Bulnes Puerta, Mónica Cómo fortalecer el carácter de los niños para prevenir el abuso. - 1a ed. - Buenos Aires : Planeta, 2014. E-Book. ISBN 978-950-49-3366-3 1. Psicología. I. Título CDD 150 |
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© 2013, Mónica Bulnes Puerta
Diagramación y corrección de estilo: Antonio Leiva Diseño de portada: Djalma Orellana Fotografía de portada: Getty Images
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©2013, Editorial Planeta Chilena S.A.
Avda. 11 de Septiembre 2353, 16 ° piso. Santiago, Chile.
1 a edición: marzo de 2013
Inscripción N ° 226.214
ISBN 978-956-247-685-0
eISBN 978-956-247-701-7
1. Mantener la calma
Tener hijos implica, entre muchas otras cosas, un cierto grado de constante ansiedad. Criar es, en mi opinión, la tarea más desafiante que existe, en especial porque no hay una sola manera correcta de actuar: lo que le funciona a un papá no necesariamente le sirve a otro. Hay tantas estrategias distintas como estilos de familias, y lo que está en juego aquí es la persona misma. Nuestra labor tiene como objetivo formar un adulto responsable e íntegro, un buen ciudadano, esposo y padre, que sea capaz de construirse un destino trascendente y feliz. ¡Escalar el monte Everest empieza a verse como un día de campo!
Cuando se trata de educar y proteger a los hijos, no podemos ignorar el tamaño de la tarea que tenemos enfrente. ¿Es una contradicción pensar que podemos calmarnos? No, al contrario; sin duda, con serenidad prepararemos mejor a los hijos para la vida. El escenario opuesto consistiría en definir estrategias de educación o protección en un estado de ansiedad, aprensión o miedo. ¡Seguramente se tomarían muy malas decisiones! Entonces, permíteme hacer algunos comentarios que pueden ayudarte a reducir tu angustia formativa.
Me he encontrado, a lo largo de mi carrera profesional, con que a muchos papás les preocupa equivocarse al aplicar algún tipo de disciplina. Temen ser demasiado severos o excesivamente permisivos y «traumar» al hijo con los resultados de su acción educativa. Pero considera lo siguiente: si eres sincero, tienes que reconocer que de alguna manera tus propios papás en algo se equivocaron durante tu crianza, sencillamente porque nadie es perfecto. Todos nos hemos equivocado. Estoy segura de que alguna inseguridad, «trauma» o manía que tienes ahora es resultado de algo que hicieron -o dejaron de hacer- tus papás, aun con las mejores intenciones. Es posible que sea una característica que no te encanta de ti mismo, pero aquí estás, trabajando, cumpliendo con tus responsabilidades, haciendo familia. Es decir, pudiste salir adelante a pesar de lo que hayan hecho ellos durante tu infancia.
De esta manera, si tú llegaste a la vida adulta con algunas particularidades producto de lo vivido en tu niñez, y estás saliendo adelante, entonces relájate. Seguramente te encargarás de hacer lo mismo con tus hijos; es decir, los dejarás con algún desperfecto que los acompañará para siempre, y por el que tendrán que trabajar para hacerse mejores hombres y mujeres, pero sobrevivirán. De hecho, es gracias a esas dificultades que se harán más fuertes y serán capaces de manejar la vida. Entonces, que no sea el miedo a traumarlos o algo semejante lo que te impida darles la mejor formación posible, que incluye exigencias, castigos, llamadas de atención y/o evitar rescatarlos. Haz lo que tengas que hacer a pesar de tu aprensión.
Lo anterior se refiere a una crianza en donde solo ocurra lo natural y esperado en el contexto de una familia. Si desafortunadamente ustedes se enfrentan a un evento traumático, como lo puede ser el abuso infantil (físico, sexual, psicológico o de cualquier otro tipo), entonces -aunque sé que costará mucho más trabajo- también se vuelve indispensable mantener la mayor tranquilidad posible, porque tu hijo necesita a sus padres listos para la decisión y la acción. Él debe encontrar en ustedes un lugar seguro, estable y confiable en donde apoyarse para superar este momento y hacerse de las herramientas que requiere, con el fin de que esta experiencia no se vuelva un obstáculo para su desarrollo ni la construcción de una vida feliz.
Pese a que las ventajas de mantener la calma son evidentes, quisiera mencionar las más importantes, para después darte algunas sugerencias sobre cómo alcanzar un mayor estado de tranquilidad cuando malas noticias hayan llegado a tu vida. Espero que la lectura de los siguientes párrafos te motive a hacer el esfuerzo que se necesita para lograrlo.
- Las personas que se mantienen tranquilas suelen ser más agradables y están de mejor humor. Educar y proteger a un hijo requiere del apoyo y participación no solo de tu pareja, sino de la comunidad entera: toda la familia, los profesores, especialistas, etc. El ser amable y accesible permite que la gente se sienta motivada a acercarse a ti y a ayudar en la medida de sus capacidades. Estar alterado y/o de malas ganas aleja a tus potenciales sistemas de apoyo en un momento crucial.
- La serenidad promueve el optimismo. Necesitas ser positivo, especialmente cuando estás enfrentando una situación difícil, pues ello te permite tener la esperanza de vivir tiempos mejores. Cuando mantienes una actitud positiva, aumentas tu confianza en que este momento pasará y que las cosas estarán mejor en el futuro.
- La paz se contagia. Nuestro estado de ánimo se transmite hacia los demás, permitiendo que quienes nos rodean también reaccionen con más calma. Por el contrario, cuando estamos alterados los demás se intranquilizan. Un estado que -especialmente para el hijo que ha sufrido algún abuso- es muy perjudicial.
- Somos más efectivos y capaces de analizar la situación y de evaluar las alternativas de acción cuando no estamos nerviosos.
- El impacto de la tranquilidad en la salud es enorme: duermes mejor, tienes una relación más sana con la comida, mayor libido, menor presión arterial y un ritmo cardiaco más estable. En general, te sientes más descansado y con una mejor calidad de vida y, en consecuencia, con un estado físico más capacitado para enfrentar dificultades.
- La ansiedad no promueve una buena comunicación. La calma te permite ver las cosas con más claridad y con un enfoque más amplio hacia los objetivos a alcanzar y las estrategias para lograrlos. Hay una mayor capacidad para estructurar un plan de acción cuando estás tranquilo.
Tu tranquilidad es el primer paso, tanto para criar a un hijo fuerte que sea capaz de enfrentar las dificultades como para ayudarlo a superar eficientemente el abuso que haya sufrido.
Muy bien. Te he convencido (espero). Estás motivado para tratar de tranquilizarte, a pesar de las circunstancias que estás enfrentando. Pero ahora te preguntas: «¿Cómo logro calmarme?». Te sugiero algunas ideas.
Conocimiento
Cada uno de nosotros responde de distinta manera al estrés y, por este motivo, es necesario que aprendas a identificar cuáles son las reacciones físicas que provocan tensión a tu cuerpo.
- Observa cómo se sienten tus músculos y otros órganos internos. ¿Están contraídos? ¿Sientes el estómago cerrado? ¿Tienes acidez estomacal?
- Analiza tu respiración. ¿Está agitada? ¿Sientes que te falta aire?
- De las siguientes categorías, ¿cuál te describiría mejor?:
- Estresado extrovertido: estás enojado, impaciente y alterado.