A Marc y a Adrià. A los otros amores de
mi vida (vosotros sabéis quiénes sois...).
Y a la vida misma.
Gracias infinitas por tanto
E VA
A Mario, el mejor capricho del azar.
A Anna y a Clàudia,
eternamente invencibles
M ONTSE
Prólogo de Gemma Ventura Farré
La luz que le faltaba
Tengo una hermana encantadora de dieciocho años que sé con toda seguridad que me enviaría a pasar un mes a la otra punta del mundo cuando le insinúo —casi sin querer— qué debe hacer. «Es que no te soporto cuando me hablas así, ¿eh?» El otro día dormimos las dos en la misma habitación, en camas separadas. Ella estaba triste, pero no tenía ganas de hablar, de modo que, a través de mensajes de WhatsApp, poco a poco, me fue explicando el motivo de sentirse «como en un pozo lleno de oscuridad». La situación era muy curiosa: las dos estábamos a dos metros de distancia, calladas, tecleando, y, a medida que pasaban los minutos sentía cómo ella sonreía, hasta que, en mitad de la noche, volvió la luz que le faltaba.
Lo rememoro mientras leo este libro: sí, nuestros adolescentes no quieren sermones, pero ¿quién demonios los quiere? No existe nada más insoportable que oír que te dicen: «Si haces esto, te la pegarás», «Debes hacer esto y esto y esto». Tal vez, valdría la pena recordar que la vida es imprevisible, indomable e irrepetible, y que el atajo que a ti no te ha llevado donde tú querías ir, a lo mejor a mí sí me llevará. El caminillo que sube por aquí, aunque pueda parecer extraño, demasiado sinuoso y poco definido, es el mío. Y para ascenderlo no necesito tu «no» (tu miedo), sino tu «sí» (tu confianza).
Este libro es un elogio de las personas que, en el momento clave, nos dan un buen empujón y nos dejan su huella. Las que, discretamente, se dedican a influir —más con el ejemplo que con la palabra— para fluir mejor. ¿Cómo son? ¿Qué es lo que las hace especiales? Pensando en mis faros, diría que son felices con lo que hacen y con lo que son. Van a favor de la vida y, por lo tanto, te ayudan a remar a tu favor.
Creo que tiene todo el sentido del mundo que los jóvenes de hoy en día pasen de escuchar a «personas amargadas, estresadas y frustradas». Vaya, yo en su lugar tampoco lo haría (para no acabar como ellas). Y por eso este libro nos invita a situarnos delante del espejo para preguntarnos si estamos contentos con la vida que llevamos. Si nuestro modo de actuar frente al día a día (¿con alegría?, ¿con resignación?) les sirve de ejemplo. Si estamos conectados de verdad con el ahora o vamos pululando sin energía de un lado a otro. I mirad qué bonito lo que nos proponen: reavivar nuestra luz.
Mi hermana está en segundo de bachillerato y mira hacia el futuro con ilusión. Quiere tener un trabajo que le permita viajar a menudo, tiene mucha vitalidad y ganas de abrirse un camino. ¿Quién se atrevería a domesticarla? Tal vez ha llegado el momento de desoxidarnos, de dejar de creer que por ser mayores tenemos más razón, y de adoptar un papel menos invasivo, que no por eso tiene que ser menos profundo: el de acompañante. Que ni te pasa por encima, ni te empuja por detrás, ni te decanta hacia un lado. Que está presente —ya sea cerca de ti o al otro lado de la pantalla— para escucharte, respetarte e impulsarte.
Eva Bach y Montse Jiménez son dos personas comprometidas con la belleza de vivir. Tienen optimismo y generosidad de sobra para regalarnos nada menos que cincuenta maneras para influir de verdad. Y si ellas nos proporcionan unas buenas herramientas, ahora es necesario que nosotros tengamos unas buenas manos.
G EMMA V ENTURA F ARRÉ , |
periodista y maestra |
Prólogo de Jaume Funes
Si piensas en tus contradicciones, te querrán
Si lees este libro te lo pasarás bien y... volverás a sentir que puedes ser joven. Si vives entre adolescentes (angustiado como padre o intentando ser educativamente útil como profesora), estas páginas te recordarán que cada día puedes descubrir que el sol sale de una manera distinta.
Si estás leyendo es porque intentas educar vidas adolescentes. O tal vez porque te sientes perdida o perdido y no quieres, de ningún modo, compartir el discurso siempre conservador que afirma que los niños y adolescentes se ven afectados negativamente por culpa de tantos cambios en nuestra sociedad. No odias el móvil, pero te gustaría que tu hijo te mirase a ti con la misma cara con la que mira la pantalla de su teléfono.
Este libro empieza por recordarnos que, cuando todo cambia, no tiene sentido sentir nostalgia por el pasado. Al contrario, debemos preguntarnos cómo tenemos que seguir educando inmersos en las nuevas realidades. Parece frustrante que miren más a un youtuber... con 5 millones de seguidores. Abandona la frustración y haz lo que te proponen las autoras: intentar descubrir los atractivos que hay detrás. Cuando hace poco charlaba con mi nieta sobre Paula Gonu (encontrarás la referencia en la pág. 30), ella me hizo callar diciéndome: «Abuelo, te da otra perspectiva». Como he repetido a menudo, no puedes ser adolescente sin un smartphone. Quieras o no, educas adolescentes digitales, en dimensiones virtuales y en la red (también en la presencialidad de los abrazos imposibles y en las seguridades de las miradas acogedoras).
Página tras página sentirás que en primer lugar debes observar las vidas adolescentes e intentar escuchar lo que te dicen. Como siempre deberías haber hecho, pero ahora descubriendo nuevas dimensiones, perspectivas, sentidos. No son exactamente las vidas que tú (que no quieres sufrir) querrías que tuvieran, pero son vidas que se desarrollan en una realidad apasionante, contradictoria, arriesgada, sometida a muchas presiones, sobre todo las del mercado y los dogmas. Al leer verás que no es imposible. Educar siempre ha consistido en tratar de influir honestamente en otras vidas y ahora lo que te proponen las autoras de este libro es que tengas en cuenta las dimensiones influencer.
Ciertamente, no, no es tan fácil. Pero no es culpa de la sociedad de internet. No es fácil porque, como siempre, los adolescentes nos descolocan, nos hacen preguntas impertinentes, nos obligan a revisar nuestras vidas. Hace tiempo que desapareció la posibilidad de utilizar catecismos, manuales de urbanidad, reglas de buena educación. Y ahora, además, son imposibles. La hipocresía, la incoherencia, los contrasentidos de vidas sin sentido, el poder de la autoridad, etc., se han vuelto todavía más imposibles cuando las paredes de la vida pueden ser transparentes.
Estás a punto de leer un libro que te hará feliz. Sobre todo porque te obligará a pensar en ti. Te obligará a tener tiempo para dudar, pensar, descubrir emociones y sentimientos, cuestionarte los sentidos de tu vida... Solo así podrás ayudar a tus adolescentes a encontrar sus propios sentidos.
J AUME F UNES , |
psicólogo y educador |
Un influencer es un profesor que consigue que sus alumnos disfruten con sus clases. Una influencer es tu madre cuando lee a tu lado para inculcarte el hábito de la lectura.
L A V ECINA R UBIA , influencer
Nadie apuesta por los jóvenes.
E L R U BIUS , youtuber
Don’t be a salad, be the best goddamn broccoli you could everbe.
P EW D IE P IE , youtuber
Introducción
¿Por qué y para qué hablamos de madres, padres, educadores/as y adultos/as influencers?
Hay que trabajar para la felicidad de los padres, para que la transmitan a los hijos.
B ORIS C YRULNIK
Las adolescencias cambian constantemente con una única constante: adultos desconcertados.
J AUME F UNES
Nuestra tarea es abrir, abrir y abrir. Y dar herramientas para entender la complejidad, para no tener miedo, para cuestionarnos a nosotros mismos y para no tener nunca verdades absolutas.
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