Sri Sri Ravi Shankar - Conoce a tus chicos: El arte de criar a los niños

Una de las cosas más importantes que los padres deben tener siempre en su mente es que en algún momento también fueron niños, y que sus niños pasarán por los mismos períodos turbulentos que ellos atravesaron, soportaron y superaron. Pudieron salir exitosamente gracias a la comprensión y a la mente amplia que sus padres les mostraron, y al amor que los rodeó en todo momento, durante esos períodos de angustia. Esta comprensión y amor nunca se debilitaron, aun en los períodos de duras reprimendas. Y esa ha sido la raíz más poderosa, gracias a la cual ellos crecieron como seres humanos buenos y coherentes.

Ahora, la rueda ha dado otra vuelta. Y es el turno de que, los que alguna vez fueron niños y crecieron, se conviertan en padres y muestren la misma, o aun mayor, comprensión y amor. Necesitan construir en sus niños esa confianza que les asegurará que serán consultados sobre cualquier cosa: ¡ya sea consejos sobre materias y elección de carreras, hasta relaciones con amigos o amigas!

Los maestros son, idealmente, extensiones de los padres en las escuelas. La mayoría de las relaciones maestro-alumno se desvanece debido al desinterés por parte del maestro o del temor y aprensión por parte del alumno. El tender la mano para un cálido saludo tiene que venir primero de parte del maestro, por la simple razón de que él es el mayor y necesita dar el ejemplo.

Los chicos están todo el tiempo observando a los maestros, e imitarán todo lo que estos digan o hagan. Y cuando algo equivocado es realizado por los padres en casa, los niños tienden a discutir la equivocación, puntualizando que su maestro también dijo o hizo tal cosa.

El mundo se ha encogido y es ahora multicultural y multirreligioso. Un alumno, después de haber concluido con su educación, puede conseguir un trabajo en cualquier lugar del planeta. Necesitará sentirse cómodo haciéndolo. Para ello, precisará ser amplio y de mente abierta. Sólo la educación puede lograr estas cualidades. No aparecerán repentinamente en los últimos días de colegio. La semilla necesita ser cultivada en la escuela desde el primer día de clase, y fortificada desde entonces. Sólo así los niños crecerán como árboles fuertes, con mentes abiertas; no serán abatidos por las grandes tormentas, aceptarán a todos en el mundo como a sí mismos. Esto se logra con el trabajo de ambos, padres y maestros.