Guía de discusión
EL
D IOS
PRÓDIGO
Encuentra tu lugar en la mesa
TIMOTHY KELLER
C ON S AM S HAMMAS Y K ATHY K ELLER
pródigo/ga
(Del lat. prodigus)
1. adj. Dicho de una persona: Que desperdicia y consume su hacienda en gastos inútiles, sin medida ni razón. U. t. c. s.
2. adj. Muy dadivoso.
1Muchos recaudadores de impuestos y pecadores se acercaban a Jesús para oírlo, 2de modo que los fariseos y los maestros de la ley se pusieron a murmurar: «Este hombre recibe a los pecadores y come con ellos.»
3Él entonces les contó esta parábola:
11«Un hombre tenía dos hijos —continuó Jesús—. 12El menor de ellos le dijo a su padre: “Papá, dame lo que me toca de la herencia.” Así que el padre repartió sus bienes entre los dos. 13Poco después el hijo menor juntó todo lo que tenía y se fue a un país lejano; allí vivió desenfrenadamente y derrochó su herencia.
14«Cuando ya lo había gastado todo, sobrevino una gran escasez en la región, y él comenzó a pasar necesidad. 15Así que fue y consiguió empleo con un ciudadano de aquel país, quien lo mandó a sus campos a cuidar cerdos. 16Tanta hambre tenía que hubiera querido llenarse el estómago con la comida que daban a los cerdos, pero aun así nadie le daba nada. 17Por fin recapacitó y se dijo: “¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen comida de sobra, y yo aquí me muero de hambre! 18Tengo que volver a mi padre y decirle: Papá, he pecado contra el cielo y contra ti. 19Ya no merezco que se me llame tu hijo; trátame como si fuera uno de tus jornaleros.” 20Así que emprendió el viaje y se fue a su padre.
«Todavía estaba lejos cuando su padre lo vio y se compadeció de él; salió corriendo a su encuentro, lo abrazó y lo besó. 21El joven le dijo: “Papá, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no merezco que se me llame tu hijo.” 22Pero el padre ordenó a sus siervos: “¡Pronto! Traigan la mejor ropa para vestirlo. Pónganle también un anillo en el dedo y sandalias en los pies. 23Traigan el ternero más gordo y mátenlo para celebrar un banquete. 24Porque este hijo mío estaba muerto, pero ahora ha vuelto a la vida; se había perdido, pero ya lo hemos encontrado.” Así que empezaron a hacer fiesta.
25«Mientras tanto, el hijo mayor estaba en el campo. Al volver, cuando se acercó a la casa, oyó la música del baile. 26Entonces llamó a uno de los siervos y le preguntó qué pasaba. 27“Ha llegado tu hermano —le respondió—, y tu papá ha matado el ternero más gordo porque ha recobrado a su hijo sano y salvo.” 28Indignado, el hermano mayor se negó a entrar. Así que su padre salió a suplicarle que lo hiciera. 29Pero él le contestó: “¡Fíjate cuántos años te he servido sin desobedecer jamás tus órdenes, y ni un cabrito me has dado para celebrar una fiesta con mis amigos! 30¡Pero ahora llega ese hijo tuyo, que ha despilfarrado tu fortuna con prostitutas, y tú mandas matar en su honor el ternero más gordo!”
31«”Hijo mío —le dijo su padre—, tú siempre estás conmigo, y todo lo que tengo es tuyo. 32Pero teníamos que hacer fiesta y alegrarnos, porque este hermano tuyo estaba muerto, pero ahora ha vuelto a la vida; se había perdido, pero ya lo hemos encontrado.»”
Y a pastoreaba una iglesia cuando me vi enfrentado a la idea de que el evangelio no es religión ni irreligión, no es moralidad ni inmoralidad, sino algo más completa. Hemos edificado nuestra visión para la Redeemer Presbyterian Church [Iglesia Presbiteriana El Redentor] en la ciudad de Nueva York y nuestra capacitación para líderes en torno a dicho concepto.
Este mensaje clave del evangelio se percibe con mayor claridad, a mi entender, en la famosa parábola de Jesús que se conoce como «La parábola del hijo pródigo». Tengo la esperanza de que grupos pequeños e iglesias enteras revisen juntos este material, porque la verdad es más transformadora cuando se la encara en comunidad. Ruego que tanto los hermanos más jóvenes como los mayores se den cuenta de que el único camino hacia el hogar es a través de un Dios pródigo.
T IMOTHY K ELLER
A GOSTO 2009
P REPARATIVOS
Si el tiempo lo permite, comienza con algún tipo de adoración; por ejemplo, entona un cántico o lee un salmo en voz alta.
Al comenzar la presente serie, pide en oración que Dios te conceda una comprensión renovada del evangelio y que tú y tu grupo sean iluminados y ayudados por la parábola.
Contesta las siguientes preguntas en voz alta:
¿Por qué razón viniste a este estudio?
¿Leíste el libro El Dios pródigo?
Lee Lucas 15:1–3, 11–32 en voz alta (encontrarás dicho pasaje de las Escrituras en las páginas 8–9 de la presente guía), luego mira el video El Dios pródigo (38 minutos). Hay espacio para tomar apuntes en la página siguiente.
A PUNTES SOBRE EL DVD
P REGUNTAS PARA LA DISCUSIÓN EN GRUPOS
1. ¿Hubo algún elemento del DVD que te resultó nuevo o que te produjo algún efecto? ¿Escuchaste algo que te hiciera surgir preguntas en la mente?
2. ¿Con quién te identificas más, el hermano menor o el hermano mayor? ¿Por qué?
3. ¿Cuánto se asemeja un gran festín a tu idea del cielo?
4. ¿Hay algo que quisieras que el grupo pidiera en oración por ti personalmente o a consecuencia de lo que viste en el DVD?
A L CONCLUIR
Oren los unos por los otros a la luz de sus respuestas a la pregunta 4.
De ser posible, destinen un tiempo para que los integrantes del grupo tomen café o coman juntos, a fin de profundizar las relaciones entre sí.
A lo largo de las siguientes cinco sesiones leeremos el libro El Dios pródigo y entre todos lo debatiremos. Antes de la próxima sesión, favor de leer la
Introducción y el Capítulo uno. Al leer, ten en cuenta, subraya o marca (por ejemplo, con un «?» o un «!») cualquier cosa que desees tratar, preguntar o comentar cuando nos volvamos a encontrar. Hay espacio para hacer anotaciones en las páginas siguientes.
A PUNTES SOBON LA INTRODUCCIÓN
A PUNTES SOBRE EL CAPÍTULO UNO
A PUNTES PARA LÍDERES SOBRE LA SESIÓN UNO
Pregunta 1
Tu grupo quizá tenga preguntas después de ver el DVD que serán respondidas con mayor detenimiento cuando hayan leído el libro El Dios pródigo