Raphaëlle Julie H. - Saca tiempo para ti

Raphaëlle Julie H., 2017

Traducción: Laura Soler Pinson

Editor digital: Titivillus

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Sacar tiempo para ti no siempre es fácil, sobre todo cuando las responsabilidades personales y profesionales te abruman y sientes que no puedes más. Sin embargo, encontrar tiempo para ti mismo no solo es deseable, sino que es necesario para mantener el equilibrio. ¿Cómo organizarse para dedicarse momentos de tranquilidad y aprovecharlos plenamente? ¿Qué técnicas de meditación y de relajación pueden ayudarme a acercarme a la plenitud?

En esta guía te ofrecemos las claves para que consigas sentirte en paz contigo mismo y aprender a desconectar y a dedicarte instantes a ti mismo sin sentirte culpable por ello. ¡No esperes más y comienza a reconectar con tus necesidades!

Te ofrecemos las claves para:

• aprender a identificar los elementos que engullen tu tiempo;
• conocer tu ritmo personal, que te permitirá fijar unos objetivos y unas limitaciones en tu vida;
• descubrir cómo organizar tu vida con el objetivo de que, en tu planificación diaria, también haya un tiempo para ti;
• conocer más en profundidad las distintas técnicas de meditación y de relajación que te ayudarán a llevar una vida que se adapte mejor a tus necesidades vitales;
• etc.

Raphaëlle Julie H.

Las claves para volver a conectar
con tus necesidades

En 50 minutos
Salud y bienestar - 0

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Titivillus 14.08.2020

• ¿Problemática? Entre el trabajo, los amigos, la familia, las compras y las comidas, somos muchos los que nos afanamos por lograr acabarlo todo. ¿Adónde se va todo ese tiempo tan valioso del que nos gustaría disfrutar? ¿Cómo podemos volver a conectar con nuestras necesidades y nuestros verdaderos deseos?
• ¿Meta? Tomar conciencia de cómo nos cuidamos, de cómo disfrutamos de nuestro tiempo y, gracias a unas sencillas claves, aprender a gestionar nuestra vida de una forma más apacible.
• ¿Preguntas frecuentes?
  • ¿Qué significa dedicarse tiempo a uno mismo?
  • ¿Por qué es tan difícil tomarnos un tiempo para nosotros?
  • ¿Cómo permitirnos de vez en cuando priorizar nuestro bienestar por encima del de los demás?
  • ¿Cómo escoger entre lo que enriquece y lo que molesta?
  • ¿Cómo organizarnos y dedicarnos el tiempo necesario para estar tranquilos en el día a día?
  • ¿Cómo mantenernos conectados con quienes realmente somos?

¿Te tomas tu tiempo para volver a encontrarte, para recargar pilas y para escucharte? ¿Vives la vida como una sucesión de alegrías o como una montaña de limitaciones a las que hay que enfrentarse?

Muchos de nosotros corremos de un lado para otro para aunar vida profesional y familiar, amistosa y deportiva o artística e ideológica. Deseamos encajar con una cierta imagen o sentirnos realizados mientras cumplimos con nuestro deber, y esto nos lleva a aceptar situaciones en las que ya no respetamos nuestra verdadera naturaleza. Olvidamos cuidar nuestro cuerpo e, incluso, nuestro equilibrio mental, y podemos llegar a tener la sensación de que funcionamos como un autómata. Estamos presos de este sistema y ya no sabemos encontrar las puertas que llevan hacia la salida.

Aunque la vida es valiosa, lo cierto es que puede ayudarnos a cargar pilas o agotarnos. Todo depende de cómo la abordamos y cómo gestionamos nuestra relación con los demás, con nuestro entorno y con nosotros mismos. Tomar conciencia de la manera en la que organizamos nuestras jornadas, nuestras actividades y nuestros momentos de descanso puede constituir una primera etapa. La segunda será aprender a escuchar nuestras necesidades y nuestros deseos más profundos. Si bien es cierto que esto requiere un poco de imaginación, de organización e, incluso, de una cierta laxitud, uno puede sacar tiempo para sí, con el objetivo de vivir una existencia equilibrada y distendida. ¡Solo tenemos una vida y sería una lástima malgastarla!

Durante siglos, nuestros antepasados vivieron al ritmo de las estaciones y de la naturaleza. Hoy en día, desde la Revolución Industrial, las máquinas nos asisten en nuestras tareas obreras, domésticas y administrativas. Sin embargo, no parece que nuestra calidad de vida haya mejorado realmente. Estamos atrapados en una carrera infernal, ya no tenemos tiempo para detenernos… ¡Ya no tenemos tiempo para vivir! Sentimos que no podemos escapar de una espiral constante, en un mundo donde todo va demasiado rápido.

En consecuencia, cada vez nos resulta más difícil retomar aliento en una sociedad en la que tenemos que enfrentarnos siempre a más exigencias, información y solicitudes. Los medios de comunicación nos saturan cada día con imágenes a cada cual más desoladora. Son muchas las preocupaciones por el futuro, ya sea con respecto al desempleo, a la ecología o al auge de la violencia. Sin embargo, tal y como afirma Marcelle Auclair (escritora francesa, 1899-1983) en El libro de la felicidad, sí que existe la alegría, el amor y la felicidad. Nos toca a nosotros decidir si queremos centrarnos en el sufrimiento del planeta o, por el contrario, si adoptamos una visión positiva de la vida. ¿Quizás nos faltan algunas claves para lograrlo?

Vamos a establecer juntos el balance de tu manera de dedicarte a ti mismo para estar en armonía contigo mismo. A continuación, analizaremos las trampas que impiden un reparto adecuado de tus diversas ocupaciones en la vida. Para acabar, trataremos la noción de placer, que tendría que erigirse como un modo de vida. Pero experimentar este tipo de sentimientos en nuestras acciones diarias no resulta tan fácil como parece, ya que estamos muy desconectados del instante presente. Para lograrlo, necesitamos tiempo para volver a centrarnos en lo fundamental y en nosotros mismos. Volvamos a situarnos en la posición que merecemos realmente en nuestra propia vida. Pero, aunque deseemos vivir de una manera más libre, primero tendremos que ser conscientes de cómo funcionamos.

¡Obsérvate!

Empieza por comprar una libreta que se parezca a ti. Escoge el color, el formato, el material y escribe en grande en la tapa: «Tiempo para mí». Ábrela cada mañana, saca tu bolígrafo y derrama ríos de tinta. Por ejemplo, anota la actitud que tienes cuando te despiertas: ¿te sientes feliz de levantarte y estás impaciente por vivir nuevas experiencias? O, por el contrario, ¿notas que ya estás cansado pensando en las tareas que te esperan?

Ève y el cuento de «Pedro y el lobo»
Venecia, la ciudad del amor, de las delicias dulces y saladas, de las máscaras abigarradas… ¡Un gran plan! Ève sueña con llevar allí a su pareja. Pero cada vez que reserva el fin de semana de ensueño, siempre sucede algo y, de repente, Ève pospone su sueño hasta una próxima ocasión.

Si preguntas a Ève por qué no logra regalarse el viaje por esa ciudad, te responderá que no tiene tiempo porque su mejor amiga la ha llamado de urgencia, porque su madre se muda o porque su jefe acaba de encargarle un nuevo expediente. La joven tiene la sensación de que ya no puede gestionar su tiempo. Siempre se siente presa de aquello que Alec MacKenzie, un investigador estadounidense, autor de la famosa obra La trampa del tiempo, llama los «ladrones de tiempo». Este concepto hace referencia a todos esos elementos que destruyen la organización tanto profesional como privada.