• Quejarse

Roberto Viña Martínez - Anatomía del purgatorio

Aquí puedes leer online Roberto Viña Martínez - Anatomía del purgatorio texto completo del libro (historia completa) en español de forma gratuita. Descargue pdf y epub, obtenga significado, portada y reseñas sobre este libro electrónico. Año: 2016, Editor: Guantanamera, Género: No ficción. Descripción de la obra, (prefacio), así como las revisiones están disponibles. La mejor biblioteca de literatura LitFox.es creado para los amantes de la buena lectura y ofrece una amplia selección de géneros:

Novela romántica Ciencia ficción Aventura Detective Ciencia Historia Hogar y familia Prosa Arte Política Ordenador No ficción Religión Negocios Niños

Elija una categoría favorita y encuentre realmente lee libros que valgan la pena. Disfrute de la inmersión en el mundo de la imaginación, sienta las emociones de los personajes o aprenda algo nuevo para usted, haga un descubrimiento fascinante.

Roberto Viña Martínez Anatomía del purgatorio

Anatomía del purgatorio: resumen, descripción y anotación

Ofrecemos leer una anotación, descripción, resumen o prefacio (depende de lo que el autor del libro "Anatomía del purgatorio" escribió él mismo). Si no ha encontrado la información necesaria sobre el libro — escribe en los comentarios, intentaremos encontrarlo.

En el teatro, como en la vida, los límites entre el bien y el mal, la concordia y el desasosiego, el agravio y la cordialidad, el dolor y el placer son líneas muy delgadas. Fáciles de subvertir. De corromper. Anatomía del Purgatorio es la invitación que nos hace el autor a adentrarnos en un singular microuniverso: un sanatorio. En sus corredores y habitáculos pacen tanto en cierta paz como en franca guerra contra sí mismos enfermos mentales y el personal médico. La violencia, entonces, estalla como un latigazo: premeditada, concentrada en una zona del cuerpo. Va de lo físico a lo psicológico. Deseo. Placer. Acción. Castigo. Sin aparente temor a lo consabido, esta obra apuesta por la necesidad de mirarnos sin tapujos, [?] y de una maldita vez darnos cuenta de cuán imperfectos somos, saber nuestras verdaderas carencias, qué queremos para el otro y para nosotros, y qué somos capaces de hacer en situaciones límites

Roberto Viña Martínez: otros libros del autor


¿Quién escribió Anatomía del purgatorio? Averigüe el apellido, el nombre del autor del libro y una lista de todas las obras del autor por series.

Anatomía del purgatorio — leer online gratis el libro completo

A continuación se muestra el texto del libro, dividido por páginas. Sistema guardar el lugar de la última página leída, le permite leer cómodamente el libro" Anatomía del purgatorio " online de forma gratuita, sin tener que buscar de nuevo cada vez donde lo dejaste. Poner un marcador, y puede ir a la página donde terminó de leer en cualquier momento.

Luz

Tamaño de fuente:

Restablecer

Intervalo:

Marcador:

Hacer

Anatomía del purgatorio

No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, ni su tratamiento informático, ni la transmisión de ninguna forma o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito de los titulares del Copyright.

Derechos reservados © 2017, respecto a la primera edición en español, por:

© Roberto Viña Martínez

© Editorial Guantanamera

ISBN: 9788416953660

E-book: 9788416877812

Producción editorial: Lantia Publishing S.L.

Plaza de la Magdalena, 9, Planta 3, 41001, Sevilla

www.lantia.com

IMPRESO EN ESPAÑA-PRINTED IN SPAIN

Roberto Viña Martínez

Anatomía del purgatorio

Premio Fundación de la Ciudad de Matanzas de Teatro 2010 Índice Prólogo - photo 1 Premio “Fundación de la Ciudad de Matanzas” de Teatro 2010

Índice
Prólogo

Anatomía del infierno

(Acerca de una película que no es cubana y una obra de teatro que sí lo es)

Breves apuntes a propósito de una prenda blanca

Aparentemente en calma fueron transcurriendo por segunda vez las escenas de La cinta blanca (2009), de Michael Haneke, en la pantalla de mi PC. Este filme disecciona un pequeño asentamiento rural austro-húngaro. Entre 1913 y 1914 transcurre la historia ―quizá un poco más, o menos; que se mencione el asesinato del Archiduque Francisco Fernando de Habsburgo (junio 28, 1914) nos ubica en tiempo y espacio: bien cerca del pistoletazo de arrancada de la I Guerra Mundial―. Hay en la película historias de amor en ciernes, vida en pareja bien o no tan bien consolidadas y bastante soledad. Pero por sobre (y debajo de) todas las cosas hay mucha violencia y nada es lo que parece. Su ritmo (y espiral de dolor) no es fast and furious sino slow and premedited . En una de las escenas el pastor de la iglesia, que tampoco es un santo, mientras ejecuta un sermón disciplinario a sus hijos les dice que la madre les ataba
una cinta blanca en el cabello o el brazo. El color de la prenda era para recordarles la inocencia y la pureza. Pasado un tiempo se las quitó porque creía que estaban educados lo suficiente. En mitad de su discurso el pastor mira a sus hijos: “Estaba equivocado. Mañana, una vez purificados con el castigo, su madre volverá a atar una cinta blanca a cada uno. La usarán hasta que podamos confiar en ustedes nuevamente.” Deseo. Placer. Acción. Castigo. En La cinta blanca los personajes pasan, con solo un chasquido de dedos, de ser víctimas a victimarios.

Apuntes a propósito del objeto rosado

Para confirmar que las primeras señales de la obra de teatro Anatomía del Purgatorio no son puras coincidencias o fuegos de artificio, la página con un título rotulado entre paréntesis, advierte el último aviso con el cual comenzará la travesía hacia el tormento, la expiación: “Decálogo de un delirio”. La obra fue escrita por el narrador, ensayista y dramaturgo Roberto Viña y obtuvo el Premio Fundación de la Ciudad de Matanzas en el 2010. Anatomía… es la invitación que nos hace Viña a adentrarnos en un singular microuniverso: un sanatorio. En sus corredores y habitáculos pacen tanto en cierta paz como en franca guerra contra sí mismos enfermos mentales y el personal médico. El autor no precisa la ciudad en la que fue construido el inmueble (ni siquiera el sanatorio posee nombre), pero sí podemos afirmar que el escenario donde transcurre la historia está ubicado en Cuba. A pesar de que tampoco hay en la obra una fecha o acontecimiento histórico que nos sirva como pista para otorgarle una ubicación más o menos exacta en el devenir de nuestro país, por lo que en la trama sucede, y por el significado de algunos breves parlamentos o largos monólogos, bien podríamos ubicar los sucesos en un presente muy cercano al nuestro. Y yo, sin temor a equivocarme, doy un intervalo de tiempo: entre los duros 90’s y la nada veleidosa primera década del nuevo milenio (ahí lo dejo, porque hasta el momento de redactar este texto mucho más no hemos vivido). Los personajes son solo cuatro: Paciente 37 (hombre de 37 años, en su niñez y adolescencia fue obligado por el padrastro a cambiar sus ropas de varón por un vestido rosado para luego ser sometido sexualmente), Esteban (joven cuyo plan es evadir el Servicio Militar, finge tener problemas mentales), Norma (enfermera, digamos por el momento que la mujer es un ángel), y el Dr. Vicente ( como primera aproximación comparémoslo con una caja que guarda muchísimo en su interior). Ustedes se preguntarán si con solo cuatro personajes se podría hacer un vasto estudio del Purgatorio. Vale añadir que para llevar a cabo este “proyecto de disección” aparecen otros tres personajes y no exactamente como voz en off , telón o paisaje de fondo; esas “intensidades” son: la madre de Esteban y los padres del esquizofrénico Paciente 37 (en especial, el padrastro). Para favorecer aún más la intención de hurgar en los intersticios de El Purgatorio/Sanatorio, las escenas cuentan con una pantalla que reproduce imágenes del torrente de pensamiento de los dos pacientes. Pero por sobre (y debajo de) todas las cosas hay mucha violencia . Y aquí, en Anatomía del Purgatorio , la violencia toma la tesitura y los decibeles de lo que puede ocurrir en cualquiera de nuestros hogares o el barrio. Su ritmo (y espiral de dolor) no es fast and furious , sino slow and premedited . Sí, he repetido lo que destaqué en la nota referente a la película de Haneke. Y con esto no quiero poner en ON la alarma de plagio. Que aparezca la violencia como una suerte de Gata de Angora en una obra de teatro cubana, y que además la violencia sea mostrada con similar tesitura a la de una película austríaca, es un buen indicador. No es exactamente regocijo cuanto debe entenderse de mi comentario. No es el gozo por saber que desde este país levemente marginal estamos en condiciones de poner en práctica la ingeniería inversa y hacer el calco de una obra de arte como quien fabrica un duplicado de un teléfono móvil, berlina de lujo o una película; mi estado de ánimo podría ser entendido como regocijo por haber leído una obra que apuesta por la necesidad de mirarnos sin tapujos, ver un poco más allá del muro de píxeles que nos muestra simplemente como seres rientes, duchos en la música y el baile, fogosos y en extremo caritativos. Anatomía… es la necesidad de observar nuestros peores paisajes ―a fin de cuentas no somos muy diferentes de los austríacos, rusos, chinos…― y de una maldita vez darnos cuenta de cuán imperfectos somos, saber nuestras verdaderas carencias, qué queremos para el otro y para nosotros, y qué somos capaces de hacer en situaciones límite, qué no hemos logrado todavía en tanto sociedad. Hay una larga lista de excesos que cometemos en nombre de empeños tan nobles como el bien, el amor, la paz; repetimos patrones, y eso sucede en cualquier rincón de esta Gran Canica Azul. Delirio, violaciones continuadas, amenazas, ofensas, mentiras, venganzas, corrupción... sépase que he vuelto a la obra de Roberto Viña. Sin embargo hay un velo que intenta cubrirlo todo. Y no será de armonía, paz, camaradería. A diferencia de La cinta blanca , en Anatomía del Purgatorio toda la violencia va quedando a la vista de los lectores pero no a los ojos de la mayoría de los personajes; la estrategia utilizada por Viña no se apoya en una curva pronunciada a manera de elipsis, sino en una recta muy rápida (para continuar con una metáfora propia del béisbol: una recta “dura y al centro”). La violencia estalla como un latigazo: premeditada, concentrada en una zona del cuerpo. Va de lo físico a lo psicológico, la ejercen tanto los personajes de cuerpo presente en la obra como los que aparecen en segundo plano o en el torrente de pensamiento de los pacientes. Esa violencia viaja en primera clase no solo en los actos ejecutados por los personajes, también en delirantes monólogos cargados de ira, dolor, incluso en las imágenes de gratos recuerdos y en los parcos diálogos en donde se trata de ocultar una verdad (en ellos el lector encontrará delitos sexuales, un exhaustivo plan que involucra a varias personas en una contravención). Los límites entre el bien y el mal, la paz y el desasosiego, el agravio y la cordialidad, el dolor y el placer son líneas muy delgadas; los personajes pasan con solo un chasquido de dedos de ser víctimas a victimarios. Todos. Desde el que ha sido violado y obligado a vestir una prenda rosada, hasta el que participa en un plan (dinero de por medio intentando garantizar su ejecución y el silencio) para evadir el Servicio Militar. Incluso el personal médico (con este detalle bien podríamos llamar a la enfermera Norma El Ángel de la Muerte ―y si de similitudes se trata, a las enfermeras austríacas Maria Gruber, Irene Leidolf, Stephanija Meyer y Waltraud Wagner las llamaron Los ángeles de la muerte de Lainz ; este cuarteto, que admitió la muerte de 49 pacientes, ejecutaba en el Hospital General de Lainz de Viena el acto sagrado de alargar o acortar la vida―, y al Dr. Vicente bien le viene el calificativo Caja de Pandora ―sabemos qué pasa cuando queda abierta la tapa de ese recipiente). Deseo. Placer. Acción. Castigo. Pero dejemos las interioridades de los personajes, porque la intención es propiciar el suspense, invitarlos a la lectura. Un detalle: en Anatomía del Purgatorio las didascalias son más que simples descripciones del ficticio retablo y la ubicación y estado de ánimo de los personajes, el vestuario, el ritmo y tono de los parlamentos. Viña, con ellas, va a por más. Han sido elaboradas con un tono medio esquizo; de la descripción va a la narración y con ellas contamina los parlamentos, o viceversa, como si el delirio se trasvasara a través de vasos comunicantes y la propia voz (que nos lleva de la mano o nos arrastra de una escena a otra) necesitara de una temporada en uno de los habitáculos del sanatorio. En una llamada telefónica una amiga me comentó parte de su conversación con Roberto Viña, le confesó que tuvo la sensación de haber leído una novela breve. Si esa sensación queda durante y tras la lectura, además de lo que en la obra sucede, el motivo es esa intensidad o tono que poseen las didascalias. Llegados a este punto, y tratando de no revelar nada o muy poco, hablemos de la solución del conflicto: bien pudiera decirles que preferiría para esta obra un final todavía más sórdido, política y moralmente más incorrecto de lo que ya es, y estoy pensando en las características de estos tiempos, nuestro tiempo, tan parecido a buena parte de todos nosotros, que con solo un chasquido de dedos pasamos de víctimas a victimarios. Por cierto, ningún tiempo pasado fue mejor, simplemente les vamos dando forma y sentido con sangre, sudor y fuego, y elegimos la mejor muda de ropas para cada ocasión. Otro paréntesis (y con esto apenas revelo nada): hubiera preferido que el Dr. Vicente no quedara tan diluido en el final. Tras la lectura, muchos se preguntarán si la obra Anatomía del Purgatorio es, verdaderamente, La Anatomía (entendida como un exhaustivo proyecto de indagación) de tal lugar. En un inicio utilicé la palabra “travesía” para calificar la propuesta de Viña. Ciertamente no nos ofrece todas las láminas o ilustraciones que podría tener un libro que albergara en su interior cada una de las variantes del Mal, pero a las “paradas” que nos invita en su “travesía” permiten un paseo por una parte de ese erial que muchos llevamos entre pecho y espalda. Esta obra bien podría ser la primera de una serie que tengan como intención cartografiar los peores paisajes de nuestra más indómita y personal geografía. Pero es decisión del autor. Cierro los ojos y recuerdo un horrible relato sucedido en las afueras de La Habana hace muy pocos inviernos. Si mal no recuerdo era 2010. Y era el Hospital Psiquiátrico de La Habana. Fue muy duro aquel invierno, incluso para los más cuerdos de remate. Temperaturas polares en una isla en el Trópico. Demasiado bajas las temperaturas para unos seres que pacían su delirio, en cierta paz o franca guerra consigo mismos, casi a la buena de Dios o al amparo de nadie o muy pocos. Por suerte el Estado tomó cartas en el asunto e hizo pública las sanciones. Ojalá no volvamos a leer en los diarios noticias similares (ni aquí o fuera de nuestras aguas territoriales); sépase que no es por desear la no revelación de ciertas verdades, sino deseando que tales episodios no se repitan. Porque fue grande la espiral de corrupción e indolencia de los implicados. Tan grande como la espiral de dolor causada. Un episodio real, realmente inverosímil. Así también son estos tiempos (tan inverosímiles como los siglos que hemos dejado atrás). Lo que en el Hospital Psiquiátrico de La Habana sucedía era casi secreto y letal. Como un virus. Hasta que aconteció lo inesperado. Quién pudo vaticinarlo. Varias muertes en una isla en el trópico por una ola de frío (esta frase es solo la punta de lo que fue un verdadero iceberg ). Y es que la realidad es mucho más extraña que la ficción. Esa es la razón por la cual deseaba para los conflictos desarrollados en Anatomía… una solución “más extraña”, pero eso es harina de otro costal. Hablemos del final elegido por Viña: por suerte la obra acaba mal (muy mal para los personajes, quienes deberían tener atados una cinta blanca al cabello o el brazo). Que Anatomía del Purgatorio concluya de ese modo significa que termina bien.

Página siguiente
Luz

Tamaño de fuente:

Restablecer

Intervalo:

Marcador:

Hacer

Libros similares «Anatomía del purgatorio»

Mira libros similares a Anatomía del purgatorio. Hemos seleccionado literatura similar en nombre y significado con la esperanza de proporcionar lectores con más opciones para encontrar obras nuevas, interesantes y aún no leídas.


Reseñas sobre «Anatomía del purgatorio»

Discusión, reseñas del libro Anatomía del purgatorio y solo las opiniones de los lectores. Deja tus comentarios, escribe lo que piensas sobre la obra, su significado o los personajes principales. Especifica exactamente lo que te gustó y lo que no te gustó, y por qué crees que sí.