La mujer:
Sus tensiones
y depresiones
La mujer:
Sus tensiones
y depresiones
David Hormachea
© 2008 por Grupo Nelson
Publicado en Nashville, Tennessee, Estados Unidos de América.
Grupo Nelson, Inc. es una subsidiaria que pertenece
completamente a Thomas Nelson, Inc.
Grupo Nelson es una marca registrada de Thomas Nelson, Inc.
www.gruponelson.com
Todos los derechos reservados. Ninguna porción de este libro podrá ser reproducida, almacenada en algún sistema de recuperación, o transmitida en cualquier forma o por cualquier medio —mecánicos, fotocopias, grabación u otro— excepto por citas breves en revistas impresas, sin la autorización previa por escrito de la editorial.
A menos que se especifique lo contrario, las citas bíblicas usadas son de la Santa Biblia, Versión Reina-Valera 1960 © 1960 por Sociedades Bíblicas en América Latina, © renovado 1988 por Sociedades Bíblicas Unidas. Usadas con permiso.
Diseño: www.Blomerus.org
ISBN: 978-1-60255-161-9
Impreso en Estados Unidos de América
08 09 10 11 12 BTY 9 8 7 6 5 4 3 2 1
Dedicatoria
Dedicado a mi madre, quien me enseñó que pese a la raza, el color de su piel, la educación o la edad, la mujer es una maravillosa creación divina que los hombres en forma natural no entendemos. Dedicado a mi madre, que no solo es una de las más grandes muestras de que el amor de una mujer es maravilloso sino que, además, con su vida sigo comprobando que una mujer pobre, con poca educación formal y sin los conocimientos de la vida moderna, con su confianza en Dios puede vivir saludablemente en medio de las más grandes tensiones
y serias frustraciones.
Mamita, te amo y te agradezco que me trajeras a este mundo. Creo que miles de mujeres también quisieran agradecértelo. Agradezco también por permitirme vivir esta vida de servicio, amor y dedicación para ayudar a
las mujeres que amo.
Contenido
1 La mujer con ansiedad:
Persona afanada que necesita enfocarse
2 El hombre en el hogar:
Persona imperfecta que necesita aprender
3 Las tensiones en el hogar:
La tensión rutinaria de muchas actividades regulares y diarias
4 Las tensiones en su relación con los hijos:
Tensión interpersonal que afecta a toda mujer normal
5 La subestimación personal:
Tensión que sumerge en la impotencia
6 La ausencia de romanticismo e intimidad apropiada:
Tensión que destruye la relación conyugal
7 La tensión laboral:
Presión diaria que produce estrés
8 Los estados depresivos:
Tensiones sutiles que destruyen la vida
9 Las relaciones familiares no saludables:
Tensiones diarias profundas que producen destrucción
10 El cuerpo femenino:
Particularidades que producen cambios
11 La responsabilidad:
Acciones imprescindibles para vivir con dignidad
EXISTEN MUCHAS COSAS QUE son importantes en la convivencia saludable con nuestro cónyuge, pero una de las fundamentales es conocernos mutuamente. Sin embargo, mientras más relación tengo con parejas, más me doy cuenta de cuánto desconocemos del mundo del sexo opuesto. No solo existen mujeres que desconocen los conflictos que nosotros los hombres enfrentamos, sino que hay muchos hombres que no tienen idea del mundo femenino y sus complicaciones. Es verdad, no es bueno desconocer a la persona con quien compartirá toda su vida; es importantísimo conocer a nuestro cónyuge, sin embargo, uno de los más terribles errores que podemos cometer es no conocernos a nosotros mismos. Estoy convencido de que no podemos amar a otros como Dios demanda si no nos amamos a nosotros mismos como Él enseña.
Nadie puede amarse bien si no se conoce bien ni puede amar bien a sus seres queridos si no ha aprendido a amarse a sí mismo.
Estoy persuadido de que después de conocer a Dios y su Palabra, una de las más sabias determinaciones del ser humano es conocerse a sí mismo. Es que nadie puede amarse bien si no se conoce bien ni puede amar a otro si no sabe amarse a sí mismo. Las palabras del gran apóstol Pablo confirman lo que escribo cuando dice: «Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus propios cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama» (Efesios 5.28).
He escuchado a más mujeres que las que usted puede imaginarse. Mis conferencias, libros y programas de radio, me dan la oportunidad de relacionarme con muchas personas, de que me conozcan, de entrar en su mundo y abrir una puerta a la confianza. Debido a que trato de enseñar la verdad, de acuerdo a como la interpreto a partir de la única regla de fe y conducta que he elegido, es decir, la Biblia, en mis conferencias y escritos, muchas mujeres comprenden verdades extraordinarias con respecto a ellas mismas por lo que desean saber más. Por otro lado, debido a que mi meta es mostrarme tal como soy, con virtudes y defectos, muchas mujeres se identifican con mis pecados, errores, aciertos, virtudes, angustias y defectos; por lo que se sienten comprendidas. Además, debido a que muchas de ellas saben que me gusta decir las verdades en forma honesta y directa, deciden buscar nuestro asesoramiento.
En base a mi universo de experiencias con las mujeres que se comunican conmigo, he llegado a algunas conclusiones importantes. Primero, muchas mujeres no se conocen. No conocen su mundo emocional ni su mundo espiritual y muchas no conocen su cuerpo como debieran.
Segundo, muchas otras no saben amarse a sí mismas. No dedican tiempo para su desarrollo físico, su desarrollo emocional o su vida espiritual, pues están terriblemente involucradas en la vida de sus esposos e hijos y se creen las redentoras de todo el resto de su familia extendida.
Tercero, muchas mujeres no han buscado desarrollarse hacia la madurez en algunas áreas de sus vidas. Por ello, responden inmaduramente al maltrato o al abuso, y permiten actitudes, palabras y acciones que ninguna mujer madura permitiría.Estas mujeres, siendo adultas, siguen sintiendo la misma impotencia que sintieron de niñas, por más que su situación actual sea diferente.
Mi meta es que usted entienda que su realización no depende de lo externo, sino de lo interno y que nadie es responsable de hacer que usted viva sabiamente, sino que es responsable de vivir sabiamente aunque esté rodeada de personas que actúan en forma necia.
Cuarto, muchas mujeres tienen ideas erróneas con respecto a la manera de encontrar su felicidad. Casi siempre me cuentan cuán infelices las hacen sus maridos, sus hijos, el trabajo, alguna amiga o algún miembro de su familia. No han comprendido que la realización de una persona no depende de cuán adecuadas son las cosas, personas o circunstancias que le rodean en esa etapa de su vida, sino de cuán adecuada, de cuánta capacitación, o cuán buenas herramientas usen para enfrentar a las personas, cosas o circunstancias que le rodearán en toda la vida.
Después de leer este libro mi meta es que usted entienda que su realización no depende de lo externo sino de lo interno y que nadie es responsable de hacer que usted viva sabiamente, sino que es responsable de vivir sabiamente aunque esté rodeada de personas que actúan en forma necia.
El cristianismo y la mujer
Ningún sistema religioso ha exaltado a la mujer a un estatus tan alto como el cristianismo. Dios no creó a Eva para que llenara el vacío de la vida de Adán, la creó para que junto a Adán vivieran para la gloria de Dios y juntos pudieran cumplir su mandato de gobernar la tierra. La mujer no fue creada para satisfacer una necesidad social o sexual de Adán, sino para completar el propósito de Dios con los humanos. Eva no era necesaria para cumplir los deseos de Adán, sino para cumplir el mandato que Dios le entregó a Adán de gobernar la tierra. La Biblia afirma repetidamente en sus páginas que la mujer es valiosa delante de Dios y que no fue creada como resultado de un pensamiento de último minuto; fue creada porque así Dios lo había predeterminado. La mujer es honrada por ser mujer, creada por Dios para ser mujer y para que mediante el cumplimiento del propósito de su creación, exalte al Dios que la creó. La Biblia exalta la feminidad y anima a la mujer a ser lo que Dios determinó que fuera.
Página siguiente