Notas
Incidencia Delictiva Nacional, Mapa Acumulado Anual, Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, https://www.gob.mx/sesnsp/acciones-y-programas/incidencia-delictiva-87005?idiom=es.
Información sobre violencia contra las mujeres 2019, Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, https://drive.google.com/file/d/1KDrKyGuSv8dvY36OF3K2H-oSfwRoiGKA/view.
Mortalidad, conjunto de datos: defunciones por homicidio, Instituto Nacional de Estadística y Geografía, https://www.inegi.org.mx/sistemas/olap/consulta/general_ver4/MDXQueryDatos.asp?proy=.
Datos proporcionados por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Levantar: privar ilegalmente de la libertad a alguien por parte de miembros de la delincuencia organizada.
Las escorts son mujeres u hombres que sirven de acompañantes para diferentes eventos (fiestas, viajes, eventos de negocios, etcétera) y que pueden o no incluir relaciones sexuales.
Los kaibiles son soldados de élite del Ejército de Guatemala, preparados para llevar a cabo operaciones especiales, de inteligencia y contra la delincuencia terrorista. El gobierno mexicano en diferentes administraciones ha enviado a menos de un centenar de militares para ser entrenados por ellos.
Contrarios.
Prostitutas.
Trabajar.
Trabajo.
Robando, trabajando.
Te matan.
Levantaba la cabeza y seguía trabajando.
En algunas subculturas como la Mara Salvatrucha, los tres puntos inicialmente significaban vivir la vida loca, vivir fuera de la ley. Asimismo, para muchos significan hospital, cárcel y muerte, en referencia al destino que pueden tener.
Centro de reclusión cerrado el 30 de septiembre de 2019. Fue uno de los penales con mayor autogobierno existente en donde el jefe podía pedir que le trajeran personas de fuera para ser entregadas como sacrificio a la Santa Muerte.
Palabra utilizada en el argot carcelario para denominar la comida proporcionada por la autoridad.
Durante la entrevista Sofía establece que lleva un año dos meses sin consumir drogas y que no extraña la droga, sólo el tabaco. También establece que su novio tampoco sigue consumiendo. A él lo detuvieron un día antes que a ella y lo acusaron de robo, pero ella dio una mordida de 20 000 pesos.
Sabemos que la familia de Gustavo se dedicó un tiempo a la producción de marihuana y amapola, pero el núcleo familiar era estable y fuerte. Por eso se le excluye en este factor de riesgo.
En dicho estudio realizado por Reinserta, en 2008, se entrevistaron a 502 adolescentes con el objetivo de distinguir correlaciones en indicadores de consumo de sustancias, asociación delictiva, educación, trabajo, familia y pareja, cognición, personalidad y conducta, victimización y experiencias de trauma en los adolescentes que cometieron un delito de alto impacto social. En este diagnóstico se establecieron cuáles factores de riesgo eran los más comunes en los adolescentes que habían infringido la ley.
Es la única cifra académica con la que se cuenta y data de 2011, por eso se presume que ese número podría ser muchísimo más alto en la actualidad.
Infancia y conflicto Armado en México, Redim, 2011.
Artículo 2º, Ley Federal Contra la Delincuencia Organizada.
Se dice que existe un cogobierno en las cárceles cuando la autoridad, en contubernio con los internos, lleva el mando del centro, compartiendo las ganancias económicas de las actividades ilícitas y el control de la cárcel.
En nuestro estudio de factores de riesgo y victimización se evidencia que la mayor parte de las familias de los adolescentes encuestados tiene un ingreso menor a los 7 000 pesos mensuales. Esta cifra considera el ingreso total familiar de todos los miembros, la cual es muy lejana a la cantidad de dinero que ganaba Raúl en actividades ilícitas.
Ley General para Prevenir y Sancionar los Delitos en Materia de Secuestro, Reglamentaria de la Fracción XXI del Artículo 73 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/LGPSDMS_190118.pdf.
Asociación Alto al Secuestro, http://altoalsecuestro.com.mx/estadisticas/.
Para todos
y cada uno de los niños y niñas
cuya tristeza y miedo invade su corazón.
Esta lucha es por y para ustedes.
Introducción
El delito y la violencia en México son dos fenómenos que desde hace algunas décadas protagonizan el entorno social, político, incluso económico. Fenómenos que marcan la dinámica social y lastiman profundamente nuestra nación y a su gente. Las cifras sobre la violencia aumentan mes a mes. Delincuencia organizada, homicidios, trata de personas, robos a mano armada, feminicidios y violaciones encabezan las noticias y se han convertido en parte diaria de nuestra vida. Cada día, la lucha para combatir la delincuencia parece más lejana y la estrategia de prevención y reconstrucción del tejido social es ambigua y poco concluyente.
En México, según cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), de enero a agosto de 2019 se registraron 1 353 990 delitos. Cabe señalar que estas cifras alarmantes representan sólo los que se denuncian, pues el Secretariado Ejecutivo obtiene los números de las fiscalías de los estados y de la Fiscalía General de la República.
Dicho de otra manera, las cifras no refieren la totalidad de delitos cometidos, sólo los denunciados. En México, la cifra negra (delitos cometidos, pero no denunciados) es 92.3% a nivel nacional (porcentaje sostenido en 2017 y 2018), y en estados como Guerrero alcanza 98%. Haciendo matemáticas con los números reportados se concluye que, desde enero de 2019 hasta agosto del mismo año, se cometieron alrededor de 17 millones y medio de delitos… una diferencia de casi 16 millones entre los delitos que conoce la autoridad y los que se cometen en realidad.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (Envipe) 2019, en los últimos siete años se ha observado un aumento delictivo en México, pasando de 21.6 millones de víctimas estimadas en 2012 a 24.7 millones en 2018. El delito más común, calculado a nivel nacional, es el robo en todas sus modalidades (51%), seguido de extorsión (19.65%) y fraude (13.6%).
Respecto al delito de robo, la modalidad más común es asalto en calle y transporte público: representa más de la mitad de las instancias de robo (INEGI, 2018). Al respecto, estamos seguras de que el lector ha observado, con mayor regularidad, videos donde los asaltantes abren fuego sin dudar un instante en el transporte público o en establecimientos para despojar a las víctimas de sus pertenencias; videos donde se aprecia el robo de un automóvil en menos de tres segundos o robos donde el victimario que empuña un arma de fuego es un niño de apenas once años.
Resulta preocupante el aumento de la violencia con la que se cometen los delitos. Hace poco circuló la nota de una mujer en el Estado de México que salió de la farmacia donde trabajaba y, mientras esperaba en la parada del autobús, un hombre la abordó y a punta de pistola le exigió sus pertenencias. Ella accedió a darle lo que llevaba: un celular de bajo costo, maquillaje y 30 pesos. La mujer había sido víctima de robo en múltiples ocasiones y decidió salir de casa con lo indispensable, situación que enfureció al ladrón. Amagándola con el arma, la llevó hasta un paraje abandonado, tomó el celular de la víctima y llamó a su esposo para pedirle un rescate de 5 000 pesos. Mientras se lo entregaban, la violó en reiteradas ocasiones, dejándole severas lesiones físicas. Cobró el rescate y la entregó a su marido destrozada, vejada y lastimada en todos los sentidos en que se puede dañar a una persona.