AGRADECIMIENTOS
Cuando escribí mi primer libro, con un cuaderno de recetas familiares a mano, le dije a Chris Styler, mi colaborador y hermano de otra madre: “¡Tengo todas las recetas… el trabajo duro está hecho!”, y él me respondió con las palabras más sabias en torno al acto de escribir un libro de cocina: “Cariño, ¡un libro de cocina es mucho más que sólo recetas!”. Nunca había escuchado palabras más certeras. Chris: no hubiera podido hacerlo anteriormente sin ti, y tampoco lo habría logrado ahora. Gracias por ser un amigo increíble, colega y mentor, ¡para no mencionar el hecho de que fuiste el primero en darme trabajo en el sector de la gastronomía!
El proceso ha sido un poco diferente con este libro. Las recetas de Abuela, de Mami, y del Capitán Ray no ocupan un lugar tan prominente, aunque su influencia es algo que siempre llevaré conmigo. Me encanta el hecho de que Mami ahora me llame a pedirme recetas y sugerencias. Estas recetas no son las únicas que crecí preparando y comiendo, pero ciertamente son las recetas de la juventud de mis hijos. Agradezco a todos mis hijos por ser tan buenos compañeros de viaje y por su curiosidad natural con la comida. Erik, Marc, David y Ángela: Gracias por enseñarme algo nuevo cada día, por ayudarme a crear estos recuerdos maravillosos y por permitirme la oportunidad de conservarlos para ustedes en las recetas. Es el regalo que les doy.
Unas gracias bien merecidas a Suzanne Gluck y Jon Rosen, mis agentes de la WME Entertainment Agency, por su fe continua en mí y por ayudarme de manera tan diligente a que este libro tuviera un “hogar feliz” en Atria Books. También debo agradecer a Judith Carr, mi “publisher” energética; a Johanna Castillo, mi adorable e incansable editora; a Jeanne Lee, mi brillante directora artística; y al resto del equipo en Atria por su apoyo incondicional, su fe, y su visión artística.
Me “quito el sombrero” ante el más anónimo de mis héroes, mi abogado Jonathan Ehrlich, por ayudarme a navegar en aguas desconocidas y dejarme segura en la otra orilla. No sé qué habría hecho sin sus sabios consejos y su sentido del humor completamente afinado.
Hay un lugar especial en estos agradecimientos para una persona que ha estado conmigo desde los días de mi primer libro. Es Carolina Peñafiel, mi asistente, una chilena fabulosa que no sabe decir “¡yo no hago eso!”. Carolina es la chica que siempre logra hacer las cosas con gracia y alegría. Está en cualquier momento del día o de la noche con una sonrisa, dispuesta a tenderme la mano, solucionar un problema, probar una receta o prepararme una michelada. ¡Gracias, Carolina, eres una verdadera joya!
Finalmente (y de nuevo), quiero agradecer a mi esposo Jerry, quien sin importar sus múltiples ocupaciones, siempre tiene espacio para mí y mis cosas. Amor, gracias por tu lealtad indescriptible, tu amor incondicional y por todavía hacerme reír despúes de treinta años.
¡Buen provecho!
DESAYUNOS PARA TODOS LOS DÍAS
Omelette maya
La chaya, una planta de sabor semejante a la espinaca con un toque fuerte, formaba parte de la antigua dieta maya. La chaya aún no se consigue en los Estados Unidos, por lo que se me ocurrió la idea de utilizar una mezcla de espinacas y rúcula. El sabor intenso que sueltan los hongos y las hojas con sólo unos minutos de cocción es realmente notable. El truco está en utilizar fuego alto.
RINDE 4 PORCIONES • TIEMPO DE PREPARACIÓN: 5 MINUTOS • TIEMPO DE COCCIÓN: 5 MINUTOS POR CADA OMELETTE (20 MINUTOS EN TOTAL, O 10 MINUTOS CON 2 SARTENES; VER CONSEJO)
1 taza de hojas de espinaca tipo baby de paquete
1 taza de hojas de rúcula tipo baby de paquete
4 cucharadas de mantequilla sin sal
Un paquete de hongos cremini, de 10 onzas, limpios y cortados en rodajas de ½ pulgada
8 huevos extra grandes
Sal marina o kosher, y pimienta fresca molida
Mezcle la espinaca y la rúcula en un tazón. Caliente 3 cucharadas de mantequilla en una sartén antiadherente grande (de 10 pulgadas aproximadamente) a fuego medio alto hasta que haga espuma. Agregue los hongos y cocine, revolviendo unos 4 minutos, hasta que empiecen a dorarse. Retire tres cuartas partes de los hongos y reserve para las otras omelettes.
Bata 2 huevos en un tazón. Vierta el resto de los champiñones en la sartén a fuego medio alto y cocine hasta que hiervan. Añada una cuarta parte de las hojas y una pizca de la mantequilla restante. Cocine hasta que las hojas estén blandas. Vierta los huevos batidos, inclinando la sartén para que los huevos cubran el fondo. Levante el borde de la omelette con una cuchara de madera o espátula refractaria para que el huevo sin cocinar se deslice debajo de la omelette. Cocine aproximadamente 1 minuto, hasta que el huevo esté cocido. Sazone con sal y pimienta al gusto. Sirva en un plato inclinando la sartén y vertiendo la parte de la tortilla más cercana a usted; enrolle y sirva en el plato. Repita con el resto de los hongos, las hojas y los huevos, añadiendo un poco de mantequilla. Caliente los hongos hasta que se doren. Repita el procedimiento.
CONSEJO: Una vez que haya aprendido a hacer omelettes, tal vez quiera trabajar con dos sartenes a la vez para así reducir el tiempo de cocinar a 10 minutos para 4 omelettes.
Huevos con chorizo y plátanos maduros
Esta es una versión latina del clásico desayuno americano: dos huevos acompañados de papas fritas y tocino. Aquí, el chorizo reemplaza al tocino y los plátanos maduros y dulces hacen lo mismo con las papas. Es un desayuno muy sencillo, y también muy satisfactorio.
RINDE 2 PORCIONES • TIEMPO DE PREPARACIÓN: 5 MINUTOS • TIEMPO DE COCCIÓN: 10 MINUTOS
1 plátano maduro (la cáscara debe estar casi negra, con unos pocos puntos amarillos; ver foto, página 315)
2 ristras de chorizo español
Aceite de oliva
4 huevos extra grandes
Pele el plátano y corte en rebanadas diagonales de ½ pulgada. Corte el chorizo de la misma forma.
Cubra el fondo de una sartén grande con aceite de oliva (mejor si es antiadherente), y caliente a fuego medio. Agregue las tajadas de plátano y el chorizo. Voltéelas una vez, hasta que estén bien doradas por ambos lados, 5 minutos aprox. Revise las tajadas de plátano con frecuencia: pueden dorarse y/o pegarse con rapidez dependiendo de la cantidad de dulce que tenga el plátano. Escurra el plátano y el chorizo con toalla de papel.
Para preparar los huevos: caliente de nuevo la sartén a fuego medio bajo y añada más aceite si es necesario para cubrir el fondo. Rompa los huevos, viértalos en la sartén y cocine hasta que las claras estén firmes, 4 minutos aprox. Las yemas deben tener una consistencia líquida.
Para servir, coloque 3 ó 4 rodajas de plátano en los bordes de cada plato. Sirva una rebanada de chorizo encima. Si le sobran rebanadas de chorizo, colóquelas entre las de plátano. Coma algunas mientras prepara los huevos, o reserve para usar en otra ocasión. Sirva los huevos al otro lado del plato. Para disfrutar, asegúrese de comer en bocados que contengan chorizo, plátano y huevo (¡especialmente el líquido de la yema!).
Tostada franco española TORRIJAS Aunque suena como un desayuno con doble ciudadanía, lo que conocemos comúnmente como tostadas francesas realmente son españolas. Por supuesto que todos los países donde se come pan tienen alguna versión de ellas. Las “torrijas” no son un plato delicado, y deben hacerse con tajadas gruesas de pan campesino compacto y endurecido. Probablemente se sorprenderán ante la gran cantidad de mezcla de huevo y leche que absorbe cada tajada. Eso, además de una cocción lenta y uniforme, es lo que le da a las torrijas una textura semejante a la del pan. También hay que destacar que realmente no es un plato dulce, aunque es buena idea agregarle un poco de azúcar antes de servirlo.