© 2013 por Jonathan Byler
Publicado en Nashville, Tennessee, Estados Unidos de América. Grupo Nelson, Inc. es una subsidiaria que pertenece completamente a Thomas Nelson, Inc. Grupo Nelson es una marca registrada de Thomas Nelson, Inc. www.gruponelson.com
Título en inglés: TheHeartof Christian Leadership
© 2010 por Jon Byler
Publicado por Authentic Books. P. O. Box 2190, Secunderabad 500 003, Andhra Pradesh. www.authenticindia.in. 1820 Jet Stream Drive, Colorado Springs, CO 80921, EE.UU. www.authenticbooks.com. Publicado previamente por Global Disciples, Lancaster, PA 17603, EE.UU. Authentic Books es un sello de Authentic Media, el departamento editorial de Biblica South Asia.
Todos los derechos reservados. Ninguna porción de este libro podrá ser reproducida, almacenada en algún sistema de recuperación, o transmitida en cualquier forma o por cualquier medio —mecánicos, fotocopias, grabación u otro— excepto por citas breves en revistas impresas, sin la autorización previa por escrito de la editorial.
A menos que se indique lo contrario, todos los textos bíblicos han sido tomados de la Santa Biblia, Versión Reina-Valera 1960 © 1960 por Sociedades Bíblicas en América Latina, © renovado 1988 por Sociedades Bíblicas Unidas. Usados con permiso. Reina-Valera 1960® es una marca registrada de la American Bible Society y puede ser usada solamente bajo licencia.
Citas bíblicas marcadas «NVI» son de la Nueva Versión Internacional®NVI® © 1999 por la Sociedad Bíblica Internacional. Usada con permiso.
Editora en Jefe: GracielaLelli
Traducción: EugenioOrellana
Adaptación del diseño al español: Grupo Nivel Uno, Inc.
ISBN: 978-1-60255-064-3
Impreso en Estados Unidos de América
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Dedicado a mi esposa Loice, a quien Dios ha usado más
de lo que ella jamás sabrá en modelar mi carácter y en
ayudarme a llegar a ser el líder que hoy soy.
CONTENIDO
11. El líder y la resistencia (Buen final)
Si yo hablase en una forma que entusiasme a mis oyentes y me colmasen dealabanzas pero no tengo amor, no estoy siendo mejor que un político parlanchín.
Si yo tuviese el don del liderazgo y pudiese contagiar a la gente con mi visión; ysi tuviese en la punta de los dedos la última novedad en liderazgo pero no tengoamor, no sería más que una cáscara de hombre.
Si yo aprendiese a servir a otros y estuviese dispuesto a hacer los trabajos menosdignos pero no tengo amor, mi cuenta en el cielo permanecería en rojo.
Los verdaderos líderes son pacientes cuando quienes los siguen no logranvisualizar lo que ellos ven; se dan el tiempo para escuchar a un niño aunque eso notraiga ningún brillo a su informe mensual, no son celosos del crecimiento explosivode otras iglesias ni se dedican a publicitar sus propios éxitos.
Los líderes como Cristo no restan importancia a los demás aun cuando tengan unaactuación destacada en alguna importante reunión; no hacen decisiones basadas en laforma en que los demás los mirarán; no explotan cuando algún miembro del equipocomete un error que les hace verse mal ni lo registran por si es necesario usarlo en elfuturo contra esa persona.
Los líderes siervos no se ponen contentos cuando les llegan informes negativosde otros líderes sino que se gozan cuando alguno de ellos experimenta una victoria.
Los líderes que se aprecian defienden a los débiles que están dirigiendo, nodejan de confiar aun cuando los apuñaleen por la espalda, siguen creyendo en lagente incluso en tiempos difíciles y nunca, nunca, nunca se dan por vencidos.
El corazón puro de un líder auténtico nunca desmaya. Los libros, losseminarios y las técnicas de administración más acabadas pueden fallar, las obras dehomilética más sofisticadas pueden terminar en el papelero, los grados académicos searrugarán y se desvanecerán. Aun los más prestigiosos líderes solo conocen una partedel todo pero cuando Cristo regrese, él va a suplir lo faltante.
Los líderes inmaduros lo intentan con todas sus fuerzas pero no son más queun pobre reflejo del maestro. Sin embargo, cuando él regrese, nos guiará con totalperfección.
Los líderes auténticos no dejan de reconocer que un día mirarán a Jesús a lacara y le darán cuenta de su liderazgo. Entonces, sus ojos serán abiertoscompletamente.
Mientras tanto, se mantienen guiando a otros con la fe puesta en Dios, esperandoun futuro mejor y amando a aquellos a quienes dirigen. Pero lo más grande de todoesto, es el amor.
N os complace ofrecer a los lectores este excelente libro del doctor Jon Byler sobre el liderazgo cristiano.
Habiendo tantos libros sobre el tema, alienta que haya uno tan completo como Elcorazón del líder.
Debido a que las sociedades, las organizaciones y las iglesias no pueden funcionar sin un buen liderazgo, desde hace mucho tiempo se vienen haciendo estudios al respecto. En los últimos cien años se han invertido millones de dólares en investigaciones y análisis para dar con el secreto de un liderazgo efectivo. Los resultados han revelado que la diferencia entre una organización exitosa y otra que no lo es la hace, precisamente, el liderazgo.
A lo largo de toda la Biblia encontramos numerosos ejemplos de liderazgo bueno y malo. El libro de Jon se refiere a ellos para mostrarnos el corazón de un liderazgo saludable. Carácter, talento, habilidades y un llamado son fundamentales en el liderazgo cristiano. Este libro desarrolla una base firme para el carácter. Disfrute su lectura, aprenda de él y compártalo con otros.
Dr. Joseph D’souza,
Presidente del Grupo OM de Ministerios
¿Q ué se necesita para hacer un líder cristiano realmente efectivo? Muchos cristianos, incluyéndome yo, nos hacemos esta pregunta. No pretendo en este libro tener todas las respuestas, pero le ruego que me permita contarle mi propia experiencia.
Cuando tenía veintiún años me di cuenta de que Dios me había llamado a un ministerio de tiempo completo, así es que empecé a caminar en tal dirección. Fui a la universidad y obtuve un título en Ministerio Cristiano. Por gracia de Dios sentí que mi hermoso diploma no representaba una preparación adecuada para hacer un trabajo eficiente de modo que durante un año me convertí en aprendiz de un experto en establecer iglesias. Aunque trabajando con él recibí experiencia seguía siendo un novato en materia de liderazgo. En 1991 me fui a Kenya, donde me asignaron para pastorear una iglesia recién establecida. En los siguientes cinco años me entregué en cuerpo y alma a ese trabajo, cometiendo muchos errores y alcanzando uno que otro éxito. Estaba decidido a edificar las vidas de los miembros de mi congregación. Aprendí a amarlos, lo que me permitió abrirles mi corazón. Alenté a los líderes laicos a desarrollar y pasar tiempo entrenando a otros para hacer la obra del ministerio. Aprendí a establecer metas, a preparar un presupuesto y una serie de otras cosas prácticas inherentes al liderazgo. Enseñé a mis líderes con el programa y los seminarios de la Educación Teológica por Extensión (ETE) confiando que los vería madurar en su relación con Cristo y continuarían dirigiendo la iglesia.
Durante ese tiempo, crecimos de 30 que éramos al comienzo a 250; además, iniciamos otras dos iglesias. Mientras pastoreaba me llamaron para ejercer las funciones de supervisor, lo que me permitió trabajar durante varios años con quince iglesias de la región. Al vivir las frustraciones y las alegrías de sus líderes, empecé e luchar con una cantidad de preguntas sobre el liderazgo. Mi deseo era ver a todas las iglesias funcionando perfectamente bien y creciendo fuertes y sanas; pero no siempre fue así. Sin ninguna duda, los pastores de aquellas iglesias podían dar hermosos testimonios de la forma en que Dios los estaba bendiciendo junto con sus congregaciones, pero cuando los visitaba veía las mismas caras de hacía un año. ¿Qué estaba pasando? ¿Qué podía hacer yo para ayudarles a crecer? ¿Por qué algunas crecían y otras no? Se me ocurrió que el problema estaba en la educación.
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