ÍNDICE
CAPÍTULO 1
Normalidad
Frecuencia
Decir no
Uno tras otro…
Condiciones
Las horas-cama
Malas palabras
Besos
Prendas
Olores
Camas
La mesita de noche
El cuarto
Los alimentos
Axilas
Orejas
Ombligo
Pies
Piernas
Manos
Cabello
Nalgas
Vello púbico
Los pechos
Labios mayores
Labios menores
La vagina
Clítoris
El pene
Prepucio
Escroto
Erección
Eyaculación
Semen
Piruetas y cabriolas sexuales
Masturbación
Sexo oral
Beso negro
Sesenta y nueve
Coito anal
¿Y después, qué?
Vientos vaginales
Cistitis de luna de miel
Dolor
Disfunciones sexuales
El punto G
Eyaculación femenina
El punto A
Sexo en grupo
SITUACIONES ESPECIALES
Adolescentes
Menstruación
Embarazo
Lactancia
Aborto
Menopausia
Niños
Vejez
Inexperiencia
Infidelidad
Celos
Cuéntame…
Lecturas
Desnudez
Revistas y videos
¿Y la ley qué?
Licor
Tabaco
CAPÍTULO 2
Posición del misionero
La carretilla
La hamaca
El molde
El trapecio
El espejo de placer
Los delfines
El tornillo
La amazona
La butaca
La somnolienta
La sorpresa
La medusa
La profunda
Variante del misionero
La fusión
Variante de la fusión
El sometido
Variante del sometido
El abrazo total
Las aspas de molino
El arco
La catapulta
El perrito
La doma
Variante de la doma
La acrobática
Deleite
La posesión
Acerca del autor
Créditos
Agradecimiento especial a:
Lic. William Castro Fernández
Lic. Fernando Egea Montero
Lic. Alejandra Mata Solano
Msc. Otto Barea Flores
Arq. Carlos Vargas Chavarría
Arq. Gustavo Núñez Vargas
Don Pedro Quirós Leitón
Siempre a ti
Te agradezco, Señor
…que todo esto me enseña
el camino que lleva
a ti.
R. Carlos Braga
Benditos los que aman.
Malditos los que no aman.
Y doblemente malditos
los que se oponen al amor.
La sexualidad constituye uno de los objetivos primordiales de la vida moderna. Hoy, entre muchas otras expectativas, se ansía disfrutar plenamente la vida sexual. Hemos convertido la sexualidad en un paraíso anhelado, y es un deseo colectivo ser diestro en el campo sexual.
A pesar de la enorme permisividad sexual que disfrutamos en la actualidad, los estudios señalan que el deleite sexual brilla por su ausencia y que las parejas en nuestra sociedad no están logrando sacarle todo el provecho. Es un secreto a voces que el mal desempeño sexual reina por doquier, tanto en las parejas estables como en los encuentros fortuitos.
La buena noticia es que todos podemos ser buenos en la cama. El deleite sexual está al alcance de cada uno de nosotros. No importa si se ha pasado mucho tiempo sin tener relaciones, o si hace mucho se abandonó el proyecto de una vida en común o si se colecciona un sinfín de fracasos y frustraciones. La verdad es que todos, absolutamente todos, podemos llegar a ser buenos amantes.
El secreto reside en el conocimiento: es preciso contar con la información necesaria para deshacerse de los falsos conceptos que marcan negativamente el ejercicio de la sexualidad. Es fundamental conocer lo que el sexo puede dar, para así desechar las expectativas fantasiosas e irreales tan dañinas para la autoestima de los amantes.
Hoy la sexualidad está sobrevalorada, por lo cual de cepciona a quienes esperan más de lo que la intimidad puede brindar. Además, los peligros que conlleva son minimizados por la sociedad y, por ello, muchos deben enfrentar consecuencias sorprendentes e indeseables que generan temores e inhibiciones. Sin duda, para ser buen amante se requiere entender los alcances de la vida sexual, tanto de su gratificación como de los riesgos inherentes.
El sexo es grato y puede ser una auténtica experiencia cumbre, pero también es el hilo más delgado por el cual se puede sostener una relación de pareja. La sexua lidad no sustituye ni supera al amor, la comprensión, el mutuo auxilio, tan esenciales en el día a día.
Las relaciones de pareja basadas sólo en el sexo están destinadas a extinguirse, no porque se falle en la cama, sino porque la sexualidad no da para tanto. Es importante destacar este aspecto, pues se tiende a creer que si el sexo está bien, lo demás estará bien.
Siempre nos gusta recordar que saber poco es peli groso, y esto es particularmente cierto en materia sexual. Por eso, ante todo este libro busca motivar al lector a saber mucho del mundo de la sexualidad para que pueda utilizar ese conocimiento en aras de su realización erótica y afectiva.
Hoy en el mundo sexual abunda la información sensacionalista, cargada de exhibicionismo y amarillismo, que inculca visiones erróneas de la vida en pareja, así como percepciones espurias del erotismo.
Este manual se propone, principalmente, ilustrar al lector sobre las diversas formas de vivir la sexualidad, con la esperanza de que esa ilustración le permita aumentar sus vivencias sexuales y, por consiguiente, su gratificación sexual.
Desde esta perspectiva, hemos planteado como objetivo de este libro ofrecer la información básica para que, a fuerza de decir verdad, el individuo entienda su entorno sexual, en especial las situaciones comunes y corrientes ante las cuales se siente confundido por falta de información.
Hemos decidido usar un lenguaje sincero, accesible, alejado de tecnicismos, directo y, ante todo, vivencial. Estamos convencidos de que, para hablar de sexo, debemos rehuir las posturas intelectuales elevadas y eruditas, que sólo generan rechazo en la población.
La reproducción es un instinto, del cual poco o nada tenemos que aprender. El arte de amar es una destre za, de la que todo debemos aprender. Y, en materia sexual, aprender implica conocer, practicar y, sobre todo, comprender.
Todos aquellos que deseen profundizar en los aspectos teóricos que respaldan esta obra y tengan facilidad geográfica pueden visitarnos en el Instituto Costarricense de Sexología, en San José, Costa Rica, o bien contactarnos por medio de los teléfonos (506) 2225-8936 y (506) 2280-1911.
Asimismo estamos a su disposición en nuestro correo electrónico: drmauro@icosex.com; en redes sociales, y en nuestra página web: Drmauro.com , donde encontrarán además enlaces a nuestra cuenta de twitter: @DrMauro_sex, y la de facebook: Mauro Fernández.
H ace mucho tiempo el sexo dejó de ser un tema prohibido. El secretismo, la censura, la desaprobación social imperantes a lo largo de la historia cambiaron de manera radical en los años sesenta del siglo anterior. La sexualidad ya no es aquella actividad vergonzosa y peca minosa de la que no se hacía referencia abiertamente. Hoy es un tema cotidiano del individuo promedio.
La televisión colmó de escenas sexuales su progra mación. Aun los más triviales programas contienen es cenas sexuales que hace unas cuantas décadas se hubieran censurado de un solo golpe.
Las agencias publicitarias usan el sexo para vender. Mujeres en bikini, escotes atrevidos, escenas románticas se utilizan para vender desde llantas hasta bolígrafos, al punto que muchas veces el producto publicitado ocupa un segundo plano ante el protagonismo sexual.
El cine, por otra parte, creó todo un apartado de películas sexualmente explícitas, llamadas eróticas por unos y pornográficas por otros, y que representan un lucrativo y próspero negocio de la industria cinematográfica.