BREVIARIOS
del
FONDO DE CULTURA ECONÓMICA
Kenneth Burke
Retórica de la religión
ESTUDIOS DE LOGOLOGÍA
Traducción de
Mary Roman Wolff
Primera edición en inglés, 1961
Segunda edición, 1970
Primera edición en español, 1975
Segunda edición, 2014
Primera edición electrónica, 2014
© 1961, 1970, Kenneth Burke
Título original: The Rhetoric of Religion: Studies in Logology Diseño de forro: Teresa Guzmán Romero
D. R. © 1975, 2014, Fondo de Cultura Económica
Carretera Picacho-Ajusco, 227; 14738 México, D. F.
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ISBN 978-607-16-2873-2 (mobi)
Hecho en México - Made in Mexico
ÍNDICE
PRÓLOGO
La religión ha sido considerada con frecuencia como un eje del cual divergieron gradualmente todas las demás formas de motivación humana. Es vista como un principio unificador, la visión de una unidad edénica original, de la que se derivan incontables variedades de acción y pasión, así como con el tiempo surgieron, después de la expulsión del paraíso, los muchos idiomas que trastornaron la construcción de la Torre de Babel.
Sea cual fuere la naturaleza unificadora de la religión en este sentido técnico (con la teología como ciencia central, a cuyos términos todo lo demás pudiera ser “reducido”), la historia de las religiones es también la historia de una gran discordia. Parece ser que no hay nada que pueda malquistar más a la gente que exigirles que piensen igual, ya que dadas nuestras numerosas y diferentes maneras de vivir, no podríamos en realidad pensar igual, aunque quisiéramos. Por mucho que repitiésemos los mismos artículos de fe, los entenderíamos diferentemente, en la medida en que difirieran nuestras relaciones con ellos. La plegaria del hombre rico no es la del pobre. El Dios de la juventud no es el Dios de los ancianos. El Dios del infeliz condenado a la horca no es el Dios del afortunado que acaba de ganar en la lotería organizada por su iglesia.
El tema de la religión puede ser considerado como parte de la retórica en el sentido de que la retórica es el arte de persuasión, y las cosmogonías religiosas son concebidas, en último análisis, como formas de persuasión excepcionalmente minuciosas. Para persuadir a los hombres hacia ciertos actos, las religiones forman las actitudes que preparan a los hombres para tales actos. Y para abogar por tales actitudes lo más persuasivamente posible, los religiosos siempre basan sus exhortaciones (a sí mismos y a otros) en enunciados de la más extensa y profunda envergadura posible, tocante a los orígenes de la motivación humana.
En este sentido, el tema de la exhortación religiosa envuelve la naturaleza retórica, persuasiva, de la religión.
Además, en este libro no trataremos de la religión directamente, sino más bien de la terminología de la religión; no directamente de la relación del hombre con Dios, sino más bien de su relación con la palabra “Dios”. Así, el libro trata de algo tan esencialmente retórico como lo es la nomenclatura religiosa; de ahí el subtítulo “Estudios de logología”, es decir, “estudios de las palabras que se refieren a las palabras”.
La doctrina teológica es un conjunto de palabras habladas o escritas. Cualquier otra cosa que sea, sin importar para nada que sea verdadera o falsa, la teología es preeminentemente verbal. Es “palabras acerca de ‘Dios’”.
Puesto que son palabras sobre un tema tan “último” o “radical”, casi necesariamente 9
se trata de un ejemplo de palabras usadas con minuciosidad. Puesto que las palabras acerca de Dios serían sumamente trascendentales, la “retórica de la religión” ofrece un buen ejemplo de la actividad terminística en general. De ahí nuestra tesis “logológica”
según la cual, puesto que el uso teológico del lenguaje es concienzudo, el estudio minucioso de la teología y de sus formas nos proporcionará una buena apreciación de la naturaleza del lenguaje mismo como motivo. Este enfoque también entraña la creencia provisional de que, aun cuando los hombres empleen el lenguaje trivialmente, los motivos inherentes a su posible uso cabal actúan en cierta medida como estímulos, por más imprecisos que éstos sean.
Estos ensayos son la sustancia de tres conferencias pronunciadas originalmente en la Drew University en diciembre de 1956 y en la primavera de 1957, pero todos fueron posteriormente desarrollados con mayor amplitud. Estoy agradecido en particular por la oportunidad de completarlos bajo las más dichosas circunstancias, como becario del Centro de Estudios Avanzados en las Ciencias de Conducta de la Universidad de Stanford en 1957-1958. Y ciertamente debo mencionar mi agradecimiento por la oportunidad de desarrollar gran parte de este material con la ayuda de mis clases en el Bennington College.
Introducción
SOBRE TEOLOGÍA Y LOGOLOGÍA
Si definiésemos “teología” como “palabras acerca de Dios”, entonces por “logología”
daríamos a entender “palabras acerca de las palabras”. Con lo cual, pensar en la naturaleza necesariamente verbal de las doctrinas religiosas sugiere una posibilidad adicional: que pudiese haber analogías fructíferas entre los dos dominios. Así los enunciados que los grandes teólogos han hecho acerca de la naturaleza de “Dios” podrían ser adaptados mutatis mutandis para usarlos como observaciones puramente seculares sobre la naturaleza de las palabras.
Puesto que el hombre es el “animal que típicamente usa símbolos”, no debe ser sorprendente que los pensamientos de los hombres sobre la naturaleza de lo Divino incorporen los principios de verbalización. Y puesto que “Dios” es un principio formal, es de esperarse que cualesquiera enunciados minuciosos acerca de “Dios” revelen la formalidad debajo de su prototipo como enunciados. La afirmación bíblica de que el hombre está hecho a la imagen de Dios nos ha hecho cautelosos en cuanto a la tendencia antropomórfica inversa de concebir a Dios en la imagen del hombre. Pero la presente investigación cae entre estas dos posiciones, al sostener meramente que, en cuanto la doctrina religiosa es verbal, ejemplificará necesariamente su naturaleza como verbalización; y en cuanto la doctrina religiosa es concienzuda, su manera de ejemplificar los principios verbales debe ser correspondientemente minuciosa.
Por ende, debería ser posible analizar las observaciones acerca de “la naturaleza de
‘Dios’”, al igual que las observaciones acerca de “la naturaleza de la ‘razón’”, en su pura formalidad como observaciones acerca de la naturaleza del lenguaje. Y tal correspondencia entre el dominio teológico y el “logológico” debe estar ahí, exista o no
“Dios” en realidad. Porque, ya sea que la entidad llamada “Dios” exista o no fuera de su naturaleza como mero término clave en un sistema de términos, las palabras “acerca de él” deben revelar su naturaleza como palabras.
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