Post - Los 100 dilemas de los buenos modales: cómo manejar situaciones incómodas

Hay quienes simplemente parecen tener el don de la palabra—pueden entablar una conversación, sin ningún problema, con personas absolutamente desconocidas. Las siguientes son algunas indicaciones para convertirse en un gran conversador:

1. MANTÉNGASE BIEN INFORMADO SOBRETEMAS DE ACTUALIDAD. Propóngase como objetivo ser un buen conocedor de temas generales. Lea los diarios locales y nacionales y las revistas de noticias; vea los noticieros de televisión para enterarse de lo que está ocurriendo en su ciudad, en el país y en el mundo. Manténgase al día en los temas de la farándula y el arte mediante revistas de interés general y a través de la televisión. Sepa qué equipos deportivos van ganando y cuáles van perdiendo.
2. CONSULTE LAS OPINIONES DE LOS DEMÁS. Antes de asistir a cualquier evento, piense en unas cuantas preguntas que puede hacer al comienzo de una conversación. Por lo general, a todos nos gusta que se nos pida nuestra opinión acerca de algún tema.
3. EVITE LOS TEMAS CONTROVERSIALES. La política, el sexo y la religión son campos minados en potencia. Lo que desea es iniciar una conversación agradable, no una discusión.
4. SEPA QUIÉNES SON SUS ANFITRIONES. Si no sabe muy bien quiénes son sus anfitriones, entérese de sus intereses de antemano. ¿Practican el esquí, les gusta salir de excursión, viajar, se interesan por las computadoras? Haga unas cuantas preguntas a quienes los conocen o analice las fotografías u otros objetos que tengan en su casa para obtener indicios de sus aficiones. Cuando hable con ellos o con otros invitados, los intereses de los anfitriones pueden ser un buen medio para iniciar una conversación.
5. PRACTIQUE, PRACTIQUE, PRACTIQUE. También las personas con las que se encuentra día tras día—los conductores de taxi, los dependientes de los almacenes, el personal de entrega de envíos postales—pueden ser sus interlocutores. Entre más practique, más fácil le resultará.
6. NO OLVIDE ESCUCHAR CON ATENCIÓN. Deje de preocuparse por lo que dirá después y concéntrese más bien en lo que la otra persona está diciendo. Esta persona se sentirá más a gusto hablando con usted si sabe escucharlo (esto significa establecer contacto visual, hacer algún gesto de asentimiento o un pequeño comentario cada cierto tiempo). Además, la conversación fluirá más fácil en ambos sentidos dado que podrá aprovechar lo que la otra persona ha dicho para pasar a otros temas. Si realmente no se le ocurre nada que decir, hágale una pregunta y escuche un poco más.