Superando el duelo
después de un suicidio
Superando el duelo
después de un suicidio
Las experiencias de los que se quedan
Jessica Wolf
Superando el duelo después de un suicidio
Portada: Julieta Bracho-estudio Jamaica
Primera edición: enero 2022
© 2022, Jessica Wolf
© 2022, Editorial Terracota bajo el sello PAX
ISBN: 978-607-713-479-4
Reservados todos los derechos. Queda rigurosamente prohibida, sin la autorización previa y por escrito de los titulares del copyright , bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento.
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Índice
Agradecimientos
Primero que nada agradezco a Dios por hacer de mi vida un poema que con sus vaivenes me ha mostrado la luz y la oscuridad, y me permite asombrarme cada día de estar viva y en pie pese a las pruebas que me ha tocado vivir.
Gracias a mis hijos Ana y Diego por regalarme parte de su tiempo para escribir este libro y por sentirse orgullosos de mí como mujer y como mamá. Su sensibilidad y su capacidad de amar son un tesoro para mí. Sin ustedes la vida no tendría el mismo sentido para mí. Los amo con todo mi corazón.
Sin la fortaleza de mi familia, mis padres y mis hermanos, no sería quien soy. Gracias a mi mamá, quien un día me dijo que esa tesis de licenciatura tenía que convertirse en un libro para muchos y que confió siempre en mí. Este libro sucede por ti. Gracias a mi papá, por transmitirme su sensibilidad, y por el tiempo que invirtió leyendo conmigo estas líneas. Los llevo en el alma y han sido mi ejemplo.
A mis hermanos y cuñados, Eloísa y Bernd, Silvia y Alonso, por tomarme de la mano siempre y enseñarme el lugar al que debo regresar. Gracias con el corazón, ¡los adoro!
Gracias, Rosa, por esta oportunidad y por las muchas horas de intercambio de miradas sobre el mundo de los niños, los libros y todo aquello que nos apasiona en común.
Gracias, Gerardo, por recibirme en tu editorial e invitarme a escribir desde el corazón. Ha sido un regalo maravilloso.
Gilda, gracias por tus correcciones y por darle forma y sentido a mis ideas. En este proceso has sido como una sombra acompañante y respetuosa que me lleva a mirar mis ideas desde tus ojos.
Ale, gracias por esa tesis que un día con el corazón lastimado escribimos y que fue el principio de este libro.
A ti, amiga, que, aun ya no estando tu cuerpo entre nosotros, has trabajado a través de mí con tu experiencia y tu guía. Los ángeles existen y tú eres uno de ellos. ¡Gracias! Lo logramos juntas. A todos mis maestros, supervisores y terapeutas que me han ayudado en mi camino de la psicología: Javier Vicencio, Jorge Pérez Alarcón, Flora Aurón, Jessica Gutiérrez, Clara Sunderland y Caro Ortiz. Este agradecimiento se dirige en especial para ustedes.
Gracias infinitas a esos seres maravillosos que abrieron su corazón compartiéndome el dolor de sus experiencias. Gracias por confiar en mí para ser parte de este libro. Sus historias me tocaron en lo más profundo y deseo que la vida les regale sentido a sus pérdidas a través de lo compartido. Este libro está escrito por todos, me considero solo una mensajera de las ideas que compartimos. Que Dios los bendiga siempre.
Gracias a todos y cada uno de mis pacientes, quienes continuamente me enseñan algo de la vida y me impulsan a creer que siempre hay recursos y posibilidades de sanar. La intimidad de nuestros encuentros me motiva día a día a amar más mi quehacer cotidiano.
Gracias a todos y cada uno de los maravillosos amigos que la vida ha ido sembrando en mi camino. Esos ángeles terrenales que me acompañan al caminar y me levantan al tropezar. No tengo palabras para decirles lo afortunada que soy porque están en mi vida. No estaría en pie sin ustedes. Ustedes saben quiénes son. Mi corazón es por siempre suyo.
Gracias a ti, lectora, lector, por regalarme este tiempo para sumergirte en mis palabras. Deseo que con el contenido de estas páginas tu corazón se conmueva y te lleves un mensaje para la vida.
¡Dios los bendiga!
Jessica
Prefacio: ¿Cómo leer este libro?
Al pensar en esta pregunta me imaginé estando en tu lugar. Pensé en la intensidad del dolor que te impide concentrarte. Pero, aun con el corazón y el alma heridas, con el deseo de sanar y de salir adelante.
¿Cómo se puede leer para encontrar respuestas cuando la cabeza solo divaga?
No te exijas mucho y toma la lectura en forma gradual. No tiene que seguir un orden, puedes comenzar por tomar el libro y hojearlo. Detenerte donde sientas que debes leer una línea o dos. Cuando necesites parar, hazlo.
El libro pretende acompañarte en el proceso y ser de fácil lectura.
Piensa en la imagen del ángel que presentamos al principio del libro. Este ángel puede, a modo de marcador, acompañar tu lectura. Le puedes pedir guía y luz. Tal vez este ángel represente a tu ser querido y decidas ponerle su nombre.
En la “Introducción” encontrarás narrada mi experiencia y mi proceso de transformación del dolor en esperanza.
El primer capítulo, “El suicidio: ¿cómo entenderlo?”, quizá parezca un tanto teórico, pero lo considero necesario para dar respuesta a algunas de tus preguntas respecto a este hecho. Para mí, resulta importante que tú, lectora, lector, puedas llegar a entender el suicidio como un acto de dolor. Al modificar nuestras miradas, hacemos lo mismo con las narrativas e historias que hemos construido socialmente alrededor de los suicidios.
Entender este como un acto de dolor es el movimiento que requerimos para contrarrestar el efecto de estigma y el tabú que suele generar. A final de cuentas, todo ser humano, en algún momento de su vida, se ve inmerso en los mares del dolor por el solo hecho de vivir.
En el segundo capítulo, “El proceso de duelo: ¿qué es?”, analizarás lo que implica perder a un ser querido. El duelo no es un evento, es un proceso que conlleva movimiento y cambio, altas y bajas. Al conocer sus implicaciones es probable que sientas que no estás enloqueciendo y que al final del proceso de duelo hay luz y posibilidad de sanar.
El tercer capítulo, “El duelo por suicidio: ¿qué sucede en este proceso?”, tiene la intención de guiarte para distinguir este proceso de otros, pues perder a alguien por suicidio tiene ciertas particularidades. Si te has sentido diferente de otros, si sientes que los demás no logran entender tu experiencia o la juzgan con demasiada dureza, aquí encontrarás por qué sucede esto.
En el cuarto capítulo, “El suicidio en la familia”, se aborda cómo un mismo evento puede ser vivido de maneras muy diferentes por unos u otros, según el rol que desempeñen o la relación que hayan sostenido con la persona fallecida. Tú, al entender estas diferencias, podrás ser más tolerante, compasivo y comprensivo con los demás. No tenemos que ser iguales, ni ver las cosas de la misma manera, pero sí aprender a coexistir. No juzgarnos unos a otros protege nuestras relaciones y permite que surja la ayuda, el acompañamiento y el apoyo. No somos iguales, aunque dolemos con el mismo dolor. El acto del suicidio puede atentar contra la unión de la familia o ser un pegamento que la una y nos haga valorar a quienes aún tenemos con nosotros en vida.