Conversación
Cómo el diálogo
puede transformar tu vida
Theodore Zeldin
Ilustrado por el autor
Traducción de Francisco García Lorenzana
Título original: Conversation, originalmente publicado en Gran Bretaña, en 1998, por The Harvill Press, Londres.
Primera edición en esta colección: octubre de 2014
© Theodore Zeldin, 1998, 2000
© de la traducción, Francisco García Lorenzana, 2014
© de la presente edición: Plataforma Editorial, 2014
Plataforma Editorial
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ISBN: 978-84-16096-90-9
Diseño de cubierta y composición: Grafime
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Índice
Prólogo a la edición
en lengua española
Conversar es inherente al ser humano. Charlar sobre nuestros pensamientos, sentimientos, decisiones, errores, sueños, problemas o ilusiones es consustancial a nuestra controvertida naturaleza como animales dialógicos. Paradójicamente, siendo algo natural, fácil, sin un coste económico, resulta extraordinariamente difícil y escaso. Entre todos hemos conseguido que nuestras conversaciones raramente sean una oportunidad para el aprendizaje, una experiencia transformadora.
En la sociedad posmoderna y digital de hoy, esta paradoja alcanza caracteres inéditos. La agresividad de las ciudades desalmadas, una relación casi alérgica con el tiempo, la dictadura de las nuevas tecnologías –se observan escenas laborales y lúdicas donde los ipad, las tabletas, los móviles… dominan abrumadoramente sobre el contacto humano–, la distracción de una mente multiestimulada, la primacía de lo urgente sobre lo importante, de la velocidad sobre la calma, son conductas y costumbres de una civilización que ha de recuperar el arte de la conversación. De ahí la importancia y oportunidad del libro que tiene en sus manos, querido lector.
Con la brillantez, profundidad y agilidad que caracterizan la pluma de Theodore Zeldin, el autor reivindica en estas páginas la cultura del encuentro. De hecho, define la conversación humana como el encuentro de dos mentes y dos corazones que intercambian y comparten experiencia, intuición, dudas, miedos… El guion argumental es lo de menos. La esencia radica en el proceso, en una conversación que fluye y avanza sorteando multitud de barreras. Como él mismo explica: «La conversación no solo vuelve a mezclar las cartas, sino que crea cartas nuevas». A este respecto, Zeldin rescata las bases fundacionales de un diálogo fructífero. La capacidad de formular preguntas inteligentes, de escuchar con empatía y paciencia, de sondear el silencio, interlocutor sonoro, de leer los mensajes de un cuerpo maltratado –una mirada, una posición, un gesto, un timbre de voz esconden verdades escurridizas al interlocutor despistado–, de practicar valores y actitudes sublimes –humildad, valor, discreción, generosidad, honestidad…– o de expresarnos con claridad y brevedad –ahí es donde más brilla la palabra– son algunas de las claves que el maestro Zeldin desgrana en un texto sencillo, original, personal, honesto. A través de él, el lector se nutre de verdades y principios intemporales, carga energías para reanudar la marcha, y se llena de coraje para sostener conversaciones pospuestas sine die. El otro es la versión oculta y noble de nuestro mejor yo, y solo a través de la conversación se devela el misterio que nos une.
La publicación en español de este clásico moderno, en el que tiempo y espacio son elegantemente sorteados, es un éxito indudable, una feliz iniciativa de Plataforma, un logro más de mi amigo y editor Jordi Nadal. Prologar este libro es para mí un honor inmerecido, un inmenso placer, una responsabilidad que asumo muy agradecido. Zeldin es un autor obligado en cualquier biblioteca personal que se precie. Y Conversación, una de sus joyas favoritas. Les dejo en animada charla con el maestro. Les garantizo un tiempo grato para su mente y espíritu, una parada y fonda necesarias para la aventura de vivir.
SANTIAGO ÁLVAREZ DE MON ,
profesor de IESE Business School y ensayista
Las ilustraciones
La conversación consiste, entre otras cosas, en un intento de leer la mente y en un rompecabezas. Constantemente estamos suponiendo por qué los demás dicen lo que dicen. Nunca podemos tener la seguridad cuando las palabras juegan entre ellas, las opiniones se acarician, la imaginación se desnuda, los temas se abren. Pero podemos ganar agilidad si lo queremos.
Como en el amor, se puede estimular la conversación con el juego de las apariencias. Por eso he puntuado mi texto con algunas ilustraciones que hacen las funciones de afrodisíacos. Espero que estas imágenes, al sugerir diferentes ideas a aquellos que las contemplen, puedan estimular la discusión sobre las diferentes direcciones que puede emprender nuestra imaginación. Aunque el afrodisíaco no tenga ningún efecto real, nos puede dejar vislumbrar los extraños juegos que se desarrollan en nuestra cabeza.
Al final del libro he colocado treinta y seis temas de conversación, cada uno de ellos provocado por una de estas ilustraciones. Todos ellas son cuestiones alrededor de la conversación. De la misma manera que los amantes profundizan y definen su amor al hablar interminablemente sobre este, todos los que estén ansiosos por tener conversaciones más satisfactorias necesitan hablar sobre la conversación. Existe una gran cantidad de poesía sobre el amor, pero prácticamente ninguna sobre la conversación. Tenemos el deber de inventar, por muy humilde que sea, un sustituto para ella.
Primeras palabras
Cómo cada nueva época cambia
los temas de conversación
«Hablar es bueno», afirma un anuncio de British Telecom. Pero, por supuesto, eso es sólo la mitad de la verdad. Nadie puede decir simplemente «Comer es bueno», sin añadir que muchos de los alimentos que nos gusta ingerir no nos hacen ningún bien. Si utilizásemos para nuestras conversaciones tantos libros sobre dietas como para nuestras comidas, nos advertirían contra muchos tipos diferentes de conversaciones y no les resultaría fácil indicarnos dónde podríamos paladear la haute cuisine de la conversación.
«Hablar es bueno» fue el lema del siglo XX , que puso su fe en la autoexpresión, el intercambio de información y los intentos por comprender a los demás. Pero hablar no cambia necesariamente los sentimientos o las ideas propias o de los demás. Creo que el siglo XXI necesita una nueva ambición para desarrollar no el habla, sino la conversación que cambie a las personas. La verdadera conversación prende fuego. Se trata de algo más que emitir y recibir información.
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