decidió publicar todos los textos junto con los resultados de la investigación, que abarcaba, entre otros aspectos, la historia y trayectoria de la familia Frank, los hechos relativos a su detención y deportación, el material de escritura utilizado y la caligrafía de Ana Frank. En la voluminosa publicación se describe, asimismo, la difusión que el diario ha tenido en todo el mundo.
El Fondo Ana Frank, de Basilea (Suiza), heredero universal de Otto Frank y, por consiguiente, de los derechos de autor de su hija, ha decidido publicar una nueva versión del diario sobre la base de los textos ahora disponibles. El trabajo de edición realizado por Otto Frank, que sirvió para dar al diario una difusión a nivel mundial y le confirió significación política, de ningún modo queda invalidado. La edición de la nueva versión estuvo a cargo de la escritora y traductora alemana Mirjam Pressler, quien partió de la versión de Otto Frank, añadiéndole extractos tanto de la primera como de la segunda versión de Ana. El texto propuesto por Mirjam Pressler y aprobado por el Fondo Ana Frank, de Basilea, amplía en una cuarta parte la versión publicada hasta ahora, y pretende dar al lector una idea más completa del mundo de Ana Frank.
En 1998 salió a la luz la existencia de cinco páginas del diario desconocidas hasta entonces. Ahora, con el permiso del Fondo Ana Frank, un largo fragmento con fecha del 8 de febrero de 1944 se ha añadido al final de la entrada ya existente para esa fecha. No se ha introducido aquí una breve alternativa a la entrada del 20 de junio de 1942 porque una versión más detallada forma ya parte del diario. Por otro lado, como consecuencia de recientes hallazgos, la entrada del 7 de noviembre de 1942 se ha trasladado al 30 de octubre de 1943.
Cuando Ana Frank escribió la segunda versión de su diario, elaboró una lista con los seudónimos que daría a los personajes en caso de que la obra llegara a publicarse. Ella misma se llamaría primero Ana Aulis, luego Ana Robin. Otto Frank, en la edición a su cargo, en lugar de adoptar los nombres propuestos por su hija, conservó para los miembros de su familia su verdadero apellido; a los otros personajes sí les cambió los nombres. Sin embargo, los protectores de la familia, cuyas identidades son ahora generalmente conocidas, se merecen ser mencionados en el libro con sus nombres auténticos. Los nombres de todas las demás personas se corresponden con los utilizados en la versión anotada; en los casos de personas que prefirieron conservar el anonimato, el RIOD escogió unas iniciales al azar.
Los verdaderos nombres de quienes se escondieron con los Frank son:
Familia Van Pels, de Osnabrück, Alemania:
Auguste, nacida el 29 de septiembre de 1890; Hermann, nacido el 31 de marzo de 1889, y Peter, nacido el 9 de noviembre de 1929; Ana les dio los nombres de Petronella, Hans y Alfred van Daan; en el libro aparecen como Petronella, Hermann y Peter van Daan.
Fritz Pfeffer, nacido en Giessen (Alemania), en 1889; Ana le dio el nombre de Albert Dussel, y así aparece en el libro.
12 de junio de 1942
Espero poder confiártelo todo como aún no lo he podido hacer con nadie, y espero que seas para mí un gran apoyo.
28 de septiembre de 1942 (Añadido)
Hasta ahora has sido para mí un gran apoyo, y también Kitty, a quien escribo regularmente. Esta manera de escribir en mi diario me agrada mucho más y ahora me cuesta esperar cada vez a que llegue el momento para sentarme a escribir en ti.
¡Estoy tan contenta de haberte traído conmigo!
Domingo, 14 de junio de 1942
Lo mejor será que empiece desde el momento en que te recibí, o sea, cuando te vi en la mesa de los regalos de cumpleaños (porque también presencié el momento de la compra, pero eso no cuenta).
El viernes 12 de junio, a las seis de la mañana ya me había despertado, lo que se entiende, ya que era mi cumpleaños. Pero a las seis todavía no me dejan levantarme, de modo que tuve que contener mi curiosidad hasta las siete menos cuarto. Entonces ya no pude más: me levanté y me fui al comedor, donde Moortje, el gato, me recibió haciéndome carantoñas.
Poco después de las siete fui a saludar a papá y mamá, y luego al salón, a desenvolver los regalos; lo primero que vi fuiste tú, y quizá hayas sido uno de mis regalos más bonitos. Luego un ramo de rosas y dos ramas de peonías. Papá y mamá me regalaron una blusa azul, un juego de mesa, una botella de zumo de uva que a mi entender sabe un poco a vino (¿acaso el vino no se hace con uvas?), un rompecabezas, un tarro de crema, un billete de 2,50 florines y un vale para comprarme dos libros. Luego me regalaron otro libro, La cámara oscura, de Hildebrand (pero como Margot ya lo tiene he ido a cambiarlo), una bandeja de galletas caseras (hechas por mí misma, porque últimamente se me da muy bien eso de hacer galletas), muchos dulces y una tarta de fresas hecha por mamá. También una carta de la abuela, que ha llegado justo a tiempo; pero eso, naturalmente, ha sido casualidad.