Introducción
No deberíamos preocuparnos por vivir más,
sino por vivir mejor. No deberíamos aspirar a tener
más tiempo, sino otra clase de tiempo.
Cuenta la leyenda que en el principio de los tiempos los demonios se reunieron y acordaron quitarles algo a los hombres. Pero ¿el qué? Dieron vueltas y más vueltas al asunto, hasta que uno propuso:
—Quitémosles la felicidad.
A todos les pareció muy bien, pero el problema era dónde esconderla para que no pudieran encontrarla.
—Escondámosla en la montaña más alta que haya —dijo uno.
—No es buena idea; los humanos son fuertes. Alguien podría subir y encontrarla —replicó otro.
—Pues en el fondo del mar —propuso otra voz.
—No, los humanos son curiosos; algún día construirán un aparato para bajar a las profundidades marinas y la encontrarán.
—¡Escondámosla en otro planeta! —exclamó otro.
Pero le recordaron que los humanos son inteligentes y que en el futuro fabricarían una nave con la que podrían viajar a los confines del universo y hallar la felicidad.
Al fondo de la sala, un diablo que había permanecido en silencio durante todo el debate alzó la voz:
—La esconderemos dentro de ellos mismos. Estarán tan ocupados buscándola fuera que nunca la encontrarán.
Así es. Lo que necesitas para ser feliz lo tienes en ti. No, no es dinero ni fama ni poder. No es algo externo. Lo que necesitas para ser feliz lo llevas contigo. Es ese latido intermitente que emite tu corazón, la vida que albergas, el tiempo del que dispones.
En este libro voy a mostrarte el verdadero valor del tiempo y a revelarte la enseñanza más estimable que puede recibirse en esta vida:
Dependiendo de cómo uses tu tiempo,
dependiendo de qué cosas «compres» con él,
serás feliz o infeliz.
Esta no es, te lo advierto de antemano, una lectura para pasar el rato. Lo que tienes delante es la carta de navegación de la singladura más fabulosa que un ser humano puede realizar, el mapa del mayor tesoro que jamás ha existido y existirá: la felicidad.
Para encontrar ese tesoro tendrás que poner de tu parte y asimilar una serie de ideas que seguramente trastocarán tu modo de pensar y que, cuando menos, te resultarán chocantes. De hecho, es muy posible que esta lectura te cambie la vida, o, lo que es casi lo mismo, que transforme tu manera de ver la vida. Eso espero y con esa intención lo he escrito. Te pido, eso sí, querido lector, que avances paso a paso, enseñanza tras enseñanza; permite que los mensajes que vas a recibir se acomoden en tu mente y que las emociones que esos mensajes despertarán en ti se asienten en tu corazón.
Verás que he dividido el libro en dos partes claramente diferenciadas.
La primera, «En busca de la felicidad», engloba la teoría, las ideas, toda una filosofía vital focalizada en el tiempo como eje central de la existencia. Esta parte se estructura a su vez en dos capítulos: «Otra clase de tiempo» y «El tiempo vale más que el oro». En ellos aprenderás que no hay nada más valioso que el tiempo y, lo que es más importante, que hay un tiempo bueno, que alumbra tu vida y conduce a la felicidad, y un tiempo malo, que empaña tu vida y te aparta de la felicidad. El tiempo bueno es el que dedicas a las cosas que son como tú, que están hechas de lo que tú estás hecho, que te devuelven transformado en felicidad cuanto inviertes en ellas. El malo es el que dedicas a las cosas que no son como tú, que no están hechas de tu misma «pasta», que no te devuelven nada de cuanto inviertes en ellas.
La segunda parte del libro, «Consejos para aprovechar el tiempo», es la del cómo, la de la práctica. En ella aprenderás a gestionar tu tiempo, a sacarle partido, a administrar esa fortuna que posees para que te dé los mayores réditos posibles.
Espero que tu idea acerca del tiempo haya cambiado cuando llegues a ese punto y que te decidas a usar las fórmulas que te planteo. Por supuesto, todo pasa por que entiendas que, de todas aquellas gestiones que te exige tu existencia, la del tiempo es sagrada, primordial, innegociable.
El reto que me he propuesto en este libro es enseñarte a cuidar de tu tiempo, a no malgastarlo, a reciclarlo. No es fácil, pero está en tu mano y te aseguro que la recompensa no tiene comparación.
¿Quieres ser feliz? Coge todo ese tiempo vacío que dedicas a cosas que no tienen nada que ver contigo y empléalo en aquellas que sean como tú y te devuelvan lo que pones en ellas.
Así es como se logra la verdadera felicidad.
PRIMERA PARTE
En busca de la felicidad
Otra clase de tiempo
Las cosas que «compras» con tu tiempo
determinan el color de tu vida.
¿Poco o mucho?
Vivimos en un mundo de ricos y pobres. El dinero, la moneda de cambio por excelencia, está repartido «de aquella manera»: mientras unos tienen mucho, otros no tienen nada o casi nada. Sin embargo, esta desigualdad no es aplicable a la moneda de cambio con la que venimos al mundo: el tiempo.
Si un hombre pudiera quitarle a otro su tiempo para disfrutarlo él, no tengo ninguna duda de que la desigualdad que se da en torno al dinero se daría también en torno al tiempo. Pero, por fortuna, el tiempo que cada uno de nosotros tiene es intransferible. Otra cosa es que la desigualdad económica, con todo lo que conlleva, suponga, a la hora de la verdad, que el reparto del tiempo no sea exactamente igualitario y que algunos hombres, por vivir mejor que otros, vivan más, es decir, tengan más tiempo que otros. Aun así, y hecha esta salvedad, todos disponemos de la misma cantidad de tiempo.
La cuestión es si es poco o mucho. Y aunque la respuesta dependerá de para qué lo queramos, dado que, en general, todos deseamos vivir el máximo tiempo posible, ya sea poco o mucho, a nosotros siempre nos parece poco. Los días no nos dan de sí, y esa relación tensa que mantenemos con el tiempo nos genera una sensación de apremio continuo que nos lleva a hacer más cosas de las que nos permite el reloj, de tal manera que al final solo conseguimos vivir en una pelea permanente con el tiempo.
El problema es de índole presupuestaria: disponemos solo de veinticuatro horas al día para «comprar» cosas y, cuantas más cosas queramos «comprar», menos dinero-tiempo tendremos para cada una y más difícil será que el presupuesto nos alcance para todas.
Seguro que conoces esta historia:
En una conferencia sobre gestión del tiempo, el orador sacó un jarro de vidrio de debajo del atril y lo puso encima. Luego sacó una docena de piedras grandes y empezó a meterlas en el jarro. Cuando el jarro estuvo lleno, preguntó al auditorio:
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