Howard Mittelmark - Cómo no escribir una novela
Aquí puedes leer online Howard Mittelmark - Cómo no escribir una novela texto completo del libro (historia completa) en español de forma gratuita. Descargue pdf y epub, obtenga significado, portada y reseñas sobre este libro electrónico. Año: 2008, Editor: ePubLibre, Género: Niños. Descripción de la obra, (prefacio), así como las revisiones están disponibles. La mejor biblioteca de literatura LitFox.es creado para los amantes de la buena lectura y ofrece una amplia selección de géneros:
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- Libro:Cómo no escribir una novela
- Autor:
- Editor:ePubLibre
- Genre:
- Año:2008
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Cómo no escribir una novela: resumen, descripción y anotación
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HOWARD MITTELMARK es un escritor estadounidense conocido principalmente por su libro, escrito junto a Sandra Newman, Cómo no escribir una novela. También es autor de la novela Age of Consent.
Como editor/colaborador/escritor en la sombra, ha tomado parte en decenas de novelas y memorias, entre ellos dos best-sellers de The New York Times. Ha trabajado para agencias literarias y editoriales de libros y revistas en calidad de redactor escribiendo numerosos artículos y reseñas. Sus reseñas de libros y ensayos han aparecido en The New York Times, The Washington Post, The Philadelphia Inquirer, The International Herald-Tribune, Kirkus, Writer’s Digest, The Hollywood Reporter, y otras publicaciones.
No tiene un lugar de residencia fijo.
SANDRA NEWMAN es una escritora estadounidense conocida por su best-seller, escrito junto a Howard Mittelmark, Cómo no escribir una novela.
Además, Newman ha publicado dos novelas con gran éxito de crítica: The Only Good Thing Anyone Has Ever Done y Cake. The Only Good Thing fue finalista en el Guardian First Book Award. También ha colaborado escribiendo relatos y artículos para revistas y periódicos como Harper’s, Conjuctions, London’s Observer, Sunday Express y la antología de relatos Family Wanted: Stories of Adoption.
Su autobiografía, Changeling, fue publicada en 2010. Ha enseñado escritura creativa en la Universidad de Colorado, la Chapman University, la Temple University, para la Gotham Writers’ Workshop, y el Unterberg Poetry Center.
Newman reside actualmente en Nueva York.
PRINCIPIOS Y ESCENARIOS INICIALES
Un manuscrito para llorar de risa caído del cielo
Muchos escritores asesinan sus tramas antes de que crezcan debido a una premisa equivocada o un inicio ilegible. Si escoges alguna de las estrategias que hemos reunido en nuestra prolongada experiencia, tú también podrás sabotear tu propio libro.
El calcetín perdido
Cuando es demasiado endeble
«Idiotas», pensó Thomas Abrams, meneando la cabeza cuando acabó su inspección de la unidad de drenaje ante la preocupada mirada de Len Stewart.
—Qué idiotez, qué idiotez, pero qué idiotas —masculló.
Saliendo de debajo del émbolo de captación se puso en pie y se sacudió el polvo que cubría su mono gris. Cogió su tablilla con el informe y escribió unas cosas en el impreso mientras Led esperaba nerviosamente el veredicto. Thomas no tenía intención de hacerle esperar mucho.
—Bien —dijo cuando acabó y se guardó el bolígrafo—. Bien, bien, bien.
—¿Qué pasa? —preguntó Led, incapaz de disimular el temblor en su voz.
—¿Cuándo aprenderán ustedes que no hay que usar una junta B-142 con un remache 1811-D?
—Pe… pero —tartamudeó Led.
—O quizás, déjeme adivinar, quizás sólo ha confundido una 1811-D con una 1811-E —hizo una pausa para que sus palabras calaran antes de soltar la bomba—… Otra vez.
Dejó a Led sin habla y se fue sin ni siquiera mirar atrás, riéndose al imaginarse la cara de Led cuando finalmente comprendiera todas las implicaciones de su error.
Aquí el conflicto apenas es adecuado para un episodio de una serie familiar. Recuerda que esta trama ha de atrapar al lector a lo largo de trescientas páginas y pico. La historia central de una novela debe ser lo suficientemente importante como para cambiarle la vida a cualquiera.
Además, esa historia debe tener interés para mucha gente. Uno de los primeros escollos que debe superar un novelista es el error de creer que lo que le interesa a él tiene que interesarle necesariamente a todo el mundo. Una novela no es una oportunidad para dar rienda suelta a las cosas que tus compañeros de piso, amigos o tu madre ya no soportan escuchar más. No importa cuán vehemente y justo sea tu deseo de que los encantos masculinos de los hombres bajitos sean apreciados por las mujeres o tus protestas contra los caseros que se niegan a arreglar las tuberías de los pisos que alquilan, incluso aunque sea una clara infracción de lo estipulado en el contrato de arrendamiento, de cuyas cláusulas tu casero finge no ser consciente pero que tú conoces mejor que él porque has hecho fotocopias tanto para él como para tus compañeros de piso, amigos y madre. Eso no es una trama sino una queja.
Esto no quiere decir que un bajito, desgraciado en amores y que vive en una casa con unas tuberías defectuosas no pueda ser el héroe de tu novela, pero su altura y los problemas con la fontanería deben ser parte de una trama, dibujados brevemente mediante pinceladas cuando el héroe se encamina a la escena del crimen, donde se asombra de cómo diantre una pata de cordero ha infligido a la víctima esas lesiones mortales.
La sala de espera
Cuando la historia no empieza nunca
Reggie se subió al tren en Montbauk y encontró un asiento junto al coche restaurante. Cuando se sentó allí, molesto por el tufo de las asquerosas hamburguesas con queso del coche de al lado, empezó a pensar en cómo había decidido hacerse médico. Ya desde niño le interesaban las enfermedades raras pero ¿significaba eso que tenía vocación? El tren traqueteaba, impidiéndole quedarse dormido, y el olor de esas hamburguesas con queso le provocaba náuseas. Lo mismo le ocurría al ver la sangre, pensó. ¿Por qué tomó esa decisión hacía tantos años?
Mountbak iba retrocediendo tras las ventanas.
(10 páginas después)
Las últimas casas de Mountbak se veían diminutas entre la hierba de color marrón. Parecían brillar contra el telón de fondo de las preocupaciones de Reggie mientras consideraba detenidamente las razones para su actual problema. Si hubiera hecho el máster de biología que al principio quería hacer, en vez de seguir el consejo del tío Frank… El tío Frank le dijo en esa ocasión, rascándose su peludo cuello como era su costumbre:
—Ahora, Reggie, no cometas los errores que yo cometí cuando hice el máster en biología en el cincuenta y seis, y envié todas mis posibilidades al…
(10 páginas más tarde)
—Y para resumir brevemente una historia muy larga así es como conocí a tu tía, Katharine, y así viniste tú al mundo —concluyó el tío Frank.
Se habría quedado perplejo en ese momento, pensó, si aún no supiera de los ilícitos amores de su madre con el tío Frank que le contó su primo Stu meses antes, cuando Stu lo llamó para hablarle de la beca que le habían concedido para estudiar golf en Penn, una beca que había hecho aflorar de nuevo la amargura de Reggie por su errónea decisión de apuntarse al curso preparatorio de la universidad de Medicina.
Aquí el autor va acumulando escenas interminables para poner al lector en antecedentes sin que haya una historia principal a la vista. En la página 50 el lector todavía no tiene ni idea de por qué es importante saber quiénes son realmente los padres de Reggie, por qué estudió Medicina o la geografía de Montbauk. En la página 100 el lector empieza a tener fuertes sospechas de que nada de eso es importante, si es que algún lector ha podido llegar tan lejos.
El escritor también ha creado todo un marco de acciones en las que no pasa nada. No olvides que, desde la perspectiva del lector, la línea argumental principal es lo que le está ocurriendo al protagonista. Por eso, sea lo que sea lo que esté pensando Reggie en el tren, la acción principal es un hombre sentado y mirando por una ventanilla, con el estómago un poco revuelto, página tras página, página tras página.
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