Copyright edición en español © 2019 por Hachette Book Group, Inc.
Publicado en inglés por FaithWords bajo el título Healing the Soul of a Woman Devotional, copyright © 2019 por Joyce Meyer.
Copyright de portada © 2019 por Hachette Book Group, Inc.
Hachette Book Group respalda el derecho de libre expresión y el valor de los derechos de autor. El propósito de los derechos de autor es alentar a los escritores y artistas a producir las obras creativas que enriquecen nuestra cultura.
El escanear, descargar y distribuir este libro sin permiso de la editorial es un robo de la propiedad intelectual del autor. Si desea obtener permiso para utilizar material del libro (que no sea con fines de revisión), comuníquese con permissions@hbgusa.com. Gracias por su apoyo a los derechos de autor.
FaithWords
Hachette Book Group
1290 Avenue of the Americas, New York, NY 10104
faithwords.com
twitter.com/faithwords
FaithWords es una división de Hachette Book Group, Inc. El nombre y logotipo de FaithWords es una marca registrada de Hachette Book Group, Inc.
La editorial no es responsable de los sitios web (o su contenido) que no son propiedad de la editorial.
El Hachette Speakers Bureau proporciona una amplia gama de autores para dar charlas. Si desea obtener más información, visite www.hachettespeakersbureau.com o llame al (866) 376-6591.
A menos que se indique lo contrario, el texto bíblico ha sido tomado de la versión Reina-Valera © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina; © renovado 1988 Sociedades Bíblicas Unidas. Usada con permiso. Reina-Valera 1960® es una marca registrada de la American Bible Society, y puede ser usada solamente bajo licencia.
Las escrituras marcadas como “NVI” son tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional® NVI® Copyright © 1999, 2015 por Biblica, Inc.® Usada con permiso de Biblica, Inc.® Todos los derechos reservados mundialmente.
Las escrituras marcadas como “NTV” son tomadas de la Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010. Usada con permiso de Tyndale House Publishers, Inc., 351 Executive Dr., Carol Stream, IL 60188, Estados Unidos de América. Todos los derechos reservados.
Traducción, edición y corrección en español por LM Editorial Services | lmeditorial.com | lydia@lmeditorial.com con la colaboración de Belmonte Traductores y Carmen Caraballo.
ISBN: 978-1-5460-3844-3 (tapa dura) / E-ISBN: 978-1-5460-3843-6 (ebook)
E3-20190801-JV-NF-ORI
Cuando sufrimos un corte en un brazo y sangramos, podemos ver fácilmente que algo anda mal y sabemos qué hacer para ocuparnos de ello. Pero cuando nuestra alma está herida, es bastante común que no sepamos cuál es el problema o qué hacer para mejorarlo. Quizá ni siquiera somos conscientes de que existe un problema. Nuestra vida interior, nuestros pensamientos, nuestras emociones, actitudes y decisiones deliberadas son todos ellos parte del alma, y cuando hemos sido heridas profundamente mediante el abuso de cualquier tipo, abandono, rechazo, acoso y otras experiencias negativas, nuestra alma necesita ser sanada.
Una muchacha cuyos padres han abusado de ella es más que probable que tenga temores, inseguridades, ansiedad, depresión, o algún otro tipo de conducta disfuncional. Yo me crié en un hogar abusivo y disfuncional, y tuve muchos problemas en mi alma debido a ello, pero no era consciente de que estaban ahí. Me comportaba de la única manera que sabía, sin darme cuenta de que mi conducta estaba influenciada por el abuso sufrido.
Las relaciones en particular eran difíciles para mí, en especial, cualquier tipo de relación íntima, porque cuando alguien se me acercaba mucho, comenzaba a darse cuenta de que yo tenía problemas. Cuando intentaban confrontarme al respecto, me enojaba y pensaba sinceramente que él o ella eran el problema, y no yo.
Fui muy infeliz por mucho tiempo. Al recibir a Jesús como mi Salvador, finalmente, tras muchos años de aflicción antes y después de convertirme al Señor, comencé a buscarlo a Él para encontrar respuestas a mis problemas. Ahora que escribo este devocionario, han pasado más de cuarenta años desde que le pedí a Dios que sanara mis heridas. Es mi oración que, mediante este libro, pueda compartir algunas cosas que le ayudarán en su propia jornada hacia la sanidad de su alma. Al final de cada lectura del devocionario, he incluido una breve afirmación que comienza con las palabras: Declare lo siguiente. Espero que se tomará en serio esas declaraciones, porque hay algo muy poderoso que sucede en la jornada de sanidad cuando usted hace compromisos como los que están en este libro y los declara en voz alta.
Un alma sana, que funciona bien, está a disposición de cada persona, pero quienes han sido heridas profundamente necesitarán ser pacientes y firmes a medida que el Espíritu Santo les guía por su propia jornada personal de sanidad. Si es usted una de esas personas heridas, hay muchas cosas que necesitará aprender, de modo que vamos a comenzar y avanzar hacia la sanidad. Iniciemos con una oración:
Padre, en el nombre de Jesús te pido que sanes mi alma herida. Quiero ser y hacer todo lo que tú quieras para mí. Tengo mucho que aprender y te pido que me enseñes y me ayudes a enfrentar la verdad en cada área en la que mi pensamiento sea equivocado. Entrego mi vida totalmente a ti y decido abrir mi corazón a ti en cada área de mi pasado. Ayúdame y fortaléceme mediante el poder del Espíritu Santo, y empodérame para tener una personalidad llena del Espíritu. ¡Amén!
… para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu.
Efesios 3:16
Él sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas.
Salmos 147:3
Quienes están quebrantados de corazón están quebrantados en su personalidad. Son incapaces de operar adecuadamente debido a sus heridas. Han sido profundamente heridos y no pueden dejar atrás el dolor de su pasado.
Es importante que no nos quedemos solamente en el punto de nuestro dolor y permanezcamos ahí por el resto de nuestra vida. Dios es el autor de los nuevos comienzos, y ya sea que estemos heridas debido a nuestro propio pecado o debido al pecado de otros que nos han dañado, nosotras somos las únicas que podemos decidir si avanzar o quedarnos detenidas. Saque su vida del estancamiento y comience a avanzar hacia el gran futuro que Dios ha preparado para usted.
El apóstol Pablo es un ejemplo estupendo de alguien que siguió sacudiéndose del pasado y avanzando. Él prosiguió, dejando atrás su propio pecado, dejando atrás la persecución que recibió por parte de otros como su recompensa por simplemente intentar ayudarlos, dejando atrás el encarcelamiento injusto, golpizas, abandono, y muchas otras cosas dolorosas. También dejó atrás sus propias imperfecciones en su caminar diario con Dios y expresó que soltar lo que quedaba atrás era su propósito determinado en la vida.
Cuando estamos sufriendo, avanzar no siempre es fácil, porque nuestra mente y nuestras emociones nos dicen que nos rindamos. Aunque el cambio no es fácil y a menudo es doloroso, tenemos solamente dos opciones: soportar el dolor del cambio o soportar el dolor de no cambiar nunca. Es fácil ver qué decisión tiene más sentido. Si en cualquiera de los casos habrá dolor, ¿por qué no escoger el camino del progreso?
Seguir avanzando en medio del dolor personal requiere mucha valentía. Quizá ni siquiera quiere levantarse de la cama en la mañana, y menos aún estar activa y hacer lo que la vida requiera ese día, pero si vive por decisiones sabias en lugar de vivir por sus sentimientos, puede hacerlo.
Recuerdo muy bien que mi padre me decía repetidamente: “Nunca llegarás a nada”, pero con la ayuda de Dios me sobrepuse a sus palabras negativas. Si aquellos que deberían haberle afirmado le derrumbaron con sus palabras, usted también puede sobreponerse a sus palabras al creer lo que Dios dice de usted y meditar, en cambio, en sus palabras. Dios dice muchas cosas maravillosas de usted, cosas como estas: usted es una obra maravillosa (Salmos 139:14). Es amada incondicionalmente (Jeremías 31:3) y aceptada (Juan 6:37). Es usted preciosa y honorable ante sus ojos (Isaías 43:4). su Palabra incluye muchas verdades similares que le edificarán y renovarán su mente para que pueda pensar sobre usted misma y su vida del modo en que Dios quiere que lo haga.