Kimchi 360°
Cocina vegana de fusión coreano-italiana para la salud intestinal
Autor: Mauro de Luca
Traducción: Laura Marquès Mas
Diseño y edición: Ahuv de Chazal
Primera edición en 2020 por Mauro De Luca en Brick Lane 64, Londres, E1 6RF
Los derechos morales del autor han sido afirmados. Todos los derechos reservados. Queda prohibida la reproducción parcial o total de esta obra, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, sea este electrónico, mecánico, por fotocopia, por grabación u otros métodos, sin el permiso previo del autor.
Cubierta: Un chef italiano se casa con su alma gemela coreana. De ella aprende sobre la medicina tradicional asiática y los alimentos curativos. Y así nace una nueva cocina fusión: saludable, natural, probiótica, casera, y a menudo cruda: Kimchi 360° revelará recetas tan originales como la Kimchi Lasagna y versiones no picantes del Kimchi, como son el Kimchi amarillo, verde y morado. Una explosión única de sabores, entusiasmo y pasión por una larga vida, el amor y el matrimonio entre culturas.
Kimchi 360° está disponible tanto en papel como en formato electrónico en inglés, italiano, español, francés y otros idiomas. Aprende cómo hacer nuestros cuatro colores diferentes de Kimchi y más de 15 recetas con esta joya probiótica. Por primera vez, chef Mauro revela su famosa receta de Kimchi Lasaña y su filosofía de comida saludable. ¡Cuida tu sistema inmunológico hoy mismo e introduce el kimchi a tu dieta para estimular tu salud intestinal!
S i me hubieran dicho , cuando todavía era un niño pequeño creciendo en la Toscana, que un día seria chef y que dirigiría un restaurante en Londres especializado en cocina vegana fusión coreana-italiana, nunca me lo habría creído.
Para empezar, no ha sido hasta recientemente que he empezado a identificarme a mí mismo como un chef, a pesar de mi experiencia y del interés que siempre he tenido por la cocina. En segundo lugar, no tenía ni idea de lo que significaba ser “vegano” ni del porqué alguien querría serlo. Y tercero, era incapaz de señalar Corea o ni siquiera Asia en un mapa, ni siquiera cuando entré en la edad adulta. Debo admitir que la geografía nunca fue mi fuerte.
En resumen, seguramente habría pensado que la idea de convertirme en un chef de cocina vegana fusión corana-italiana era pura pazzia . Pura locura. Y admito que, en cierto modo, ¡lo es!
Aunque viéndolo ahora con perspectiva, siento que es exactamente esto lo que siempre estuve destinado a hacer. Y después de haber luchado durante mucho tiempo por encontrar mi camino en la vida, ahora me doy cuenta de que, en muchos sentidos, ya hacía tiempo que estaba transitando en él.
Escribir este libro es en realidad una extensión de ese camino, ya que, si bien cocinar es mi oficio, mi verdadera pasión es compartir la felicidad y satisfacción que esto me brinda con los demás. Mi deseo es llevar mis recetas más allá de nuestro acogedor restaurante en Brick Lane y hacértelas llegar a ti y a muchas más casas de todo el mundo.
Ciao
Mauro
S iempre me han gustado las cocinas. Incluso cuando era pequeño, me encantaba jugar con el juego de cocina de mi prima Francesca, con todas sus ollas, sartenes y utensilios de juguete. Preparábamos platos hechos con tierra y hojas, y nos enorgullecía servirlos a nuestros padres.
Desde ese momento, pasé todo el tiempo que pude en la cocina reuniendo ingredientes y conocimiento. Recuerdo observar a mi abuela Maria como hacía lasagna cada domingo. También recuerdo recoger los pequeños peces que los pescadores no querían y dejaban a la orilla del mar en verano, para preparar una sopa deliciosa que luego compartía con mi familia.
Aunque la persona que más me enseñó acerca de las alegrías creativas de la cocina fue mi madre, quien raramente se aventuraba más allá de nuestro frigorífico para hacer una comida exquisita a partir de lo que sea que hubiese en la nevera. A mí me intrigaba tanto esa magia que cuando era un chico joven, solía avisar a mis padres de que no me esperasen para cenar, solo para poder volver cuando ellos ya hubieran comido y así poder prepararme yo mismo algo para mí. Como hacía mi madre, solía empezar sin ningún plan, no tenía ninguna receta en particular en mente. Simplemente me las arreglaba con lo que encontraba, usando solo mis manos y mi creatividad.
Algunos años después, empecé a darme cuenta de que cocinar no era simplemente un interés, sino una pasión. Pasé un fin de año en casa de mi amigo Massimo, una villa en Chianti que tenía unas vistas asombrosas de Florencia. A primera hora de la tarde empezamos a preparar la cena en su lujosa cocina llena de cuchillos afilados, electrodomésticos brillantes, y cajones que escondían útiles estantes. Nos sentíamos como niños en su primer día de vacaciones en la playa, haciendo bromas y expresando nuestras emociones con luz y con nuestros corazones contentos.
Cocinar me da esta emoción intensa que combina dos de mis mayores alegrías de la vida: la alegría de crear algo, y la felicidad de compartir esas creaciones con los demás. La belleza de compartir la cocina es que sus poderes transformadores no se detienen en la comida en sí, sino que una simple cena tiene el poder de cambiar corazones, mentes e incluso la historia.
Yo mismo he experimentado este poder de primera mano: fue durante una cena en Florencia en la que conocí una mujer hermosa llamada Min, cuando mi vida (y mi cocina) se transformaron para siempre.
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