LA SUCURSAL
TODO LO QUE SIEMPRE QUISO SABER SOBRE SU BANCO Y NUNCA SE ATREVIO A PREGUNTAR (POR SI LE COBRABAN COMISION O LE COLOCABAN UNAS PREFERENTES FRESCAS)
POR
POLDO HARRISON
CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES PURA COICIDENCIA
O NO…
Mi nombre es Poldo Harrison y fui empleado de banca comercial en España en la época de crisis más reciente. Lo dejé en el momento preciso en que estaba convirtiéndome en lo que detestaba. Todas estas líneas a continuación son ficción y solo pretenden sacarte una sonrisa o más de una lágrima. Si alguna cosa te recuerda a tu oficina, a tu trabajo, a tu jefe, a tu compañera de departamento o a tu cuñado, no es mi problema. Pero recuerda que la realidad supera siempre a la ficción.
Estás a punto de conocer lo que ha pasado, está pasando, puede pasar o pasará en cualquier sucursal de este país un día cualquiera. Bueno, si es que para cuando leas esto queda alguna sucursal abierta atendida por seres humanos o personas. La distinción entre seres humanos o personas no es una errata, es para que vayas pensando un poco. Si ya solo hay máquinas en tu sucursal o directamente no sabes lo que es una sucursal de banca comercial, esto es más o menos lo que pasa de puertas hacia dentro. Cada día sus trabajadores ríen, lloran, viven, mienten, callan y padecen un infiernillo en la tierra. Sufren a sus jefes, sufren a sus compañeros y sufren a sus clientes. Aquí vamos a hablar del ficticio y orgulloso ganador (durante diez años seguidos) del premio internacional “Premium place to work and live”, el BANCO AMIGO. Para cultivar tu cultura general, voy a hablarte de los puestos básicos de una sucursal comercial de barrio. El logo y el color del Banco te dejo que lo pongas tú.
DIRECTOR DE OFICINA : Hombre o mujer entre los treinta y los cincuenta y cinco años. Podrás verlo de manera recurrente en alguno de los bares, cafeterías o restaurantes en un radio de doscientos metros a la redonda de su oficina con algún cliente tratando de cerrar algún objetivo del día de última hora. Pagará siempre el director aunque no le autoricen los gastos. Siempre duda entre seguir siendo un tornillo del engranaje o romper la baraja. Nunca sale de la duda. Su traje puede parecerte muy barato y su tela extremadamente inflamable. No dudes, lo es. Y los zapatos, siempre marrones y cuantas más hebillas, mejor.
SUBDIRECTOR : Hombre o mujer entre los treinta y los sesenta años. La única diferencia con el director de oficina es que no quiere tener ningún contacto con cualquier cosa que tenga que ver con un cliente, sobre todo si está vivo. Solamente se “quieren” ocupar de papeles, burocracia y más papeles. Este puesto suele estar ocupado por comerciales retirados de la venta debido a su poca gracia y escaso éxito. Alma de funcionario, corazón rebelde. Suelen tener ínfulas de perito calígrafo cuando una firma no coincide en un mínimo trazo o de detective si la persona no se parece mucho a la foto de identificación. Se transforman en un detector de mentiras con patas cuando se trata de comprobar la identidad de un cliente. Hay gente que, teniendo un poco gastado el carnet de identidad, ha tenido que llevar a sus padres con el libro de familia para que le dejen sacar veinte euros. Todavía sigue intentándolo. Por lo demás, los subdirectores son buena gente. Al mediodía mejor no le busques en la oficina. Bueno, a las tardes tampoco.
GESTOR COMERCIAL : Menor de treinta años. Es el puesto comercial de menor rango de la oficina. Le toca hacer de todo, pasar por el puesto de caja, atender a todo el mundo con intención de vender algo, hacer fotocopias, hacer el trabajo comercial del resto de puestos de la oficina, estar hasta el cierre, quedarse a comer y pagarlo de su bolsillo, sonreír como si fuera tonto y encima, le caen todas las broncas. Tiene la sana costumbre de ser la persona que menos cobra de la oficina. Suele ser el puesto en el que entra la gran mayoría de la gente en Banca Comercial. Autentico pelotón de infantería. Podrás verlo haciendo recados tanto para sus compañeros como para clientes. Si tiene más de treinta años, ten mucho cuidado. O no ha ascendido por sus escasos méritos o le han rebajado de puesto por sus peculiares practicas.
ASESOR FINANCIERO : Hombre o mujer entre los veinticinco y los treinta y cinco años. Después de todos los problemas de la banca con sus productos “especiales”, este puesto ha cambiado de nombre mil veces para que no tener que “asesorar” y por lo tanto poder eximirles de la culpa cuando el producto de turno sale rana. Es el puesto comercial intermedio de la oficina. Tiene alma de banquero americano. Bueno, también de cowboy y de francotirador. Quiere ser director a toda costa para aparentar el doble y trabajar la mitad. Si es mujer y va con traje de chaqueta, espécimen muy peligroso. Permanecer siempre a una distancia de cinco metros mínimo. Corres el riesgo de firmar cosas que no entendéis ninguno de los dos.
OPERATIVO DE CAJA : Hombre o mujer entre los cuarenta y cinco y los sesenta y cuatro años. Si la persona que te atiende en caja no está en este rango de edad, el operativo de caja oficial estará en el baño si es hombre y en una tienda si es mujer. Nunca le llames cajero, lo odian a muerte. Ellos son operativos de caja no apoderados. Cuando está en su puesto, existen dos opciones para detectar si es el cajero oficial. Si es mujer usará guantes para no mancharse con el dinero. Si es hombre le distinguirás por su vestimenta, ya que solo puede tener dos looks posibles. El primero es con un polo de propaganda. El segundo suele ser aterrador, con corbata de hace cien años, chaleco y camisa de sport de colores imposibles. Suelen tener nombres raros como Sibila, Aledis, Briseida, Ataulfo, Temístocles o Hermógenes. Ha podido tener un puesto de responsabilidad en los tiempos de Matusalén y ahora “solo” le vale al banco para hacer caja. Tiene mucha experiencia, el vientre suelto, querencia por el tinto y miedo a los robos. Suelen estar hartos de todo. Los hay amables y los hay que odian hasta que salga el sol todas las mañanas. En general es el puesto más fiable de la oficina. Y a modo de reflexión dejo esta idea ( este libretillo te intentará hacer pensar de vez en cuando, lo siento): El operativo de caja es el empleado que más contacto tiene con el cliente y el que tiene menos vocación comercial, el único que no tiene objetivos comerciales, ni rastro de motivación. Su implicación se la olvidó en algún momento después de mil años de carrera bancaria. Pero es la cara visible del 80% de los clientes que entran a una sucursal. Ahí lo dejo por si algún “jefecillo” de algún banco se está riendo con esto. O llorando y quiere hacer algo al respecto.
PERSONAJES (POR ORDEN DE APARICION):
HERMÓGENES RANULFO – Operativo de caja
JULIA GARCIA – Subdirectora
LUCAS GOMEZ – Director de oficina
VANESSA CANSADO – Gestora de clientes
ERNESTO LOPEZ DE LA SERNA – Director de área
ALEX RODRIGUEZ – Cliente problemático número 1
JAIME DE LA ROSA – Cliente problemático número 2
BORJA GUERRICAVEITIA – Asesor financiero
GIOVANNI JEFFERSON – Cliente extranjero
JOSE MARIA MAYO – Cliente habitual
LEOPOLDO ARIAS – Cliente importante
MARCIAL GORDUY – Cliente pesado
ALIPIO GOBLETO – Cliente sin cultura financiera
7:55 DE LA MAÑANA
La oficina está a punto de abrir a primera hora. Los rayos de sol iluminan la calle y es Hermógenes quien abre la sucursal. Está solo, como siempre a esa hora.
Hermógenes (operativo de caja) : Otro día más en el infierno. Solo me quedan 1877 días para que algún día me ofrezcan el 60% de mi sueldo y me pueda jubilar por fin. Jubilación anticipada, anhelado sueño de juventud…!Aguanta Hermógenes!, que tú eres de los que aguantan y estos malnacidos no acabarán contigo ( se lo dice a si mismo con resignación después de diez años seguidos en la misma oficina, con el mismo horario, con las mismas tareas a realizar ).
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