Adrián Oscar Scribano
Encuentros creativos expresivos:
Una metodología para estudiar sensibilidades
Quiero expresar mi agradecimiento a
Las Cooperativas que participaron en los ECE.
A los técnicos de La Minga.
A María Eugenia Boito, Gabriel Giannone y Cecilia Michelazzo.
A todos los miembros Programa de Estudios sobre Ación Colectiva y Conflicto Social.
A modo de introducción
María Eugenia Boito, Gabriel Giannone y Cecilia Michelazzo
“El hombre es el objeto inmediato de la Ciencia natural
pues la naturaleza sensible inmediata para el hombre
es inmediatamente la sensibilidad humana (una expresión idéntica)
en la forma del otro hombre sensiblemente presente para él;
pues su propia sensibilidad sólo; a través del otro existe
para él como sensibilidad humana”
Carlos Marx, Tercer manuscrito,
Propiedad privada y comunismo, (1844).
El libro que presentamos a continuación es resultante de un ejercicio analítico e interpretativo realizado por Adrián Scribano a partir de un Proyecto de Transferencia de la Ciencia (PROTRI 2010), orientado a generar condiciones para la expresión creativa de las sensibilidades de pobladores que habitan en la ciudad de Córdoba (2010-2011), en vistas a potenciar sus capacidades diagnósticas sobre el quehacer colectivo.
La propuesta de intervención es original con relación a: a-el objeto (el trabajo sobre las sensibilidades conformadas socialmente) b-la modalidad (la realización de ECE (Encuentros Creativos Expresivos) para generar las condiciones de aparición de las emociones, las formas de exponerlas y las maneras que tienen los sujetos para vivir/interpretarlas) y finamente c-los tipos de apropiación de la experiencia por parte de los destinatarios, orientadas a potenciar —para si— y replicar —en otros— las capacidades y habilidades para poder/ver y poder/operar sobre los marcos de posibilidad/constricción de la acción colectiva.
a- Con relación al objeto: de lo que se trata es de un tipo particular de diagnóstico que actúa sobre la expresividad del carácter sensible de las prácticas sociales. Si como afirmaba Marx, para cada hombre su propia sensibilidad sólo; a través del otro existe para él como sensibilidad humana, la propuesta que prologamos opera instanciando la posibilidad de manifestación de las sensaciones, a partir de preguntas tales como: ¿Qué y cómo nos sentimos cuando llegamos el barrio? ¿Cómo nos sentimos hoy? ¿Qué sensaciones nos genera el presente del trabajo colectivo en el barrio? ¿Cómo nos gustaría sentirnos en el futuro?
Aquí Scribano recupera y desarrolla una forma de interpretación e intervención que viene ensayando desde hace varios años. En Una voz de muchas voces. Acción Colectiva y Organizaciones de Base. De las prácticas a los conceptos en tanto uno de los supuestos epistémicos que rigen el análisis, como la orientación metodológica que vincula creatividad y acción colectiva en las prácticas de expresión que concretan los sujetos sociales. Consideramos pertinente recordar la fuerza que impulsó aquel escrito, ya que recurre y persiste en el presente libro:
La motivación central de lo que se presenta en este trabajo es contribuir a la discusión de la construcción de conocimiento científico sobre nuestra realidad social. Operando bajo el supuesto que, dicha discusión, es una de las tareas que se deben realizar para armar entre todos caminos de emancipación social. Con la esperanza que en algún momento de nuestra estructuración social muchas voces sean una voz. (2003: 7)
Más allá de esta continuidad, en la obra que estamos prologando Scribano profundiza una hermenéutica crítica de la obra marxista que parte de los Manuscritos en los que Marx -recuperando las reflexiones de un tipo de materialismo “primitivo” como el de Feuerbach- indica el punto de fundamento y de partida de la práctica científica: “La sensibilidad (véase Feuerbach) debe ser la base de toda ciencia (…) El primer objeto del hombre —el hombre— es naturaleza, sensibilidad, y las especiales fuerzas esenciales sensibles del ser humano sólo en la Ciencia del mundo natural pueden encontrar su autoconocimiento, del mismo modo que sólo en los objetos naturales pueden encontrar su realización objetiva”(Marx 1974:152)
Partiendo de los Manuscritos, afirma Scribano en Una sociología de los cuerpos y las emociones desde Carlos Marx (Scribano, 2013)
Para Marx las sensaciones son “afirmaciones ontológicas” es decir los hombres nos constituimos enhebrados por ellas en tanto seres humanos. Para Marx los seres humanos somos un momento de superación de la “naturaleza” en cuanto podemos reconstruir la relación entre necesidad y existencia, somos seres vivientes en tanto sintientes (…) La actividad como autoafirmación del hombre conecta pasión y apropiación de lo ‘natural’ e intersubjetividad con la co-presencia corporal en lo social. La sensibilidad transforma al hombre en humano en tanto proceso afirmativo del contenido humano de los objetos que hace para si en tanto especificidad exterior y actuante. La ‘consciencia’ (saber-hacer-sentir) del hombre toma como punto de partida y ‘pre-tende’ ser vida vivida en tanto realidad objetiva. Si el ser social determina la consciencia hay una conexión esencial entre ésta y las formas de la sensibilidad que construye el hombre. (2013: 7)
Desde nuestra perspectiva -y siguiendo la misma orientación teórica- como se recuerda en las Tesis sobre Feuerbach Marx indica que la falla de todo el materialismo anterior reside en que no capta la cosa como actividad humana, sensorial, como práctica; sino de una manera inerte, pasiva. Esta negación y renegación de la sensibilidad activa como base y fundamento de la reflexión científica es un proceso de “larga duración”, una especie de “revolución cultural” de plazo ampliado que fue desplazando la complejidad de lo viviente como soporte de los procesos de reflexión; así, en diferentes momentos lo sensible en su actividad y como actividad constituyente fue arrojado por la ventana y esta intencionalidad se encuentra incrementada en una época discursivista como la actual, que suma un nuevo pliegue de evitación a la interrogación materialista sobre la actividad de lo sensible.
Pero lo que ha sido objeto de este mecanismo retorna e irrumpe; el lado activo de lo que percibe el cuerpo a través de las sensaciones vuelve como “lo que nos pasa”, como algo que en primera instancia se percibe como extraño /aunque es propio/ y se impone como sensaciones que atraviesan a los sujetos que habitan en los escenarios socio-segregados. En la ciudad de Córdoba en particular los espacios de trabajo compartido han sido transformados sustantivamente durante la última década, por tendencias orientadas a la fragmentación de los espacio/tiempo de comunalidad y estas modificaciones se sienten como “una vida de lucha” que “duele” en un presente disgregado por las dificultades para el encuentro colectivo, que se vive como “poner la cabeza” en la vivienda adquirida y el “ver desde la ventana” lo que falta por hacer.
Este punto de partida sostiene que el hombre es naturaleza, sensibilidad: otorga una particular significación a “lo material” en tanto referencia y consideración a procesos metabólicos de los cuerpos con su entorno y a la indagación sobre estados /dinámicas de los intercambios de energías físicas, psíquicas con el espacio y con los otros. Desde aquí se dispone a la percepción y sus transformaciones como lugar privilegiado para reconocer ejercicios de moldeo /modulación sobre la experiencia social de los agentes en íntima interacción con las transformaciones de “lo natural”; es decir -y siguiendo a Marx también en este tópico- si