Recopilación de artículos que abordan una variada temática, manteniendo como eje central al estilo de vida o filosofía vegana.
Cada uno de los artículos demuestra la inquietud y el interés del autor en comunicar y hacer llegar un mensaje simple y conciso sobre el respeto a todos los animales, mensaje que muchas veces choca con nuestra idiosincrasia, nuestras tradiciones, costumbres y por qué no, también nuestros vicios.
Incluye, además de interesantes reflexiones, entrevistas actuales, respuestas a cartas, e imágenes ilustrativas.
Sin dudas una excelente opción para aquel que ya tiene un interés en estos temas, como también para aquellos que aún tienen esta temática en el debe.
Pablo Fernández Beri
Un cambio pacífico
ePub r1.0
Hoshiko01.11.13
Título original: Un cambio pacífico
Pablo Fernández Beri, 2008
Editor digital: Hoshiko
ePub base r1.0
Notas
Antiveganos
El siguiente ensayo intenta llamar la atención sobre el creciente número de embates por parte del especismo que han tenido lugar especialmente en el correr de 2007.
En este caso en particular, comentamos un artículo dividido en once (con dos apéndices) páginas, y que supone un ataque frontal a la forma de vida que llama de «vegetariana» poniendo énfasis en el vegetarianismo de base religiosa de los Adventistas del Séptimo Día, pero que en la mayoría de las oportunidades se refiere al veganismo.
El autor comienza subestimando lo que él engloba dentro de «vegetarianismo» al desmerecer la importancia de la «corrección», o sea, los valores éticos.
De esta forma, está sugiriendo que el vegetarianismo no sería más que una «moda pasajera».
Aunque no sabemos exactamente si con este término se está refiriendo a un verdadero vegetarianismo, o sea, lo que conocemos por «veganismo» o abstención de cualquier producto o derivado de algún animal, o en cambio está haciendo referencia a alguna dieta de disminución de carnes, o incluso la de aquellas personas que se dicen vegetarianas a pesar de continuar comiendo peces o pollos.
Si hablamos de un verdadero vegetarianismo producto de la convicción de que los animales no-humanos no son recursos, objetos o propiedad de los humanos estamos ante la alternativa a una de las formas de discriminación, el especismo.
Al igual que alguien que no es sexista cree en igualdad de derechos para hombres y mujeres, alguien que no es racista cree en igualdad de derechos para individuos de cualquier origen étnico, alguien que no es especista cree en igualdad de derechos para quien no pertenece a la raza humana también.
Más adelante, el autor satiriza y desprecia el vegetarianismo como forma de producción y consumo amigable con el medioambiente.
De hecho, la industria ganadera es la más contaminante en el mundo, sólo segunda ante la polución causada por el transporte automovilístico.
Se necesita media hectárea para alimentar a un vegetariano por un año, mientras que se necesitan 1,3 hectáreas para alimentar a alguien con carne.
Todo esto sin contar con el derroche de agua que provoca la industria ganadera al requerir 9 veces más cantidad de este recurso que la alimentación vegetariana.
La forma de vida vegetariana es el principal aporte personal para ayudar al problema medioambiental, es un hecho objetivo que puede consultarse en cualquier lugar.
De forma difícil de creer, el autor termina diciendo que el vegetarianismo «tiene aspectos ocultos».
Dada la poca seriedad de esta declaración, la misma no merece demasiado cuidado.
Es evidente la multitud de documentación, investigaciones y publicaciones que brindan todo tipo de información con respecto al vegetarianismo, mientras que es difícil encontrar investigación seria que defienda el carnivorismo.
Es más, los sitios dedicados a «vender» el carnivorismo son, o pertenecientes a partes interesadas como las asociaciones o institutos de productores de carne, fanáticos religiosos o ultraderechistas, o sitios poco serios creados por personas con pocos valores éticos y que buscan entretener a su menguada audiencia con provocaciones intolerantes.
No es casual que desde estos sectores se pretenda «asustar» a quienes no están dentro del sistema de discriminación y explotación hacia los animales no-humanos.
El veganismo, o vegetarianismo ético, es una forma de vida para cualquier individuo coherente con una posición de firme rechazo a la forma de discriminación que provoca más esclavitud y muerte en el siglo XXI , el especismo.
En el segundo artículo, el autor profundiza en su rechazo el cual es, a su vez, el rechazo a la discriminación hacia los no-humanos.
Criticar al vegetarianismo por razones terminológicas ciertamente habla de una falta de otros criterios.
Si bien es cierto que «vegetarianismo» parecería significar un gusto por los vegetales, el término cuenta con más de 100 años de historia, y hoy en día nadie duda de su significado.
De la misma forma se podría denominar «carnívoro» a quien come carne, ya que a pesar de que los mismos no comen exclusivamente carne como sí lo hacen los tigres o leones, por ejemplo, es lo que los caracteriza.
El término «omnívoro» es igualmente inconsistente en su pretendido significado de «comer cualquier cosa», ya que prácticamente ningún «omnívoro» occidental come perros, gatos, insectos o seres humanos.
En el segundo párrafo, la falta de información se hace notar.
En primer lugar, si en el párrafo anterior se había dicho que el término «vegetariano» sugería «gusto por los vegetales», ¿cómo se explica la aplicación del término a quienes consumen animales como los peces o el pollo?
No existe tal cosa como «semi vegetariano» o «pesco vegetarianos», ya que el mismo término se contradice.
De la misma forma el veganismo, o vegetarianismo estricto, es justamente eso, la exclusión de cualquier producto de origen animal, miel incluida, a diferencia de lo que dice el citado artículo.
Caracterizar a los vegetarianos de «ideológicos» es algo típicamente reaccionario, no sólo de los anti vegetarianos, sino también de los «anti- otras cosas» en general.
Colocarse en una posición de arrogante superioridad para criticar «desde arriba» es algo que hacen quienes critican todo tipo de ideas y pensamientos independientes de un sistema ideológico, en este caso, el especismo.
Desde el especismo se tilda al vegetarianismo de «idealista», ya que no se concibe otra idea que no sea la de los animales no-humanos siendo considerados como propiedad o recursos a explotar, como si fueran objetos inanimados.
Una forma de vida vegetariana puede explicarse por los más diversos motivos e investigaciones científicas, y no por eso el autor tiene la «última palabra» ni él mismo cuenta con conocimientos serios como para argumentar que sus propias ideas son «mejores» o «superiores».
Nuevamente recurre al miedo para argumentar que su discurso tiene más peso.
Quien recurre al miedo y advierte sobre supuestos «peligros» no tiene más razones, simplemente está ejerciendo terrorismo verbal.
No estar de acuerdo con la explotación institucionalizada, producto de una idea flagrantemente discriminatoria como lo es el especismo, no es algo que merezca acusaciones y amenazas como las que propone el autor.