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agradecimientos
A las personas que hacen que mi vida sea cada día mejor: mis padres, el Rav y Karen, mi hermano Michael, mi esposa Michal y nuestros hijos.
introducción
La Kabbalah no es una religión; tampoco es una filosofía, ni una doctrina. La Kabbalah es una forma de vida: un camino vivo, alentador y vibrante hacia la perfección de los seres humanos y la transformación del mundo. Con “perfección” quiero decir la felicidad completa: libre de preocupación, miedo, ansiedad, enojo y todas las demás emociones negativas que se interponen entre nosotros y la plenitud. La Kabbalah no está restringida a ningún sistema de creencias ni a una fe específicos; es universal. De la misma forma que la fuerza de gravedad mantiene sobre la tierra a los musulmanes, los judíos, los budistas, los cristianos y los ateos, el camino universal de la Kabbalah eleva a musulmanes, budistas, cristianos y a todo el mundo a niveles superiores de plenitud, sabiduría y felicidad verdadera.
La noticia emocionante es que la Kabbalah no es una propuesta de todo o nada. Este libro tiene como propósito presentar un camino completo que ofrezca tantos elementos kabbalísticos como sea posible. De ese modo, tú decides cuáles de las numerosas herramientas y tecnologías de la Kabbalah puedes aplicar mejor en tu vida personal.
Los ciclos de la vida
La estructura de este libro se basa directamente en los ciclos recurrentes de acontecimientos que afectan nuestras vidas. De acuerdo con ello, examinaremos el papel de la Kabbalah en la vida diaria de un individuo, así como también la relevancia de la Kabbalah en nuestras actividades semanales, mensuales y anuales. Cada vez que des la vuelta a una página, recuerda que hay un solo propósito detrás de la existencia de la Kabbalah: eliminar la oscuridad de la vida de las personas y transformar el mundo en un lugar de plenitud, serenidad y satisfacción sin fin. Así es, nada menos. No se emprende el camino de la Kabbalah para ser más inteligente o instruido. ¿Qué beneficio obtendrías volviéndote más inteligente si aún eres desgraciado en tu vida? Tampoco se emprende para volverse religioso. Se ha derramado más sangre en nombre de la religión que por todas las otras causas combinadas. ¿Qué beneficio tiene ser religioso si las plegarias de uno no obtienen respuesta?
La Kabbalah se propone simplemente incrementar el nivel de Luz en el mundo quitando los velos que generan oscuridad. Así pues, exploremos qué significan los términos oscuridad y Luz.
Luz y oscuridad
La vida parece complicada, pero no lo es; somos nosotros los que complicamos nuestra propia vida. Creamos caos allí donde hay orden; estropeamos las cosas y las empeoramos continuamente, simplemente porque no comprendemos en qué consiste y cómo funciona la vida.
Lo primero que necesitamos entender es que la vida es tan simple como oscuridad y Luz. Cuando digo Luz no estoy hablando metafóricamente; tampoco estoy utilizando la palabra oscuridad en forma alegórica. En el mundo sólo existen dos cosas: oscuridad y Luz. La vida parece complicada porque la oscuridad tiene una variedad casi infinita de matices (o velos) y la Luz se presenta en un sinnúmero de colores. Sin embargo, en el corazón de todo lo que existe, no encontrarás más que oscuridad o Luz.
Desde el momento que nacemos, todo lo que existe es oscuridad y Luz. Nuestro crecimiento y el desarrollo de nuestro poder son manifestaciones de la Luz. Cuando comenzamos a envejecer, el aumento gradual de nuestra debilidad es una expresión de la oscuridad. De manera similar, cuando nos sentimos satisfechos y llenos de pasión, cuando desbordamos de optimismo y nuestra principal actitud es sentir que podemos lograr cualquier cosa, es la Luz expresándose a sí misma en nuestra conciencia. Estas emociones positivas sólo son un efecto de la Luz, la cual es en sí misma la causa subyacente de toda nuestra felicidad.
Por el contrario, cada vez que nos sentimos pesimistas, deprimidos, apáticos o actuamos con cinismo, éstas son manifestaciones de un aumento de oscuridad en nuestras conciencias. Nuevamente, estas emociones negativas son el Efecto; la oscuridad es su Causa.
Ahora bien, si algo externo está causando nuestro dolor, tal como un divorcio o una crisis financiera repentina, esto también es una expresión de un aumento de oscuridad en nuestras vidas; pero esta vez la oscuridad está afectando al mundo que nos rodea. El divorcio es el Efecto; la Causa es la oscuridad que entró sigilosamente en nuestra vida. De manera similar, cuando se presenta la oportunidad de negocio adecuada o cuando conocemos a la mujer de nuestros sueños o al “hombre ideal”, esto significa que la Luz ha ingresado en nuestras vidas.
Las emociones que sentimos, nuestro estado mental, nuestro estado de conciencia y cada situación que se desarrolla a nuestro alrededor no son más que expresiones, sea de la oscuridad o de la Luz, que hemos invitado a nuestras vidas.
No hay más que esto.
Por ejemplo, cuando tratas de encontrar al compañero romántico adecuado, tienes dos opciones:
1. ensayo y error
2. aumentar el nivel de Luz en tu vida.
Desde el punto de vista kabbalístico, la segunda opción tiene más sentido. ¿Por qué? Porque si tienes más Luz, entonces el compañero adecuado entrará automáticamente en tu vida. La Luz es la Causa; tu alma gemela es el Efecto. ¿Por qué atravesar el doloroso proceso de ensayo y error a fin de encontrar a la persona correcta?
El gran problema de la humanidad es que nadie nos ha enseñado a pensar o vivir de acuerdo con este simple paradigma. Vivimos la vida utilizando el proceso de ensayo y error, sin saber jamás que en realidad todo es tan simple como la oscuridad y la Luz.
Estas consideraciones nos llevan a una pregunta que acaso estés formulándote en este mismo momento: ¿cómo podemos aumentar la cantidad de Luz en nuestra vida? Y lo que es más importante, ¿dónde está esta Luz?
Un mundo de Luz
Nuestros cinco sentidos elaboran, y por lo tanto limitan, nuestra percepción de la realidad. La Kabbalah afirma que sólo percibimos el 1 por ciento de la realidad debido a la limitación de nuestros cinco sentidos. Sin embargo, es precisamente en el 99 por ciento que no percibimos donde se encuentra toda la Luz. En el lenguaje de la Kabbalah, esta Realidad del 99 por ciento recibe el nombre arameo de Zeir Anpín. A los fines de este libro, la denominaremos tanto Realidad del 99 por ciento como Mundo de la Luz.
A diferencia de la Realidad del 99 del por ciento, nuestro mundo físico recibe el nombre arameo de Maljut, y nos referiremos a él como el Mundo de Oscuridad o la Realidad del 1 por ciento. Ahora bien, así como la Luna no tiene luz propia, nuestra realidad física carece de Luz espiritual. Y así como la Luna recibe toda su luz del Sol, toda la felicidad, sabiduría, sustento y plenitud que tienen lugar en nuestro mundo emanan de la Realidad del 99 por ciento. Cada canción, cuento o invento, cada momento de felicidad—incluso el amor mismo—se originan en el 99 por ciento. Nuestro mundo es simplemente el receptor, una Vasija que contiene la Luz del 99 por ciento.