Stéphane Clerget
Separémonos...
pero protejamos
a nuestros hijos
EDITORIAL DE VECCHI
A pesar de haber puesto el máximo cuidado en la redacción de esta obra, el autor o el editor no pueden en modo alguno responsabilizarse por las informaciones (fórmulas, recetas, técnicas, etc.) vertidas en el texto. Se aconseja, en el caso de problemas específicos —a menudo únicos— de cada lector en particular, que se consulte con una persona cualificada para obtener las informaciones más completas, más exactas y lo más actualizadas posible. EDITORIAL DE VECCHI, S. A. U.
Colección dirigidapor Mahaut-Mathilde Nobécourt.
Traducción de Gustau Raluy.
Ilustración de la cubierta de Jesús Gracia Sánchez.
Título original: Séparons-nous… mais protégeons nos enfants.
© Editorial De Vecchi, S. A. 2017
© [2017] Confidential Concepts International Ltd., Ireland
Subsidiary company of Confidential Concepts Inc, USA
ISBN: 978-1-68325-531-4
El Código Penal vigente dispone: «Será castigado con la pena de prisión de seis meses a dos años o de multa de seis a veinticuatro meses quien, con ánimo de lucro y en perjuicio de tercero, reproduzca, plagie, distribuya o comunique públicamente, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica, o su transformación, interpretación o ejecución artística fijada en cualquier tipo de soporte o comunicada a través de cualquier medio, sin la autorización de los titulares de los correspondientes derechos de propiedad intelectual o de sus cesionarios. La misma pena se impondrá a quien intencionadamente importe, exporte o almacene ejemplares de dichas obras o producciones o ejecuciones sin la referida autorización». (Artículo 270)
A Evelyne, Raymond,
Thierry, Jean-Luc y Frédéric,
en testimonio de mi afecto
«Habría que intentar ser feliz,
aunque sólo fuera para dar ejemplo».
J ACQUES P R É VERT
Agradecimientos
A Gaston y Mireille, por seguir juntos.
A Nathalie Pourtalet, por los momentos compartidos, pasados y futuros.
A Bernadette Costa-Prades, por el libro Comment survivre au divorce de ses parents (Albin Michel Jeunesse), que hemos escrito juntos.
A todo el servicio de psiquiatría infantil y juvenil del hospital de Pontoise.
A Maïa, que siempre está conmigo.
Índice
Introducción
Si usted lee este libro es porque piensa en la felicidad de su hijo, a la vez que se cuestiona sobre la suya propia. Para mí es habitual recibir a padres en desamor, que consultan antes de separarse para saber cómo deben actuar para no perjudicar a sus hijos.
Esta actitud previsiva demuestra su profunda preocupación por los intereses de los niños. También acuden, ya separados y con sus vidas rehechas, para pedir consejo cuando los acontecimientos recomponen la vida familiar. Una nueva pareja o un nuevo nacimiento recomponen la vida de cualquiera y hacen reaccionar a los niños. ¿Por qué y cómo hay que hablar de la separación a los niños? ¿Cómo se puede continuar ejerciendo el papel de padre o de madre cuando se está en guerra con el otro miembro de la pareja, y este te está desacreditando constantemente? ¿Cómo se puede conciliar la nueva vida de hombre o de mujer con la de padre divorciado? Hay infinidad de preguntas que justifican este paso. Los padres suelen acudir a la consulta cuando el niño cambia de comportamiento o muestra signos inquietantes que exteriorizan un sufrimiento que ellos creen, o no, que se debe, en parte, a su separación.
Que nadie cuente conmigo para afirmar que la separación se ha convertido en algo tan banal que no afecta al niño. Sigue siendo un acontecimiento fundamental en la vida del niño, potencialmente doloroso o incluso traumático, una etapa decisiva en su destino. Los efectos en el niño dependen de su edad, su personalidad y el lugar que ocupa en el seno de la familia. Las condiciones de la ruptura, el tipo de custodia, el temperamento de los padres y la evolución de su relación serán determinantes en las reacciones del niño. La depresión, la ansiedad, la agitación, las dificultades escolares forman parte de las numerosas reacciones negativas posibles. Usted descubrirá lo que las motiva, y también los medios para prevenirlas o remediarlas. La separación parental también se refleja en las diferentes etapas del desarrollo psicológico y afectivo del niño, como por ejemplo el periodo edípico o la adolescencia. En esta obra se informa de la manera en que esto ocurre y cómo se acompaña. No se olvidarán los aspectos positivos, como el hecho de que un clima insoportable vuelva a la calma, que el niño descubra una autonomía nueva que le ayude a madurar o que vea que las relaciones con su padre toman un rumbo inesperado.
Este libro ayuda a responder a las preguntas de los niños, a las que hacen y a las que piensan pero no se atreven a plantear. Y, dado que la respuesta en el acto a veces es la mejor, veremos cuáles son las actitudes que se deben evitar y las que conviene adoptar con los distintos miembros de la familia para calmar las tensiones.
Esta obra también está dirigida al nuevo cónyuge, suegro, hermanastro, abuelos, profesores, que participan en la obra de teatro que se desarrolla alrededor del niño. Se analiza en profundidad el papel de cada uno y sus dificultades propias. No se debe culpabilizar a los padres que buscan su felicidad personal. El bienestar futuro de su hijo, la felicidad de todos, también depende de esa felicidad. La ambición de este libro es ayudar a que cohabiten dentro de las familias estas felicidades singulares a pesar de las divergencias, reales o sólo aparentes. Le ayudará a proteger al niño, a salvaguardar su identidad y sus raíces, su salud, su equilibrio psicológico y afectivo, y su porvenir. El respeto del niño, y por ende el respeto a nosotros mismos, será el hilo que guiará estas líneas.
Advertencia
Las observaciones citadas en este libro han sufrido las modificaciones de rigor, por razones evidentes de confidencialidad. Todo parecido en cuanto a lugar, tiempo o nombre sólo puede ser fortuito. Pero no por ello estas observaciones son menos auténticas en el fondo y en el espíritu.
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¿Por qué nos separamos?
Pasión consumida y consumación apasionada
«Todos los hombres son mentirosos, inconstantes, falsos, charlatanes, hipócritas, orgullosos y cobardes, despreciables y sensuales; todas las mujeres son pérfidas, artificiosas, vanidosas, cotillas y depravadas [...], pero en el mundo hay una cosa sana y sublime: la unión de dos de estos seres tan imperfectos y tan horrorosos», escribe Musset en On ne badine pas avec l’amour (Con el amor no se bromea).
He tratado a los hijos de un matrimonio divorciado que, un año después de la separación, decidió volver a juntarse; el amor no había desaparecido cuando decidieron divorciarse, pero quedaba invisible tras la bruma de otros tormentos. Por otra parte, he hablado con padres que me han consultado conjuntamente cómo debían actuar para que su separación fuera lo menos dificultosa posible para su hijo y que, después de aclarar finalmente el funcionamiento de la pareja, han decidido continuar la aventura juntos. Naturalmente, hay situaciones que están demasiado adelantadas en violencia y desamor para hallar remedio, pero la reanimación es posible en más ocasiones de lo que se cree, evitando así la muerte de la pareja. En ocasiones es suficiente con podar las ramas del árbol que tapan la luminosidad del amor para que la familia reanude la vida. Entender las razones de las fracturas de las relaciones, los cambios de valores que comportan nuevas combinaciones amorosas, permite que nuestros movimientos emocionales reaccionen y que seamos un poco menos títeres de nuestro inconsciente. La presencia de niños justifica esta reflexión previa a la decisión de separarse. Prevenir es curar, en adelante.
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