Arango, Gonzalo, 1931-1976
Cartas a Julieta (1950) / Gonzalo Arango. -- Medellín: Fondo Editorial Universidad Eafit , 2015.
182 p.; 16 cm. -- (Rescates)
ISBN 978-958-720-280-9
1. Cartas colombianas – Siglo XX. 2. Autores colombianos - Siglo XX - Correspondencia, memorias, etc. 3. Arango, Gonzalo, 1931-1976 – Correspondencia, memorias, etc. I. Mejía Arango, Juan Luis, Prol. II. Tít. III.
Serie
C866 cd 21 ed.
A662
Universidad Eafit- Biblioteca Luis Echavarría Villegas
CARTAS A JULIETA
(1950)
COLECCIÓN RESCATES
Primera edición en la colección Rescates: abril de 2015
Primera reimpresión: agosto de 2015
© JULIETA GONZÁLEZ DE HOOPER
© FONDO EDITORIAL UNIVERSIDAD EAFIT
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DISEÑO DE COLECCIÓN : Alina Giraldo Y.
ILUSTRACIONES: Alejandro García Restrepo
ISBN : 978-958-720-280-9
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En busca de gonzaloarango
Las cartas de amor que por primera vez publica el Fondo Editorial de la Universidad EAFIT, gracias a la generosidad de su destinataria Julieta González Ospina, fueron escritas entre enero y junio de 1950 por Gonzalo Arango Arias, por entonces un estudiante de diecinueve años que se había desplazado de su natal Andes para culminar el bachillerato en el Liceo de la Universidad de Antioquia en Medellín.
Las cartas tienen una doble lectura. Una, la más obvia, permite adentrarnos en el corazón enamorado de un joven romántico que cree haber encontrado el amor definitivo luego de unas vacaciones de fin de año en su población natal. Los textos destilan pasión, dudas de amor, promesas de triunfo. Fueron escritas por un joven provinciano que además enviaba a su amada “complacencias” por Radio Nutibara que incluían canciones como Peregrino de amor, Rondalla o Instante ; que escuchaba No niegues que me quisiste en el tocadiscos de las tías de Julieta y enviaba vistas de los paseos realizados en las vacaciones donde surgió el idilio.
Pero entrelíneas se puede hacer seguimiento a la búsqueda espiritual e intelectual del joven Gonzalo Arango. En primer lugar, surgen sus dudas religiosas. En marzo de 1950, en vísperas de Semana Santa, realiza unos ejercicios espirituales de los cuales expresa en una de las cartas: “sinceramente los necesitaba, ya que de mis ejercicios intelectuales tenía residuos perjudiciales al buen desarrollo de mi alma”. La lucha interior queda reflejada en un artículo titulado “Espiritualización de la vida”, publicado el 29 de febrero de 1950 en la revista Letras Universitarias . En ese texto, el autor plantea sus dudas a través de un diálogo entre dos personajes denominados Raúl y Carlos. El primero, “pálido y nervioso”, expresaba su “Cruel escepticismo… en imprecaciones contra el Ser Superior, que así trataba de miserablemente a la mejor de sus criaturas; ya no tenía esperanza en el futuro, porque veía el irremisible fracaso del hombre frente a la muerte…”. Por el contrario, el otro yo del joven Gonzalo, denominado Carlos e influenciado por las lecturas de Nietzsche, responde a esa visión pesimista de la vida: “Somos como el águila que desciende a la tierra, pero somos más que el águila, porque nos levantamos algo más sobre el escarpado pico y palmos arriba de la abrupta montaña, más que el firmamento, que el espacio; lo superamos todo porque llegamos al infinito, nos acercamos a Dios, el ideal de lo que sabemos existente, pero creemos posible”.
En otra de las cartas, anuncia a Julieta que está escribiendo un texto sobre el Existencialismo, y agrega: “tengo la convicción de que si llego a interpretar bien esa doctrina filosófica mi esperanza de llegar a ser algo, será una realidad indiscutible…”. El estudio se publicó en la edición de mayo de la revista Letras Universitarias y está dedicado a Benigno Mantilla Pineda, profesor de la Universidad de Antioquia y quien le permitía asistir a sus clases de Filosofía en la Facultad de Derecho. Con el título de “El Existencialismo, Filosofía de la renovación”, el joven autor demuestra haber leído con detenimiento a autores como Kierkegaard, Unamuno y Ortega y Gasset. Una obsesión que se desprende de la lectura de las cartas es la de “llegar a ser algo”. Se esfuerza, lee, estudia hasta la madrugada para poder sobresalir gracias a sus capacidades intelectuales. Entre los requiebros de amor, en las cartas se reiteran frases como: “Yo tengo que triunfar”, “fe inquebrantable en mis destinos”, “Aceptáme pues este triunfito, que es más tuyo que mío”, “te brindaré triunfos superiores”. Esos logros los constituían hechos como haber sido incluido en la terna para representar a la Universidad en el Comando Central de las Juventudes Conservadoras, ser elegido presidente del Centro Literario Porfirio Barba Jacob o la designación como redactor de la publicación Colombia Joven .
En una carta del 10 de agosto de 1950, su amigo Raúl Vélez le anuncia la decisión tomada por Julieta de ingresar a un convento de monjas. Hasta allí llega la correspondencia. La última carta es de despecho y resignación. Queda la incógnita de saber si es Julieta la muchacha a la cual se refiere Gonzalo en una carta escrita a su madre unos años después, y en la cual le comenta su transformación positiva en la vida: “Esta trasformación tan favorable se la debo totalmente a ‘La Monja’, una muchacha que adoro y que tuvo más talento que yo para darme conciencia de mi propio valor. Su estímulo ha sido para mí un elemento de superación en mi vida y en mis ideas y su amor le ha devuelto un equilibrio a mis emociones y a mi inteligencia, tan perturbadas por mis desvaríos y mis actitudes demenciales. Tengo que bendecir a esta mujer, cuyo amor me ha restituido a la vida, dándole un sentido maravilloso. Yo la quiero y admiro mucho, mamá, porque casi ha hecho conmigo un milagro”.
Estas cartas de amor preludian también el gran escritor del género epistolar que sería en el futuro gonzaloarango, como lo comprueba la selección de cartas realizada por Eduardo Escobar bajo el título Correspondencia violada .
Juan Luis Mejía Arango
Nota: las citas diferentes a las cartas han sido tomadas de Gonzalo Arango . Nada de Antología , compilación de José Luis Restrepo Uribe (Medellín, Lealón, 2010).
Nota de editor
Para esta edición se actualizaron algunos aspectos ortográficos de acuerdo con la Ortografía de la lengua española de la Real Academia Española, como las tildes en palabras agudas y monosílabos. La puntuación se respetó, por ello se conservan las preguntas sin el signo de interrogación inicial. Aquellas palabras que han sido de dudosa lectura por fisuras, tachones o deterioro en los manuscritos se han marcado con un asterisco ( * ). Y se usan los corchetes con puntos suspensivos incluidos […] para indicar espacios muertos por rasgaduras en los originales, grandes vacíos por páginas perdidas y palabras añadidas para aclarar algún sentido de contexto.
Respecto al orden de las cartas, primero aparecen aquellas fechadas de enero a junio. Luego, las que no tienen ningún tipo de indicación cronológica. Esta secuencia se estableció debido a que el archivo en el que fueron entregadas las cartas carece de orden.
Se encontró que algunas de las cartas tienen notas al margen, están ubicadas al final de cada carta separadas por una viñeta y en cursiva.
CARTAS A JULIETA