Introducción
Uno intenta convivir mentalmente con grandes escritores, la mayoría muertos. ¿Cómo? Leyéndolos.
Hay una faceta de la realidad que solo la literatura puede ofrecer. El discurrir del pensamiento, por ejemplo. No existe película, ni ensayo, ni libro de historia, ni siquiera de psicología, que pueda aproximarse al pensamiento de una persona como lo hace la literatura. Sin embargo, las lecciones de vida que ofrece la literatura, la buena literatura, nunca son explícitas. Marcel Proust escribió que eso sería como dejarse el precio en la etiqueta de un regalo. Javier Marías cita a menudo a William Faulkner, quien dijo que lo que hace la literatura es lo que hace una cerilla cuando se la enciende en mitad de la noche, en mitad de un campo.
No sirve para iluminar nada. Solo sirve para ver un poco mejor cuánta oscuridad hay alrededor. Los escritores que han encendido esa cerilla, a menudo han destilado, paralelamente, en otros libros o cartas, aforismos. He seleccionado algunos. Una selección personal, con licencias. Me he dejado muchos escritores mejores y con mejores aforismos que los que aquí presento.
Cada lector podría hacer su lista de aforismos preferidos, y cada lista sería válida. ¿Por qué aforismos? Porque, como dice el amigo Àlex Rovira, una frase nos puede abrir una ventana a una percepción diferente. Según Àlex, lo que caracteriza un aforismo es que nace de la honestidad, aunque sea irónico o cáustico. Y va más allá: «Algunos aforismos, desde una provocación sana, llevan al lector a conectar con su esencia, con un espacio interior sagrado». Freud afirmaba que después de cuarenta años de estudio, siempre acababa llegando a lugares por donde ya había transitado algún poeta. Me he permitido la licencia de empezar con Woody Allen, que no es exactamente un escritor (aunque nos encantaría dialogar mentalmente con él).
Mi propósito era abrir el libro con una sonrisa. En cambio, no he incluido unas frases de Fritz Perls que son una guía en el arte de vivir: «Trabaja como si no necesitaras dinero. Ama como si nunca hubieses sido herido. Baila como si nadie te estuviera mirando. Canta como si nadie escuchara. Vive, como si fuera el cielo en la tierra».
Tampoco he incluido un aforismo de Clint Eastwood que resume a la perfección los males de nuestra época, que todo lo quiere tener garantizado: el trabajo, el amor, el futuro. No lo he incluido porque lo reservo para cerrar esta introducción, a modo de posdata. Dice Clint Eastwood: «Si en la vida quieres una garantía, cómprate una tostadora».
AFORISMOS
Woody Allen
Mi forma de bromear es decir la verdad. Es la broma más divertida. — En mi casa mando yo, pero mi mujer toma las decisiones. — Si no te equivocas de vez en cuando, es que no lo intentas. —
Richard Bach
Cuando lleguemos al final de nuestra vida y miremos atrás, lo único que tendrá importancia será: ¿cuál fue la calidad de nuestro amor? —
Honoré de Balzac
La resignación es un suicidio cotidiano. — Lo más bonito de la vida son las ilusiones. — La vida militar exige pocas ideas. — Todo poder humano está compuesto de paciencia y tiempo. — Cuando reconocemos nuestras debilidades, somos más fuertes. — El matrimonio une de por vida a dos seres que no se conocen en absoluto. — Es mucho más fácil quedar bien como amante que como marido, porque es mucho más fácil ser ingenioso de vez en cuando que todos los días. — La alegría solo puede darse entre personas que se sienten iguales. — Una tontería que fracasa se convierte en un crimen. — En las grandes crisis, el corazón se rompe o se curte. —
William Blake
La persona que jamás cambia de opinión es como el agua estancada: su mente cría sabandijas. —
Jorge Luis Borges
He cometido el peor de los pecados. —
Jorge Luis Borges
He cometido el peor de los pecados.
No he sido feliz. —
Albert Camus
No esperéis el juicio final: llega cada día. — No es difícil tener éxito. Lo difícil es merecerlo. — Hacer sufrir es la única manera de equivocarse. —
Truman Capote
Que algo sea verdad no significa que sea convincente. —
Truman Capote
Que algo sea verdad no significa que sea convincente.
Ni en la vida, ni en el arte. —
Antón P. Chéjov
Somos lo que creemos que somos. —
Confucio
La serenidad es solo la corteza del árbol de la sabiduría. Pero sirve para protegerla. — El sabio no se entristece porque los demás no lo conozcan, se entristece por conocerlos. — No son las malas hierbas las que estropean una buena cosecha, sino la negligencia del agricultor. — Cuando veas a un hombre bueno, procura imitarlo; cuando veas a uno malo, examínate a ti mismo. — Cada cosa tiene su belleza, pero no todos pueden verla. —
Joseph Conrad
Si te falla tu barco, te falla el mundo entero. —
Hace falta valor para crecer y convertirte en lo que realmente eres. —
Charles Dickens
No sabemos nunca de lo que somos capaces, hasta que lo intentamos. — Cada fracaso nos enseña algo que necesitábamos aprender. — Hay grandes personas que hacen que todas las demás se sientan pequeñas. Pero la verdadera grandeza consiste en hacer que todas se sientan grandes. — Hay personas que solo parecen tener una idea.
Y es una lástima que sea equivocada. — Jamás debemos arrepentirnos de nuestras lágrimas. —
Emily Dickinson
Para estar alegre, necesito compañía. — Todo lo que sabemos del amor es que el amor es todo lo que hay. — La belleza no tiene pretexto. Es, sencillamente.
Si la perseguimos, se esconde. Si nos detenemos, perdura. —
Fiódor M. Dostoievski
Hay momentos en que aprendemos mucho más que en años enteros. — El secreto de la existencia humana no solo se encuentra en vivir, sino también en saber para qué se vive. —