Ph.d. Judi Craig - Mi querido adversario

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Publicado por la casa editorial Random House Español, una división del Random House Information Group, 280 Park Avenue, New York, NY 10017, USA, afiliado del Random House Company. Fue publicado por primera vez, en inglés, en 2000 por la casa editorial Hearst Books, bajo el título “You’re Grounded Till You’re Thirty!”, Copyright © 2000 por Judi Craig, Ph.D.

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Edición a cargo de José Lucas Badué.

Traducido por Vicente Echerri.

Producción del libro a cargo de Marina Padakis, Lisa Montebello y Pat Ehresmann.

eISBN: 978-0-307-53828-4

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A Sean, Tim y Lisanne, sobrevivientes de la adolescencia, que aportaron grandes alegrías, ¡y ningún momento de tedio!

Larry Smith, Jr. doctor en filosofía y diplomado en psicología clínica —psicoterapeuta par excellence, mentor, compañero de trabajo y amigo fiel de veintitantos años— por su valiosa crítica del manuscrito, su exuberancia de vida, y por producir todos esos chistes prácticos.

Harry Corft, médico, —colega de la Sociedad Psiquiátrica Estadounidense y diplomado en medicina para la adicción— por sus útiles sugerencias en el capítulo sobre el abuso de bebidas alcohólicas y drogas, por su amistad, y por ser una persona cuyo cerebro siempre puedo escarbar cinco minutos antes de una entrevista.

SI HAY UNA IDEA QUE SUELE SUSCITAR LA ANSIEDAD DE LOS padres respecto a un hijo es la de ¡espera a que sea adolescente!. Y una vez que llega ese día memorable, pocos padres pueden ignorarlo. La entrada de un niño en el mundo de la adolescencia usualmente es proclamada de manera clara y ruidosa por un reclamo dramático y con frecuencia desconcertante de su independencia.

Esta independencia conlleva el aprendizaje que ha de hacer un adolescente para llegar a sentirse cómodo con un cuerpo de adulto, para usar su buen juicio en tomar decisiones y para relacionarse bien con sus iguales de ambos sexos; también conlleva enfrentarse a su naciente sexualidad, elegir tentativamente la carrera o el empleo, y prepararse para autosostenerse económicamente. En otras palabras, la adolescencia es la edad en que una persona comienza a formarse una identidad plena, a adquirir conciencia de quién es: sus capacidades y sus debilidades, sus preferencias, su sexualidad, sus incipientes valores y su filosofía, así como sus esperanzas y sus sueños.

Desde luego, este proceso complicado no ocurre apaciblemente. Es un proceso tumultuoso para el adolescente, pródigo de inseguridad, ambivalencia, frustración, confusión y ansiedad. Con cambios de humor que pueden ir desde la excitación entusiasta hasta la desesperación más explícita, ¿hay alguna sorpresa en que un adolescente pueda actuar con impresionante madurez en un instante y, un momento después, comportarse como un niño de dos años?

Es comprensible que los padres, de alguna manera, sientan aprensión cuando el niño que conocen comienza a entrar en esta edad de cambios intensos. Se dan cuenta de que pueden estar a punto de librar algunas auténticas batallas mientras su hijo adolescente los confronta, está en desacuerdo con ellos y los pone a prueba. Saben que sus consejos, opiniones y valores han de ser con toda probabilidad puestos en entre dicho, mientras él o ella transfiere su lealtad al grupo de sus coetáneos. Piensan en todos los peligros potenciales a que puede enfrentarse en la medida en que pasa más tiempo libre fuera de la protección del hogar, especialmente una vez que él y sus amigos aprenden a conducir. Comienzan a preocuparse más acerca de cosas tales como drogas, bebidas alcohólicas, sexo, embarazo, y pandillas juveniles. Y sobre todas las cosas, se sienten ansiosos por saber que con cada año que pase tendrán menos control sobre el ambiente, las opciones personales y la conducta del adolescente. El resultado final es que los padres del adolescente pueden encontrarse a su vez confusos, irritados, atemorizados, heridos, enfurecidos y abrumados; para prepararse mejor para esta nueva fase en el desarrollo de su hijo (¡y en el suyo propio!), este libro les ayudará a entender lo que ocurre en el cuerpo, la mente y el corazón de un adolescente, les ayudará a hablarle a su hijo de tal manera que resulte mucho más probable que él se torne dispuesto a escucharles. Les ayudará a establecer normas y reglas razonables, disminuyendo así la posibilidad de luchas de poder entre usted y él. Y lo más importante, les capacitará a transitar con confianza a través de muchos momentos específicos y problemáticos —ya sea porque el adolescente desafía las reglas de la casa, o pone los ojos en blanco cuando usted le habla, o anuncia que se ha enamorado de alguien que usted considera por debajo de lo ideal— y a lograr una buena relación con su vástago.

La palabra adolescente representa un período de siete años. Puesto que los niños maduran a diferentes edades, es dificil hacer generalizaciones respecto a cualquier grupo de una edad específica. No obstante, es obvio que los intereses y problemas de los adolescentes más jóvenes pueden ser bastante diferentes que los de los mayores. Sirve a nuestros fines, definir arbitrariamente a los adolescentes más jóvenes como los que tienen edades comprendidas entre los trece y los quince; y a adolescentes mayores los que caen entre los dieciséis y los diecinueve.

Los adolescentes más jóvenes se enfrentan con los recientes cambios de sus cuerpos, según la pubertad avanza con todas sus fuerzas. Esto les hace muy conscientes de su propia apariencia y origina esas demoras frente al espejo por las cuales los adolescentes son tan bien conocidos.

Es en esta época que el teléfono se convierte en un problema en muchos hogares, cuando los adolescentes más jóvenes comienzan a transferir su lealtad de los padres al grupo de sus iguales. Tanto emocional como económicamente, los adolescentes más jóvenes siguen dependiendo de sus padres; un hecho que, en la mayoría de los casos, les fuerza aún más a demostrar que pueden manejar bien las cosas sin la intervención de los adultos. Los cambios de humor son comunes cuando los adolescentes más jóvenes vacilan entre la posición de