Su voz retumba en la selva por Sofía Muller
©2013 Todos los derechos de esta edición en español reservados por Asociación Editorial Buena Semilla bajo su sello de Editorial Desafío.
Publicado originalmente en inglés bajo el título“His Voice Shakes the Wilderness” por Sophie Muller, copyright © 1988 por New Tribes Mission, Sanford, FL 32771, USA
Las citas bíblicas fueron tomadas de la Santa Biblia, Versión Reina-Valera 1960 por las Sociedades Bíblicas en América Latina.
Prohibida la reproducción total o parcial por sistemas de impresión, fotocopias, audiovisuales, grabaciones o cualquier medio, menos citas breves, sin permiso por escrito del editor.
Traducción: Carlos Mauricio Páez García
Edición: Miguel Peñalosa
Ilustraciones: Sofía Muller
Conversión digital: John Puerto
Publicado y Distribuido por Editorial Desafío
Cra. 28A No. 64A-34, Bogotá, Colombia
Tel. (571) 630 0100
E-mail: contacto@editorialdesafio.com
www.editorialdesafío.com
Categoría: Misiones, Inspiración
Producto: 600037
ISBN: 978-958-737-087-4
Impreso en Colombia
Printed in Colombia
Contenido
Dedicatoria y menciones
D esde el comienzo dediqué este libro a mis hermanos indígenas que cargaron conmigo la responsabilidad de llevar el evangelio a las tribus nativas de los llanos orientales de Colombia. Le doy gracias a Dios porque ellos hicieron posible que se divulgara su Palabra de tribu en tribu, tal como lo siguen haciendo hoy en día mediante sus testimonios vivos del poder del Evangelio de Cristo. ¿Cómo podría expresar mi agradecimiento por el amor, la protección, el consuelo y la confianza de nuestros antepasados creyentes, muchos de los cuales ya “pasaron a mejor vida”?
¡Qué bueno pasaremos en el Cielo cantando himnos de alabanza en todas esas lenguas, tal como lo hicimos en Guainía, Isana, Inírida, Guaviare y en los ríos afluentes del Vichada!
Además de la participación de los indígenas para la difusión de la Palabra de Dios, los misioneros de Nuevas Tribus que vivieron en la frontera venezolana merecen que les reconozcamos y demos méritos por su incesante labor: Connie Cains, Kathy Earle y Faye Taylor con quienes compartimos mucha armonía y buena correspondencia. Ellos trabajaron incansablemente en la mecanografía, la copia mimeografiada y el embalaje de todas las traducciones que les llegaban constantemente después de cada gira de conferencias cuando yo iba por mis apreciadas cartas que llegaban de mi familia. Sus hogares fueron para mí un oasis de tranquilidad espiritual, así como lo fue el hogar de Pat y Ellen Symes en Bogotá.
Le agradezco también a los muchos amigos que conocí por el camino, mis colaboradores colombianos, y a todos los demás ayudantes. ¿De qué otro modo lo pude haber logrado sin su ayuda en los detalles que acompañaron a las “repetidas peregrinaciones”, o sin los que el Señor movió para que oraran y contribuyeran a fin de que se escuchara y se leyera Su Palabra por toda la selva?
En lo que se refiere al libro mismo, dos editoriales cristianas lo rechazaron solicitándome que lo rehiciera, de modo que se quedó por varios años en un baúl. Luego, cuando algunos amigos optimistas me insistieron en que hiciera algo al respecto, pensé en Jean Johnson de la Misión Nuevas Tribus quien aceptó revisarlo con algo de vacilación debido a su apretada agenda. Sin embargo, ella se entregó de lleno a hacerlo cuando tuvo algo de tiempo aquí y allá para comenzar. Para mí fue un golpe duro verla efectuar tantos recortes, cambios y adaptaciones. ¡Me pareció que el manuscrito se había disminuido a la mitad!
¿Y qué decir de la manera como me entristecí, así como se siente una niña cuando le cortan por primera vez su cabello? Pero con todo, le agradezco a Jean su trabajo de revisar una y otra vez este libro, y le doy gracias por sus explicaciones detalladas en mis momentos de desaliento.
Sofía Muller
Sofía Muller, un ejemplo de amor por las almas
S u Voz retumbó en la selva, es el título de este libro ; lo que significa en realidad es la manera como Dios habló a las tribus indígenas del Vaupés y el Guainía . Eso es posible cuando Dios encuentra un portavoz para comunicar su mensaje a los perdidos. Pero no es cualesquier persona, debe ser alguien con una profunda pasión de comunicar el Evangelio a los que no conocen a Cristo. Sofía Muller, la autora de este libro, sentía la urgente necesidad de comunicar ese mensaje de Salvación a las tribus indígenas de esas regiones de Colombia , era su único y sin embargo suficiente recurso, El Evangelio de la salvación por medio de la obra de Jesús en la cruz del Calvario.
Se dio cuenta que era necesario que los indígenas pudieran tener la palabra de Dios escrita, y que pudieran leerla en su propio idioma, entonces les enseñó a leerla.
La voz de Dios halló cabida en el corazón de muchos hombres y mujeres y empezaron a nacer iglesias. Guiada por el Espíritu Santo pidió la visita de un misionero que vino de otro país para ordenar Ancianos y Diáconos . Era necesario entonces que hubiera comunión entre las diferentes Iglesias y empezaron convenciones de iglesias cada seis meses en diferentes lugares.
La reunión cumbre de una convención de iglesias es el culto misionero en el que hombres acompañados por sus esposas iban a evangelizar a otras tribus. Así los Curripacos Evangelizaron a los Puinaves, estos a los piapocos, quienes a su vez evangelizaron a los Guahibos; fueron alcanzados también los Sálivas y los Cubeos.
Creo que algo crucial en el florecimiento de las iglesias y la evangelización de otras tribus fue delegar autoridad a los líderes indígenas para que ellos mismos las gobiernen.
En las diferentes tribus hoy en día se encuentran iglesias fundadas hace más de sesenta y cinco años; bien cimentadas en la palabra de Dios que mantienen una visión misionera para que Su Voz siga retumbando en la Selva.
Podría escribir varias páginas de elogios sobre Sofía Muller, sin embargo habiéndola conocido, para ella sería suficiente que yo termine con estas palabras : “ Al Señor Jesucristo sea el poder y la gloria por los siglos de los siglos Amén”
Juan Y Rosemary Muñoz,
misioneros a los Curripacos y pastores de la iglesia,
Centro de Desarrollo Cristiano en Bogotá.
Introducción
C uánto gusto me da escribir la introducción de un libro tan apasionante como el que usted va a leer ahora. Hace muchos años que nuestro grupo de jóvenes se reunía al aire libre en Woodhaven, Nueva York. Me paraba con frecuencia para predicar en esas reuniones evangelísticas sobre el mismo cajón donde me paraba antiguamente, antes de mi conversión, para conducir mi combo de cuatro integrantes en la zona de Times Square. Jamás olvidaré las prédicas bajo el paso del ferrocarril elevado. No nos atrevíamos a parar cuando cruzaba el tren por temor a perder la multitud, aunque a veces nos preguntábamos si nuestros esfuerzos en esas reuniones callejeras eran en vano.