Título original: Solve for happy. Engineering Your Path to Uncovering the Joy Inside You
Mo Gawdat, 2017
Traducción: Antonio Francisco Rodríguez Esteban
Diseño de cubierta: GraphicStore – Shutterstock
Editor digital: Titivillus
ePub base r2.1
Subtitulado: Únete al reto de los 10 millones de personas felices.
Durante muchos años, Gawdat estuvo interesado en diseñar una fórmula que le permitiera desarrollar un verdadero estado de felicidad permanente. Después de incontables horas de investigación, por fin descubrió una ecuación basándose en la comprensión de cómo el cerebro absorbe y procesa la alegría y la tristeza. Años más tarde, el algoritmo de Mo fue sometido a una durísima prueba cuando su hijo, Ali, murió de manera repentina. Él y su familia pusieron en práctica la ecuación y pudieron salir de la desesperación y recuperarse de la tragedia. Después de vivir esta experiencia, Gawdat decidió que compartiría su algoritmo con el mundo y ayudaría al mayor número de personas posible a ser más feliz.
En El algoritmo de la felicidad, el autor nos explica las razones subyacentes al sufrimiento y nos enseña, paso a paso, cómo despejar la fórmula para lograr una felicidad para toda la vida enseñándonos a disipar las ilusiones que nublan nuestro pensamiento.
Mo Gawdat
El algoritmo de la felicidad
Únete al reto de los 10 millones de personas felices
ePub r1.0
Titivillus 20.04.2021
Parte I
En el mundo moderno, la felicidad está rodeada de mitos. Gran parte de nuestra comprensión de lo que es la felicidad y dónde encontrarla está distorsionada.
Cuando sabes lo que buscas, la búsqueda es más fácil. Tal vez lleve tiempo desprenderse de los viejos hábitos, pero si mantienes el rumbo, llegarás.
Parte II
Parte III
Parte IV
Agradecimientos
El algoritmo de la felicidad no habría sido posible sin el increíble apoyo que todo el equipo de North Star Way me ha concedido. Michele Martin, adoro tu visión, tu resolución y tu consejo. Gracias por apuntarte a la misión. Diana Ventimiglia, has revolucionado el proyecto. Siempre con una sonrisa, nos has llevado donde teníamos que estar. Me he divertido mucho, no he tenido la sensación de que se tratara de trabajo. Este libro es muchísimo mejor que aquel que os presenté al principio, Michele y Diana. Gracias.
Mi viaje me hizo conocer a Michael Carlisle, mi agente y ahora amigo de por vida. Creíste en mi misión y me has guiado con cariño. Nunca podré devolverte el favor.
Nibal, umm Ali, gracias por todos los años de sabiduría, amistad y amor. Todos los pensamientos de este libro nacieron de una conversación contigo. Yo habría sido una persona completamente diferente de no ser por ti.
Aya, luz de mi vida, te quiero y adoro nuestras conversaciones. He aprendido tanto de ti, hija mía. Brilla, diamante loco.
Ummy, Amira Wahby, eres la mejor. Gracias por dejarme leer siendo muy joven y por dejarme explorar cuando me hice mayor. Y gracias por estar siempre ahí.
Gracias, Carole Tonkinson, por tu voto de confianza en la fase más temprana de este viaje y por ayudarme a erigir los cimientos de este libro.
Peter Guzzardi, me gustaría que compartiéramos más tiempo juntos. Gracias por tu experiencia, tu paciencia y tu aliento.
William Callahan, eres una dinamo. Penetrante, elocuente, motivado y rápido. Tío, eres rápido.
Rick Horgan, lo que me has enseñado no tiene precio. Siento por ti el mayor respeto y la mayor de las gratitudes.
William Patrick, gracias por tus servicios.
Tento, pensé que había concluido mi aprendizaje hasta que me pediste que dejara de juzgar y predecir, y me centrara en el presente. Ese, entre otros muchos consejos, me ha ayudado a dar forma a mi visión del mundo. Gracias por todo.
Gracias a Ellis y al equipo de Chartwell Speakers por abrirme la puerta para expresarme ante miles de personas.
Gracias a Marcella Gómez por difundir la misión en América Latina.
Jennifer Aaker, abrazaste literalmente El algoritmo de la felicidad. Compartir el concepto con Stanford me ayudó a ahondar en algunas de las mentes más brillantes del mundo.
Betty Lin, gracias por ayudarme a llevarlo a otros lugares del mundo, como Hong Kong, y a Emily Ma, gracias por todo lo que pasó en medio.
Cuando me encontraba a medio camino en este viaje, colgué una primera versión de El algoritmo de la felicidad en línea. Cientos de lectores dieron su opinión. Argumentaron, debatieron, compartieron investigaciones e incluso editaron el texto ellos mismos. Decenas de miles de comentarios y cambios hicieron de este libro una experiencia de escritura colectiva a partir de los lectores. A Anne, Ossama, Karla, Lori-Ann, Gulnara, George, May, Alix, Nader, Emily, Maysam, Emel, Eslam, Hana, Agnieszka, Yee Hui, Astuti, Jenni, Dina, Samaa, Aurore, Gladys, Karina, Karishma, Evan, Angela, Lamia, Nikesh, Tracy, Viviana y a todos los demás, que contribuyeron con tanta generosidad, gracias. Os estoy eternamente agradecido.
Gracias a todos los autores y líderes intelectuales, cuyas citas y libros he referenciado y cuya sabiduría ilumina mi camino.
Gracias a los tiempos difíciles que me han obligado a buscar, investigar y reflexionar. No borraría nada.
Gracias a todos los que aún no conozco y que, sin embargo, se sumarán como voluntarios y nos ayudarán a completar nuestra misión. No puedo alcanzar #10millionhappy (diez millones de personas felices) sin vosotros.
Y gracias a ti, Ali. Por todo lo que me has enseñado, por el inmenso amor que me has dado y por proporcionarme una razón para escribir. Te quiero, hijo. Sé feliz hasta que volvamos a reunirnos, cuando mi trabajo aquí haya concluido.
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Creando la ecuación
No importa si eres rico o pobre, alto o bajo, hombre o mujer, joven o viejo. No importa de dónde vienes, cómo te ganas la vida, qué lengua hablas o qué tragedias has tenido que soportar. Donde quiera que estés, quien quiera que seas, quieres ser feliz. Es un deseo humano tan básico como el impulso de la respiración.
La felicidad es esa gloriosa sensación en la que todo parece correcto, cuando los «tiras» y «aflojas» y los bordes irregulares parecen ajustarse a la perfección. En esos destellos de genuina felicidad, a veces muy breves, todo pensamiento es agradable y no te importaría que el mundo se detuviera y el instante presente durara para siempre.
En última instancia, lo que hacemos en la vida es un intento por encontrar esta sensación y hacerla durar. Algunas personas la buscan en el amor; otras, en la riqueza o la fama; y otras, en algún tipo de autorrealización. Sin embargo, todos conocemos a personas que son profundamente amadas, logran grandes cosas, recorren el mundo, adquieren todos los juguetes que el dinero puede comprar, disfrutan de todos los lujos y, sin embargo, siguen anhelando el elusivo objetivo de la satisfacción, la alegría y la paz, también conocido como felicidad.
¿Por qué algo tan sencillo es tan difícil de encontrar?