Soffy:
Gracias por escogernos como padres.
Gracias por ayudarnos a escribir este libro, nuestro amor hacia ti lo hace posible.
Gracias por darnos la fuerza y el valor para seguir adelante, con la fe y la ilusión de verte de nuevo.
Te amamos.
Hasta nuestro reencuentro.
E n el año 2015 un accidente fatal cambió para siempre las vidas de la familia de Sofía El Khoury, hija de Víctor El Khoury y Jacky Cepeda, y hermana de la reconocida presentadora de televisión Carolina Soto. Pasado un tiempo, los tres narran, en este conmovedor y desgarrador testimonio, la historia de un duelo: el antes, el ahora y el después.
Este relato es un devenir de emociones y dejará en los lectores una sensación de ilusión, de alivio y de fe, a pesar de la desolación y la tristeza que producen la partida de un ser querido. Es también un homenaje póstumo a Soffy, a la huella imborrable que dejó tras su alegre paso por este mundo terrenal, y un testimonio necesario para todos aquellos que luego de enfrentar un duelo, han encontrado una oportunidad y se han llenado de razones para vivir y honrar así a quienes ya no están.
CAROLINA SOTO nació en Cali el 12 de mayo de 1985. Estudió en el Colegio La Presentación del Aguacatal y luego ingresó a la Universidad Javeriana de Cali, donde se graduó de Comunicación Social. A la edad de ocho años enfrentó la muerte de su padre. Inició su vida laboral como presentadora de noticias en Telepacífico, lo fue después de Canal Regional, RCN Televisión, Canal Uno, y finalmente llega a Caracol Televisión, donde trabaja actualmente en el programa de la mañana Día a Día. A lo largo de su amplia trayectoria, Carolina se ha consolidado como una de las presentadoras más destacadas de Colombia. Está casada con Germán González y tiene dos hijos, Valentino y Violeta. Vive en la ciudad de Bogotá desde hace más de diez años.
VÍCTOR EL KHOURY nació en Cali el 5 de mayo de 1971. Estudió en el Colegio Bolívar de Cali y luego ingresó a la Universidad Javeriana de Cali, donde se graduó de Administrador de Empresas. Enfrentó la muerte de su hermano mayor Nicolás a la edad de 17 años en un trágico accidente automovilístico al sur de la ciudad, hecho que conmocionó a la sociedad caleña y partió en dos su historia familiar. Trabajó en una reconocida agencia de publicidad. Luego de un tiempo decide retirarse y emprender su propio negocio. Unos años más tarde conoce a Jacky, y luego de dos años de noviazgo, deciden casarse un 9 de febrero de 2002 en la iglesia La Merced. En 2004 nace su primera hija Sofía, y a los tres años nace Martín. Todo era alegría hasta que sucede el desafortunado incidente durante un viaje familiar al Líbano, país natal de su padre. Estando allá deciden visitar Turquía, donde sucede lo inesperado y sus vidas cambian para siempre. Con mucha valentía han ido logrando superar este duelo y a través de su experiencia han ayudado a otras familias a salir de la oscuridad.
JACKY CEPEDA nació el 25 de julio de 1968 en Barranquilla. A la edad de seis años, luego de la separación de sus padres, emigra a Cali junto con su mamá y dos de sus hermanas. Jacky queda en embarazo de Carolina Soto. Luego termina su bachillerato e inicia su carrera de Administración de Empresas, la cual no culmina debido a la necesidad de trabajar para sacar adelante a su hija. Se casa con Víctor El Khoury en el 2002 y de esta unión nacen Sofía y Martín. Actualmente tiene un blog llamado Sanando con tu luz, a través del cual apoya a las personas en sus procesos de duelo.
Título original: Historia de un duelo
Primera edición: enero de 2022
©2022, Carolina Soto, Víctor El Khoury, Jackeline Cepeda
©2022, Penguin Random House Grupo Editorial, S.A.S.
Carrera 7 # 75-51, piso 7, Bogotá D.C., Colombia
PBX: (57-1) 7430700
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Diseño de las páginas interiores: Patricia Martínez Linares
Ilustración de cubierta y portadillas: © lasagnaforone, Getty Images
Diseño de cubierta: Penguin Random House Grupo Editorial / Patricia Martínez Linares
Fotografía de Carolina Soto: © Hernán Puentes / TZL
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ISBN 978-958-5127-48-7
Conversión a formato digital: Libresque
Un viaje anhelado
Nuestra vida era perfecta en su normal imperfección hasta que una trágica historia nos la cambió por completo.
Jacky y yo nos casamos en 2002 luego de dos larguitos años de noviazgo. Para mí, fue amor a primera vista; la conocí en una cita a ciegas, pero no con ella, sino con una de sus amigas. Jacky iba en el mismo grupo y, desde que la vi, me llamó la atención. Esa noche las llevé a todas a sus respectivas casas y dejé de última a una amiga en común con la intención de preguntarle por Jacky y pedirle su teléfono.
Al otro día la llamé y empezamos a salir. Luché contra viento y marea por nuestra relación, pues mis padres no consentían que saliera con una mujer que tenía una hija. ¿Por qué, entre miles de mujeres, tenía que escoger a una que ya era mamá?, me cuestionaban. Pero nosotros seguimos adelante, nos fortalecimos mutuamente, perseveramos y, al final, ellos aceptaron nuestra decisión, así fuera a regañadientes. Hoy en día, sin embargo, la quieren muchísimo y a Carolina también; viven orgullosos de ellas.
Luchamos un poco al buscar nuestro primer hijo hasta que un 25 de diciembre, cuando íbamos rumbo a la cabalgata de la Feria de Cali, Jacky me dio la mejor noticia de mi vida: “¿Adivina qué? ¡Estoy embarazada!”, me dijo. Fue algo mágico. ¡Me sentí la persona más feliz y afortunada del mundo!
Soffy nació el 23 de agosto de 2004. Todo el tiempo estuve en la sala de parto filmando la cesárea y no lo podía creer. ¡Mi princesa hermosa había nacido! ¡Y en perfectas condiciones! Este fue sin duda otro momento inolvidable de nuestras vidas.
Ella era espectacular: llena de vida, alegre y talentosa. Soñaba con ser cantante y modelo, con ser famosa. Era excelente nadadora, patinaba muy bien, montaba bici y jugaba fútbol; mejor dicho, tenía muchas habilidades. Era dicharachera, amiguera, alegre, siempre con una sonrisa. Juntos madrugábamos a pasear a nuestros perros, Tango y Tomás, pero antes me tocaba esperar a que se pusiera los patines. Definitivamente, era única, irrepetible, inigualable. Además, admiraba mucho a Carolina; no desaprovechaba oportunidad para decir que era su hermana y luchaba para que le creyeran, pues se llevaban muchos años de diferencia y tenían apellidos diferentes.