• Quejarse

Sara y Ulises Blumenthal - Compartiendo a Ivan

Aquí puedes leer online Sara y Ulises Blumenthal - Compartiendo a Ivan texto completo del libro (historia completa) en español de forma gratuita. Descargue pdf y epub, obtenga significado, portada y reseñas sobre este libro electrónico. Año: 2015, Género: Ordenador. Descripción de la obra, (prefacio), así como las revisiones están disponibles. La mejor biblioteca de literatura LitFox.es creado para los amantes de la buena lectura y ofrece una amplia selección de géneros:

Novela romántica Ciencia ficción Aventura Detective Ciencia Historia Hogar y familia Prosa Arte Política Ordenador No ficción Religión Negocios Niños

Elija una categoría favorita y encuentre realmente lee libros que valgan la pena. Disfrute de la inmersión en el mundo de la imaginación, sienta las emociones de los personajes o aprenda algo nuevo para usted, haga un descubrimiento fascinante.

Sara y Ulises Blumenthal Compartiendo a Ivan

Compartiendo a Ivan: resumen, descripción y anotación

Ofrecemos leer una anotación, descripción, resumen o prefacio (depende de lo que el autor del libro "Compartiendo a Ivan" escribió él mismo). Si no ha encontrado la información necesaria sobre el libro — escribe en los comentarios, intentaremos encontrarlo.

Sara y Ulises Blumenthal: otros libros del autor


¿Quién escribió Compartiendo a Ivan? Averigüe el apellido, el nombre del autor del libro y una lista de todas las obras del autor por series.

Compartiendo a Ivan — leer online gratis el libro completo

A continuación se muestra el texto del libro, dividido por páginas. Sistema guardar el lugar de la última página leída, le permite leer cómodamente el libro" Compartiendo a Ivan " online de forma gratuita, sin tener que buscar de nuevo cada vez donde lo dejaste. Poner un marcador, y puede ir a la página donde terminó de leer en cualquier momento.

Luz

Tamaño de fuente:

Restablecer

Intervalo:

Marcador:

Hacer

COMPARTIENDO

A

IVÁN

O

LOS SECRETOS DE UNA POLIGAMIA PERFECTA

por

ULISES

Y

SARA

BLUMENTHAL


Título original: Compartiendo a Iván o los secretos de una poligamia perfecta.

Diseño de portada: Ulises y Sara Blumenthal.

Primera edición: Febrero 2015

© 2015, Ulises y Sara Blumenthal.

ISBN 13: 978-1508501220

ISBN 10: 1508501

Queda rigurosamente prohibida, sin la autorización escrita de los titulares del «Copyright», bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamos.


"El único tirano que acepto en este mundo es mi propia voz interior"

Mohanda Ghandi (1869-1948)


  1. LA PROPOSICIÓN

La sensación empieza siempre desde mi voluminoso trasero. No quiero decir con esto que sea deforme o celultico, es eso, voluminoso, ocupa mucho espacio y por tanto ese es el adjetivo que mejor le cuadra. ¿A qué sensación me refiero? Pues a que algo duro, granítico sería un mejor calificativo, me da pequeños golpecitos. Es molesto, sobre todo cuando estás en ese estado de duermevela que tanto nos gusta, ese en que puedes decidir con que te apetece soñar y en el que, una vez elegida la historia que quieres experimentar, tu psique te mete en ella y la vives como si todo estuviera pasando realmente, ¿se llamarán sueños lúcidos por eso? Aunque parezca algo deseable no es para tomárselo a broma, más que nada porque a veces he abierto los ojos sobresaltada y he sentido el corazón a mil por hora, algo que asusta un poco sabiendo que circulan por ahí decenas, que digo decenas, cientos de noticias acerca de gente que muere mientras duerme. Pero estaba con los golpecitos, tengo tendencia a irme por las ramas, así que procuraré centrarme. Sé que los produce, se trata del miembro erecto de Iván ¡Dios! ¡Tengo pelo en la cara! ¡Y calor! ¡Mucho calor! Tanto que estoy sudando. De repente las sensaciones se multiplican por dos, el pelo en mi cara se agita y siento como una mano se desliza por mi piel en un viaje que no concluye en ninguna parte que pueda reconocer como propia. Quiero investigar su destino cuando mi pubis se ve invadido por lo que sé reconocer perfectamente como carne humana en abundancia, ¿un culo? ¿Un culo pegándose a mi regordete monte de Venus? Por fin intuyo la situación de la mano cuyo antebrazo descansa ahora en mi cadera, está agarrando a la propietaria de tan tremendas posaderas y empujándola con fuerza hacia mí. Los golpecitos cesan pero ahora siento como la polla de Iván se cuela entre mis muslos, buscando, escudriñando, analizando cada centímetro de mi delicada piel en busca de un acceso a mi interior. Abro los ojos cuando la siento en la entrada a mi preciada vagina, me estoy meando viva, así que no sé si seguir apretando los muslos o facilitarle el tránsito. Con cuidado y sin decidirme aún, aparto el pelo, negro azabache para mas detalle, de mi cara, elevo un poco la cabeza y por fin comprendo por que el pegajoso culo de esta misteriosa mujer me aprisiona sin dejar que me mueva; ha secuestrado la mano de Iván y está haciendo que la masturbe. Me quedo tan absorta mirando la escena que no me doy cuenta que he relajado la musculatura en la entrepierna y la inquieta polla de mi marido ha aprovechado el momento para invadirme en toda regla, y eso que aún no estoy lo suficientemente lubricada como para que no le cueste avanzar, pero en fin, mi Iván es de todo menos delicado. El movimiento al entrar y el vaivén posterior hace que mi pubis se acompase con sus embestidas y parezca un jodido tío follándose por atrás a la morena cuyo pelo ha vuelto a invadirme y se me está metiendo ya hasta por la nariz. Decididamente algo se me ha pasado por alto. No suelo amanecer de esta guisa así que entre empujón y empujón me pongo a pensar. Los hechos son los hechos y son irrefutables así que me concentro en intentar saber quien coño es nuestra amiga especial , a Iván, mi marido, lo conozco desde que me emborrachó una noche de esas que las mujeres calificamos de loca pero que en realidad son carreras entre amigas para ver quien folla con el mas guapo de la discoteca. Sí, mi marido ganó el premio esa noche, a mi. El pobre no tuvo ninguna oportunidad. Os explico. ¿Cómo se defiende un tío cuando se le acerca una rubia con una mini como la que yo llevaba, un pandero como el que gasto, una sonrisa de putita borracha y para colmo se le insinúa diciéndole guarradas al oído mientras bailamos? No tiene escapatoria. Al principio se ríen, nerviosamente claro, luego sus neuronas inician su lento pero constante viaje hacia su polla y se desviven porque le des tu móvil para poder verte otro día en un sitio mas tranquilo, algo que se podría traducir más o menos como que quieren follarte en la habitación de un hotel. Y eso que yo siempre he sido una triunfadora, no se me ha resistido ni uno. Pero ya estoy divagando otra vez, volvamos a la morena que insiste en que mi marido la masturbe, me dan ganas de morderle el cuello pero cuando empieza a gemir sin ningún tipo de pudor pero me contengo, necesito saber quien es y lo necesito saber ya. Un nombre y una escena aparecen en mi cabeza al tiempo que noto como mi vagina, ajena a toda moral decente, ha lubricado ya lo necesario como para permitir un mete-saca digno de la enorme tranca que calza mi Iván. ¿Rosario? Sí, se llama Rosario y la conocimos hace una semana en el club swinger así que ahora solo me hace falta saber por que hoy se está restregando su jodido y sudoroso culo contra mí, y sobre todo por que lo está haciendo en mi puta cama. Ante de continuar quiero hacer un inciso y es que si os estáis preguntando como es que ahora que comprendo lo que está pasando, no jodo la escena y me levanto echa una fiera mientras le araño la cara a Rosario y le pateo los huevos a mi marido, la respuesta salta por si sola: Me está gustando. No, no gustando en el sentido formal y moral de la palabra, me está gustando que teniendo a una recién conocida a su disposición, mi Iván haya decidido follarse a su mujer. Quieras que no, eso da a entender que a pesar del tiempo transcurrido me sigue deseando como el primer día y eso es algo que me pone a cien. Pero ahora quiero más, mucho más. En un ejercicio de pura maldad femenina decido por fin actuar y mi mano libre, aquella que no descansa bajo mi costado, se desliza por las caderas de Rosario hasta alcanzar la de mi marido y sin ningún tipo de compasión la aparto del depilado clítoris de mi competidora. Con delicadeza la introduzco entre sus nalgas y la sitúo en mi correspondiente y rechoncho órgano de placer, noto la humedad pringosa procedente de otros parajes pero ¿qué le voy a hacer? No voy a obligarle a ir al lavabo a lavársela de esta guisa, así, aunque me da un poco de asco, hago que la ambrosía de Rosario se mezcle con la mía y por fin todo está como yo, y no ella, quiero. Mi Iván se corre en tres embestidas, potentes, viriles, llenas de pasión y salvajismo. Luego va Rosario que ha continuado con lo que yo he decidido interrumpir, por ultimo ésta que os habla da un solo gemido y se deshace como una ola en la orilla de una playa. Huele mucho a sexo, a sexo de mujer. Por fin Rosario deja de darme la espalda y se tumba boca arriba permitiéndome el grado de libertad necesario para que yo también pueda hacerlo. Iván, con los ojos cerrados, termina de componer la estampa, tres cuerpos desnudos con la mirada perdida en el infinito y a solas con sus propios pensamientos.

—Rosario, ¿verdad? —la curiosidad me puede más que el disfrute del relax.

—Sí, claro, ¿no recuerdas nada de anoche?

—Me temo que cuando Iván insiste en emborracharme es para que a la mañana siguiente no me acuerde de nada. Por suerte o por desgracia hoy le ha salido el tiro por la culata.

Página siguiente
Luz

Tamaño de fuente:

Restablecer

Intervalo:

Marcador:

Hacer

Libros similares «Compartiendo a Ivan»

Mira libros similares a Compartiendo a Ivan. Hemos seleccionado literatura similar en nombre y significado con la esperanza de proporcionar lectores con más opciones para encontrar obras nuevas, interesantes y aún no leídas.


Sara Mesa - Perder el miedo
Perder el miedo
Sara Mesa
Iván Illich - Obras Reunidas, II
Obras Reunidas, II
Iván Illich
Carl Gustav Jung - ¿Quién es Ulises?
¿Quién es Ulises?
Carl Gustav Jung
Iván Rodríguez Duch - Seducción Secreta
Seducción Secreta
Iván Rodríguez Duch
José Vasconcelos - Ulises criollo
Ulises criollo
José Vasconcelos
Juan Carlos Ortega - El universo para Ulises
El universo para Ulises
Juan Carlos Ortega
C. Ulises Moulines - Popper y Kuhn
Popper y Kuhn
C. Ulises Moulines
Iván Illich - Obras reunidas
Obras reunidas
Iván Illich
James Joyce - Ulises
Ulises
James Joyce
Reseñas sobre «Compartiendo a Ivan»

Discusión, reseñas del libro Compartiendo a Ivan y solo las opiniones de los lectores. Deja tus comentarios, escribe lo que piensas sobre la obra, su significado o los personajes principales. Especifica exactamente lo que te gustó y lo que no te gustó, y por qué crees que sí.