PRÓLOGO
Todo lo que somos, sentimos y pensamos parte de nuestro cerebro. El cerebro es nuestro pilar; el sistema principal de procesamiento de información del ser humano. Es el lugar donde se inician las emociones y donde se almacenan los recuerdos y las experiencias vividas. Este disco duro tan potente y poderoso, es el órgano responsable de guardar nuestra esencia, nuestros deseos y nuestra personalidad. Es el origen de nuestro ser, por lo tanto necesitamos cuidarlo y protegerlo.
Tratar nuestro cerebro con amabilidad y siendo responsable es fundamental para prevenir enfermedades neurodegenerativas u otro tipo de dolencias. Pero para ello necesitamos conocer cómo funciona y qué necesita. Sólo así podremos saber qué pautas debemos seguir para preservarlo. De modo que dedicar un poco de tiempo y energía en aprender sobre este órgano tan complejo e interesante nos ayudará a sacarle el mayor partido posible a nuestras capacidades cognitivas, para después obtener un resultado muy beneficioso.
Para conseguir nuestros objetivos y aprender a afrontar y superar los avatares que se nos presentan a lo largo de la vida necesitamos tener un cerebro sano. En la actualidad existe bastante información al respecto, pero la mayoría no es muy amena o fácil de leer ya que a menudo resulta densa, poco cercana y utiliza una terminología demasiado científica, lo que dificulta su lectura, sobre todo a las personas que no son profesionales de la salud. Sin embargo, Marta Romo ha logrado con esta obra explicar de una forma muy cercana qué es el cerebro, cómo funciona, para qué nos sirve y cómo podemos sacarle provecho. Es decir, consigue exponer con palabras sencillas cómo el cerebro influye en nuestra vida, nuestras relaciones y nuestras emociones.
Marta Romo nos habla en su libro sobre los principios básicos del funcionamiento de nuestro cerebro con llaneza y claridad, ofreciendo alternativas curiosas y atractivas para ejercitarlo adecuadamente. De la misma manera, la autora nos invita a conocer los aspectos más interesantes sobre el mismo como, por ejemplo, el poder de su naturaleza reparadora, la imaginación y su capacidad creativa. Aporta una visión positiva sobre cómo podemos mejorar nuestras habilidades cognitivas y ofrece técnicas muy sencillas que el lector puede practicar con facilidad.
Marta Romo nos aporta en este libro un abanico de posibilidades basado en estudios empíricos, sobre cómo podemos mantenernos mentalmente sanos y sobre cómo podemos aprender a «transformar nuestro cerebro» de forma constructiva y proactiva.
A medida que el lector se va adentrando en la lectura del libro irá identificando algunas situaciones propias que le llevará a reflexionar sobre sí mismo y sobre las personas del entorno. Por ejemplo, la autora no sólo habla sobre la importancia de ejercitar la mente y sobre cómo mantenerla activa, sino que también destaca el papel tan importante que tiene el descanso en la vida de las personas. Es decir, nos explica que necesitamos aprender a desconectar de la actividad diaria para que el cerebro pueda regenerarse y funcionar debidamente.
Por último, Marta Romo demuestra una vez más su sensibilidad y conocimiento sobre el ser humano. Nos ofrece, en este magnífico libro de cabecera, la posibilidad de aprender un poco más sobre nosotros mismos y sobre cómo estimular nuestra mente. Nos enseña cómo hacer el mejor uso de nuestros recursos mentales para cuidar nuestra salud mental y física, para ser conscientes de que tenemos la capacidad de mejorar introduciendo algunos hábitos saludables y para ser lo mejor que podamos ser.
L AURA R OJAS- M ARCOS
¡HOLA! ¡GRACIAS!
Quiero empezar el libro con estas dos palabras, una de bienvenida y otra de agradecimiento. Bienvenido a esta conversación y gracias por tomar la decisión de comprar este libro, por elegirlo entre otros muchos y por ser tan valiente. ¿Valiente? Sí, porque estoy segura de que si lo has comprado es porque tienes ganas de hacer algo diferente con tu cerebro. Aunque sean ganas remotas, pero son ganas y por algo se empieza. Si no, no estaríamos aquí manteniendo esta charla. Gracias. Gracias porque das sentido a este libro, que surge por la necesidad de acercar la neurociencia a nuestra vida cotidiana. He podido comprobar la magnífica influencia que la neurociencia puede tener en que nuestro día a día sea mejor. Aunque la neurociencia se refiere al estudio del cerebro y el sistema nervioso, desde mi punto de vista es, además, la ciencia del bienestar. Si ponemos nuestro cerebro a punto, todo lo demás también lo hace. Por otra parte, me he dado cuenta de que a través del cerebro podemos tocar el corazón de las personas, sobre todo de aquellas más reacias al cambio y a la mejora personal, aquellas que necesitan entenderlo todo.
Reconozco, y te confieso aquí en la intimidad, que aunque siempre he tenido el deseo de cuidarme y tener una vida saludable, no siempre lo he conseguido. En realidad, ahora me doy cuenta de la cantidad de burradas que he hecho en contra de mi cerebro, por dejadez y sobre todo por desconocimiento. Escribir este libro me ha hecho cumplir mi deseo; ahora trato de cuidar al máximo mi cerebro y, en la medida de lo posible, el de los que me rodean, y me permito pocos deslices.
Voy a seguir con los agradecimientos. A Laura Rojas-Marcos, que es la generosidad personificada, por su extraordinario prólogo; ha sido un auténtico lujo contar con ella. Quiero dar las gracias a los expertos que participan en los siete capítulos en los que hablo del entrenamiento cerebral: Rafael Bisquerra, Raúl Espert, Pablo Herreros, David Rock, Andrè Vermeulen, Rosa Calvo Sagardoy, Isabel Fernández y Rafael del Río. Gracias por vuestro tiempo y sabiduría, y por el magnífico diálogo que hemos mantenido. Varias personas han hecho posible este libro. Y como el doctor Amen dice que el agradecimiento es el mejor medicamento contra la depresión, me voy a tomar una buena dosis. Quiero agradecer a mi editor, Roger Domingo, la confianza que ha tenido en mí desde el minuto uno, por darme la oportunidad de volver a escribir un libro en solitario, por su feedback y por la flexibilidad que ha tenido con mis peticiones. A Luis Gallego, del Hospital Universitario La Paz (Madrid), por su generosidad compartiendo ideas y facilitando encuentros, ¡eres todo un descubrimiento!, un auténtico conector de personas. A Pilar Jericó, mi socia y compañera de camino, por creer siempre en mí (más que yo misma), por su generosidad y apoyo para que pudiera escribir, pues ella mejor que nadie sabe la dificultad de esta tarea. A todo el equipo de Be-Up, que son unos fenómenos, tanto los que habéis formado parte como los que seguís formando. En especial quiero agradecer a José Castillo (@twiteajose), que tiene el cerebro más creativo que conozco y es el responsable de las preciosas ilustraciones de cada capítulo. También a Irene Carbonell, apasionada de la materia, que me ha ayudado con sus ideas, acompañándome incluso en algunas entrevistas. A Aitana González, que desde Canadá también ha estado aportando; a Sara Fernández y a Alba Sola por facilitarme tanto las cosas; a Carmen Escobar y a Lola Salado, que desde hace años siempre están acompañándome en este tipo de aventuras y son los ojos que velan por que todo esté perfecto. Gracias a una persona muy especial por la combinación de sencillez y sabiduría, Ana Castillo, por adentrarme en el maravilloso mundo del neurofeedback como herramienta para el entrenamiento cerebral. A todos los clientes que han puesto sus cerebros en mis manos para ponerse a punto, gracias por todo lo que estoy aprendiendo con vosotros y por confiar en este trabajo tan novedoso en nuestro país.