Copyright © 2007 por Grupo Nelson
Una división de Thomas Nelson, Inc.
Nashville, Tennessee, Estados Unidos de América
www.gruponelson.com
Título en inglés: Get Out of That Pit
Copyright © 2006 por Beth Moore
Publicado por Integrity Publishers,
una división de Thomas Nelson, Inc.,
en asociación con Yates & Yates, LLP,
abogados y agentes literarios, Orange, CA.
Todos los derechos reservados. Ninguna porción de este libro podrá ser reproducida, almacenada en algún sistema de recuperación, o transmitida en cualquier forma o por cualquier medio —mecánicos, fotocopias, grabación u otro— excepto por citas breves en revistas impresas, sin la autorización previa por escrito de la editorial.
A menos que se especifique lo contrario, los pasajes bíblicos son tomados de la Nueva Versión Internacional® de la Santa Biblia. Derechos reservados © 1973, 1978, 1984, por la Sociedad Bíblica Internacional. Usado con el permiso de Zondervan. Todos los derechos reservados.
Traducción: Lesvia Esther Kelly
Tipografía: Grupo Nivel Uno, Inc.
Diseño de la portada: Chris Tobias, TobiasDesign.com
Foto de la portada: Michael Carr
ISBN-10: 1-60255-020-4
ISBN-13: 978-1-60255-020-9
ISBN-13: 978-1-41858-217-3 (eBook)
A las familias Tates y Weirs, por resistir un puñado de tremendas tentaciones que los habrían lanzado al pozo, y por confiar, en cambio, en la mano invisible de Dios. Gracias por hacerme sentir parte de la familia e invitarme a compartir innumerables momentos especiales. Soy una mejor persona por haberlos conocido.
Y en especial a mi amada Kendall, quien se rehúsa a desperdiciar ni un momento de la vida, no importa lo difícil que sea, en un pozo. Tú, querida, eres mi heroína. La señora Beth te aprecia muchísimo.
Contenido
Nunca he logrado entender la gracia de Dios para conmigo. Durante toda la vida me ha costado ver algo valioso en mí; en cambio, no me ha sido difícil reconocer el tremendo valor de los que Él me ha traído para que trabajen conmigo en el ministerio. Una de las maneras en que Dios ha tratado con esta situación ha sido mostrándome la excelencia y la pasión santa de estos colaboradores. Así, me ha enseñado que si personas como ellos han querido compartir de su tiempo y energías, entonces Él hará algo que valga la pena.
La lista de las manos que están puestas en este arado es larga. También se convirtió en un proyecto que costó mucho emocionalmente, porque a la mayoría de los inversionistas principales en todas las áreas necesarias para editarlo y publicarlo, Dios les permitió experimentar el mensaje a través de una invitación extraña a que fueran a sus propios pozos. Pudimos resistir porque Dios nos ha equipado fielmente, y en el proceso, ha hecho que nos sintamos más apasionados en cuanto a este proyecto.
La vida nos invita una y otra vez a meternos en el pozo. Eso es todo. Es por eso que les doy mil gracias a Rob Birkhead, a Betty Woodmancy, a Barb James, a Kris Bearss, a Jennifer Day, a Amy Williams y a Scott Harris por asegurarse de que este mensaje llegara a las manos de los lectores, y a Laura Kendall por escribir las preguntas de la guía de descubrimiento que les ayudará a participar.
Jeana Ledbetter, mi querida amiga, recibiste el golpe más fuerte de todos cuando estábamos siendo probados por estos conceptos y fuiste la que mejor resistió. Nadie trabajó tan duro como tú. Eres una mujer excelente y sin duda Cristo está muy complacido contigo. Nuestra relación es de por vida.
Sealy Yates, eres un gran amigo. Realmente eres digno de confianza. Me encantas. Los correos electrónicos que me enviabas siempre se convertían en mensajes de inspiración diaria para mí.
Joey Paul y Byron Williamson, me robaron el corazón con cada esfuerzo que hicieron y se arriesgaron como lo plantea el libro Voices of the Faithful. Ustedes son mis queridos hermanos en Cristo. Como Sealy y Jeana pueden atestiguar, nunca tuve la intención de publicar este libro con ninguna otra persona. Este es un libro de Beth, Joey y Byron.
Tom Williams y Leslie Person, gracias por el excelente trabajo editorial que hicieron. Este libro salió mucho mejor por ustedes. Y gracias por tener tanta paciencia con el estilo de escribir tan irritante que tengo. Nunca dije que era una buena escritora. Sólo amo a las personas. Y estoy locamente enamorada de Jesucristo.
Al concluir esta lista, guardo la parte más profunda de mi corazón para lo último. Estoy sumamente agradecida a la gente de Living Proof Ministries que labora junto conmigo. No tengo idea de lo que haría sin ustedes. No me hagan averiguarlo. Ustedes son mis mejores amigos del mundo.
Se me hace un nudo en la garganta al darles las gracias a mis queridas hijas: Amanda y Melissa. Sólo me puedo imaginar lo difícil que les ha sido a veces tener una mamá que ha hecho de su vida, y consecuentemente de las suyas, un libro abierto. No han hecho nada más que apoyarme mientras que cuento toda clase de historias acerca de ustedes. Son unas muchachas excelentes y la prueba más clara de mi vida de que Dios ha compensado los años que las langostas devoraron.
Curt, mi querido yerno, gracias por unirte a la locura. Eres mi predicador favorito.
Keith, mi amor, eres un verdadero compañero en el ministerio y ciertamente en este mensaje. Aún después de todo lo que hemos pasado, te escogería una y otra vez, sólo para llegar al punto donde estamos ahora. Todavía estoy muy enamorada de ti. Tengamos juntos, muchos nietos.
Y gracias a ti mi fiel Salvador por sacarme del pozo y por arriesgar tu nombre conmigo. Te adoro.
Me siento muy honrado de que mi esposa me haya pedido que escriba este prólogo. Muy pronto se dará cuenta por qué sólo hay una escritora en nuestra familia. Conocí a Beth casi treinta años atrás en una fiesta de la asociación estudiantil. Ella era, lejos, la muchacha más bonita de todas. Y lo sigue siendo. Fue aquel el comienzo de un romance extraño que nadie podía entender. La gente estaba desconcertada porque no parecíamos tener nada en común. Cuando yo tenía dos años y medio de edad, mi hermano Duke que tenía cuatro y yo fuimos víctimas de una explosión y quedamos atrapados dentro de un garaje que empezó a incendiarse. La rápida acción de mi papá me salvó la vida a mí pero vi a mi hermano Duke morir quemado.
Beth tuvo su propio trauma cuando era niña. Ambos tratamos de entender lo que nos había pasado, ella a través de hallar a Jesús, yo a través de la psicología.
Satanás vino por nosotros a temprana edad. Supongo que pensaba que al manipularnos podría herir a más personas que matándonos de una vez. Sin embargo, lo que haya sido que pensó acerca de nosotros, Dios lo transformó en bien. Hizo que el dolor de nuestras heridas fuese tan intenso que llegáramos a desear hacer cualquier cosa para salirnos del cautiverio generacional al que trató de someternos. Estoy hablando de alcoholismo, traición, abandono, depresión, ira, adicción sexual, y casi cualquier otra cosa que pudiera parecerle como parte de nuestra herencia. Luchamos intensamente en nuestra propia versión de lo que la Biblia llama el hierro se afila con el hierro. A veces el dolor era tan grande que yo le pedía a Dios que me dejara morir si mi dolor no podía ser útil para un propósito mejor.
Supongo que ya para este entonces usted habrá podido darse cuenta qué es lo que teníamos en común Beth y yo treinta años atrás. Los dos estábamos tan heridos que había muy pocas esperanzas de recuperarnos.
Pero en Dios hay esperanza. Él renovó nuestras mentes y puso su vista sobre todas las generaciones vivientes de nuestras familias. He visto cómo buscó a nuestras sobrinas, sobrinos, hermanos y hermanas para su gloria eterna. Recibimos nuestra salvación, pero no debemos parar allí y conformarnos con vivir una vida superficial. Como dice Filipenses 2.12-13: «… lleven a cabo su salvación… pues Dios es quien produce en ustedes tanto el querer como el hacer para que se cumpla su buena voluntad». Tenemos que seguir haciendo cosas con Dios, hasta que la libertad y el propósito se cumplan.
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