Patricia Ramírez, psicóloga española, es conocida por su trabajo dentro del campo de la psicología deportiva, donde ha trabajado tanto a nivel práctico en numerosos clubs de fútbol y baloncesto profesionales, como en el aspecto formativo.
A Carmen y Pablo, mis hijos,
los que dan sentido a mi vida.
A mis abuelos, padres, hermanos y amigos...
Amigos que te acompañan toda una vida,
las penas y en las alegrías, en el dolor y en la enfermedad,
hasta que la muerte nos separe.
A mis deportistas, entrenadores y compañeros.
Vosotros sois mi inspiración y el valor de mi trabajo.
Un «gracias» especial a Rubo y Paquillo.
Y a Gregorio y Pepe, que me dieron toda su confianza.
Mi cariño y ternura para Miki. Las tardes que paso contigo
son lecciones para la vida.
Y a ti, Andrés, porque eres el amor
con el que siempre soñé, y porque es contigo
con quien voy a andar el resto del camino.
Título original: Entrénate para la vida
Patricia Ramírez, 2012
Fotografía de cubierta: Nines Mínguez
Diseño de cubierta: María Jesús Gutiérrez
Nº de páginas: 167
Editor original: Mapita (v1.0)
Colaboradores: Crubiera, Enylu, Mística y Natg
ePub base v2.1
¿Sabías que te puedes entrenar para ser feliz?
La psicóloga Patricia Ramírez nos enseña cómo manejar situaciones adversas y conseguir el equilibrio emocional.
Aunque creas que tu vida no puede cambiar, con este libro descubrirás que podemos elegir hacia dónde vamos. Aprenderás que con este entrenamiento se pueden superar miedos, conseguir importantes triunfos, asimilar los fracasos y disfrutar de las pequeñas cosas que hacen que la vida sea realmente agradable.
Patricia Ramírez
Entrénate para la vida
ePUB v1.1
Mapita13.12.12
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C ONOCER A MI GRUPO
ME UNE A ÉL
U no de los cometidos de un psicólogo deportivo es aunar al grupo, que los jugadores se conozcan, que estén unidos, que puedan compartir misión, visión y valores. Cada temporada en los equipos deportivos salen jugadores del grupo y entran otros nuevos. Si queremos luchar juntos, si queremos remar en la misma dirección, hay que saber por lo que luchamos y establecer una serie de reglas entre todos.
Esto mismo se puede aplicar a nuestro grupo de trabajo y a nuestros núcleos más íntimos como la familia. Un grupo que no está unido no será tan productivo, emocionalmente estable y seguro, como los que sí lo están. Tenemos muchos ejemplos de equipos que han conseguido grandes hazañas, por encima de lo que en un principio se les suponía, gracias a la cohesión. Y esto se nota porque:
— Se respira un ambiente relajado.
— Los miembros del grupo defienden a los demás cuando algunos comenten errores.
— La comunicación es libre, distendida y sin interpretaciones negativas.
— Se ofrece ayuda desinteresadamente.
— Tienen compromiso, sus miembros se esfuerzan por sacar los objetivos. No acusan las horas de más ni el tiempo invertido.
— Los niveles de motivación son más altos, con lo que aumenta la producción, el rendimiento y la eficacia.
— Disminuye el estrés. Se sienten cómodos, no hay presión negativa ni críticas destructivas, y no tienen miedo a hacer nuevas cosas.
De todos es conocido que en un buen grupo de trabajo el resultado individual de cada uno de sus miembros es inferior al resultado del trabajo en equipo, pero para eso primero hay que tener un equipo. El término «sinergia» es importante en este sentido. Según su definición es «la acción de dos o más causas cuyo efecto es superior a la suma de los efectos individuales». La sinergia es un concepto que proviene del griego synergo, que significa literalmente «trabajando en conjunto». Un ejemplo de sinergia es el mecanismo de un reloj. Cuando las piezas trabajan a la vez, todo cobra sentido y el reloj da la hora, pero si hiciéramos funcionar las piezas por separado, perdería su objetivo y su función.
Un equipo cohesionado es un equipo que tiene sinergia. ¿Te has preguntado alguna vez si hay sinergia en tu grupo de amigos, en tu familia o con tus compañeros de trabajo? ¿O funcionáis como piezas que van por libre, cada uno a lo suyo? Comencemos por interiorizar unos lemas basados en la sinergia. Tener estas frases, además de motivar, activa un vocabulario y unas ideas en nuestro cerebro que ayudan a dirigirnos hacia donde deseamos.
— Importa el equipo (mi familia), importan las personas.
— Podemos pelear juntos por lo que entendemos que es justo y lo hacemos todos.
— Creemos que nos lo merecemos y remaremos en la misma dirección para conseguirlo.
— Trabajaremos para convertir nuestros sueños y deseos en una realidad.
— Podemos hacerlo, con trabajo, convencimiento y esfuerzo.
— Sabemos luchar, somos valientes.
— Llegamos, trabajamos y nos llevamos el premio.
— Estamos convencidos, sabemos que nos lo merecemos.
— Confianza en nosotros y en nuestros compañeros.
— Podemos perder por fallar, pero nunca por dejar de intentarlo.
Para generar sinergia, cohesión y equipo necesitamos conocer a los miembros del grupo. En muchas ocasiones, dentro de la familia, crees que conoces a tus hijos pero tan solo es así en la parte de su personalidad que se relaciona contigo, y la que tú le permites que exprese. Ellos mismos te comentan muchas veces que no los conoces, que con sus amigos y en casa de otros se comportan de forma diferente. Y tienen razón. Esto ocurre porque te da miedo lo que van a hacer o porque crees que hay otras alternativas mejores para ellos.
Cada uno de nosotros actúa de manera diferente en función del grupo y del contexto. Hay grupos en los que te sientes más criticado, menos protegido y valorado, en los que cada vez que has intervenido has fracasado y en los que te generan desconfianza; o todo lo contrario, en los que te sientes estimado porque tus propuestas son valoradas por el grupo. Sin darte cuenta, condicionas la forma de pensar y de actuar de los que te rodean.
Te voy a presentar unos ejercicios para trabajar en familia que te permitirán obtener más información sobre ellos. Trata de que se realicen en un ambiente agradable y relajado, como si fuera un juego de mesa. Tu familia es un equipo, es tu equipo. Lo importante es que os mantengáis unidos y con confianza. Como padres podéis hacer mucho más de lo que os imagináis para conocer a vuestros hijos, y de igual modo entre las parejas. Esto permite también entenderles mejor, ayuda a ser empático, a estar más cerca de ellos y a que no te vean como un rival.
A través del concepto de memoria transactiva puedes conocer mejor a los tuyos. «Nos gustan las personas que nos ayudan y ayudar a las personas que nos gustan», esto es vital en un grupo, porque sin ayuda no hay reciprocidad. Para poder ayudar tienes que conocer qué te ofrecen los otros y hacer público qué ofreces tú también, dónde está el potencial y las virtudes.
Cuando conoces de qué se sienten especialmente orgullosos y qué nos pueden ofrecer también puedes exigirles En ocasiones crees que el resto del grupo debería valorar actitudes y comportamientos que tú realizas con esfuerzo. La mejor forma de que los demás los aprecien es que sepan la importancia que tú les das. Y sucede también a la inversa: solo podrás ofrecer cosas al grupo o la familia si sabes que son importantes para ellos. Tiene que haber ese intercambio de información. La escala de valores de un grupo, familia y amigos es diferente para cada uno de sus miembros. Lo que piensas que es importante para uno deja de serlo para otros. Si mantienes conversaciones sinceras y pides lo que necesitas, será más sencillo que el grupo pueda ofrecértelo.