© 2022 por Grupo Nelson
Publicado en Nashville, Tennessee, Estados Unidos de América.
Grupo Nelson es una marca registrada de Thomas Nelson.
www.gruponelson.com
Título en inglés: You Can Count on God
© 2022 por Max Lucado
Adaptación para niños: Tama Fortner
Publicado por Tommy Nelson.
Tommy Nelson es un sello de Thomas Nelson.
Thomas Nelson es una marca registrada de HarperCollins Christian Publishing, Inc.
Tama Fortner es representada por la agencia literaria Cyle Young de C.Y.L.E. (Cyle Young Literaty Elite, LLC).
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Editora en Jefe: Graciela Lelli
Traducción: Belmonte traductores
Adaptación del diseño al español: Deditorial
ISBN: 978-1-40023-589-6
eBook: 978-1-40023-590-2
Epub Edición Abril 2022 9781400235902
Impreso en Seúl
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Contenido
Guide
Hola, amigo:
Tengo una pregunta para ti: ¿con quién cuentas tú?
Cuando te asustas, ¿con quién cuentas para que te ayude a superar tu miedo?
Cuando alguna persona hiere tus sentimientos, ¿hay alguien a quien acudas?
O cuando te sucede algo asombroso y quieres saltar y dar un gran grito de alegría, ¿con quién lo quieres celebrar?
Quizá hayas respondido: con tus padres, hermanos, hermanas, abuelos, amigos, maestros. Respuestas estupendas. Espero que tengas personas cercanas como esas para compartir los días difíciles y también los momentos felices.
Sin embargo, realmente espero que el primero de tu lista sea tu Padre celestial. ¿Por qué? Porque, independientemente de lo que suceda en la vida, Dios quiere saber sobre eso. Él quiere compartir tus temores, tu dolor y tus alegrías. A tu Padre celestial le encanta celebrar contigo. Él es tu mejor amigo cuando estás triste y a quien puedes acudir con tus preocupaciones.
Por lo tanto, sea lo que sea que esté sucediendo en tu mundo —algo bueno, malo, feliz o triste—, recuerda siempre: puedes contar con Dios.
Eso es lo que yo hago.
Tu amigo,
Max
[Dios] Con Sus plumas te cubre, y bajo Sus alas hallas refugio.
SALMOS 91:4
¿A lguna vez has visto a una mamá pájaro cubriendo a sus polluelos con sus alas? Esa mamá pájaro estaba protegiendo a sus polluelos. Ninguna gota de agua iba a salpicarlos. Ningún viento haría que tuvieran frío. Y lo más importante, ningún enemigo iba a llevárselos. No mientras mamá pájaro estuviera allí.
Cuando el rey David era un muchacho, era pastor de ovejas y se ocupaba del rebaño de su padre. David pasaba muchos días en los campos, y probablemente vio muchos polluelos acurrucados bajo las alas de sus mamás. Quizá por eso pensó en una mamá pájaro cuando escribió sobre cómo nos protege Dios.
David sabía todo sobre protección. Como era pastor, una parte importante de su tarea era mantener a salvo al rebaño. Los leones hambrientos acechaban, esperando robar algo para comer. Y había osos salvajes a la espera de conseguir un bocadillo. Esos leones y esos osos eran mucho más grandes y más fuertes que David. La tarea de David era proteger al rebaño, pero ¿quién protegía a David?
¡Dios!
Cuando acechaba el peligro, Dios protegía a David igual que una mamá pájaro cubre a sus pequeños con sus alas. Sin embargo, las alas de Dios no son hechas de plumas. Son constituidas por su fuerza, su valentía y su amor. David sabía que era Dios quien lo mantenía a salvo. Por eso dijo: «El SEÑOR... me libró de las garras del león y del oso» (1 Samuel 17:37, NVI).
Es probable que no tengas que enfrentarte a un oso en el patio de tu casa ni a un león en el comedor de la escuela. Pero podrías tener un oso en forma de examen importante que te preocupa, o tal vez el león que te da miedo es encontrar a alguien con quien sentarte en una escuela nueva. En cualquier cosa que estés enfrentando, recuerda que Dios protegió a David. Puedes confiar en que Él te cubrirá a ti también con su fuerza, su valentía y su amor.
¡ES TU TURNO!
Cubre una piña con mantequilla de maní y agrégale alpiste. Cuélgala en el exterior. Cuando veas a los pájaros disfrutar del aperitivo, recuerda que Dios te cubre con sus alas.
Los cielos proclaman la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de Sus manos. Un día transmite el mensaje al otro día, y una noche a la otra noche revela sabiduría.
SALMOS 19:1-2
S i quieres saber si Dios es real, lo único que tienes que hacer es mirar arriba, mirar abajo y mirar a todos lados. Mira de cerca una brizna de hierba o una hoja en un árbol. ¿Cómo sabía de qué color debía ser? Mira todos los diminutos detalles de un copo de nieve. ¿Quién los formó? Siente el viento en tu cara. ¿Cómo sabe por qué camino soplar? Sigue a una mariposa mientras vuela flotando por el aire. ¿Quién pintó sus alas con todos esos colores? ¿Quién puso las estrellas en el cielo? ¿Quién le dijo a la luna que brillara? ¿Cómo llegaron a existir los océanos, los peces y las anémonas?
Mira arriba, mira abajo y mira a todos lados. ¡La evidencia está en todas partes! Puedes hacer un millón de preguntas, y después otro millón más, acerca del quién y el cómo. Y la respuesta a cada una de ellas es la misma: Dios.
Algunas personas dicen que el universo, la tierra y todo lo que hay en ella, incluso tú y yo, simplemente sucedieron. Fue un accidente y un misterio. Pero lo único que tienes que hacer es mirar a tu alrededor y ver que eso sencillamente no es cierto.