Amor audaz
Copyright © 2015 por Elizabeth Moore
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B&H Publishing Group
Nashville, TN 37234
Clasificación Decimal Dewey: 248.843
Clasifíquese: Vida Cristiana/Mujeres.
Publicado originalmente por B&H Publishing Group con el título Audacious © por Elizabeth Moore.
Traducción al español: Sofía Martínez Jackson
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Las citas bíblicas se tomaron de la Nueva Versión Internacional, © 1999 por la Sociedad Bíblica Internacional. Usadas con permiso. Las citas bíblicas marcadas NTV se tomaron de la Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010. Usadas con permiso de Tyndale House Publishers, Inc., 351 Executive Dr., Carol Stream, IL 60188, Estados Unidos de América. Todos los derechos reservados. Las citas bíblicas marcadas RVR1960 se han tomado de la versión Reina-Valera Revisada 1960 © 1960 por Sociedades Bíblicas en América Latina; © renovado 1988 Sociedades Bíblicas Unidas. Usadas con permiso. Las citas marcadas PDT se tomaron de la Palabra de Dios para Todos © 2005, 2008, 2012 Centro Mundial de Traducción de la Biblia. Usadas con permiso. Las citas marcadas TLA se tomaron de la Traducción en Lenguaje Actual © 2003 por Sociedades Bíblicas Unidas. Usadas con permiso. Las citas marcadas BLPH se tomaron de La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España. Usadas con permiso.
ISBN: 978-1-4336-9076-1
Impreso en EE.UU.
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«La fe no consiste en aferrarse a un santuario,sino en la peregrinación eterna del corazón.
El anhelo audaz,los cánticos apasionados,los pensamientos intrépidos,
un impulso que avasalla el corazón y usurpa la mente:
Todo ello nos impulsa a servirlo a Él,quien repica en nuestros corazones como una campana».
Abraham Joshua Heschel y Samuel H. Dresner en I Asked for Wonder: A Spiritual Anthology
[Pedí maravillas: Una antología espiritual]
Agradecimientos
Veinte años de trabajo para una editorial ofrecen a una autora innumerables oportunidades para agradecer. Una escritora no persiste con una misma editorial por tanto tiempo si la relación con ellos es lamentable. Persiste porque, de algún modo, entre los cartuchos de tinta, los mensajes de correo electrónico, las llamadas en conferencia, los mensajes de texto, las conversaciones por Skype, los manuscritos, los plazos de entrega y las correcciones, estableció una conexión con la gente que trabaja allí. Personas totalmente diferentes, provenientes de lugares distintos y con perspectivas variadas, de algún modo, se encontraron en la misma página y la enviaron a imprimir. Para mí, todo el proceso siempre ha mantenido su magia. Solo Dios pudo forjar la duración, la profundidad y el alcance de la relación ministerial que he tenido el privilegio de compartir con LifeWay Christian Resources. Es un milagro que, a esta altura, todavía no estén hartos de mí, por lo que les daré a ellos el primer lugar en mis agradecimientos.
Mis queridos amigos y colegas de LifeWay, exploraría todos los diccionarios existentes si pudiera encontrar una nueva manera de decirles muchas gracias por colaborar conmigo en un mensaje más. Me quedan las mismas dos palabras ya agotadas, pero se las hago llegar con cariño y una extraordinaria calidez. Faith, Paige, Amy y Becky, recordaré por mucho tiempo la llamada en conferencia en la que hablamos de este proyecto por primera vez. En una reunión de planificación para el siguiente año, me permitieron incluir este proyecto entre sus planes para este año y trabajaron a una velocidad sorprendente sin sacrificar en absoluto la excelencia para lograr terminarlo. Eso, queridas amigas, es ser audaces. No podría haber más coincidencia; este proyecto exigió audacia en todos los niveles. Gracias por todo el trabajo y el esfuerzo adicionales que dedicaron al proyecto. Espero que nunca los consideren una pérdida. Sobre todo, gracias por respaldar este mensaje con tanta genuina pasión. Siempre las querré.
Jennifer Lyell, disfruté de cada segundo de trabajo contigo. Eres de las mejores editoras: no haces correcciones de más, ni de menos, sino la cantidad justa. Estoy plenamente agradecida por tus comentarios, tanto profesionales como personales. Has trabajado ardua y rápidamente.
Keith Moore, en mis veinte años de trabajo, ninguno de mis manuscritos podría haberse completado sin tu apoyo. Estar casado con alguien tan extravagante como yo no es una tarea para débiles ni temerosos. Gracias por no quedar atónito ni decirme que estaba fuera de mis cabales al pretender agregar este proyecto a una agenda ya ocupada. Tener un hombre que siempre me diga «Cariño, puedes hacerlo» es un regalo de Dios que no tiene precio. Te amo intensamente. Gracias por ayudarme a mantenerme fiel a mí misma.
Amanda y Melissa, gracias por su compañía, sus risas, su cariño constante y su paciencia. Si ustedes no creyeran en lo que yo escribí aquí, este libro no tendría sentido. No hay nadie en este mundo que me importe más que ustedes dos. Nadie en el mundo me inspira más que ustedes. Son manifestaciones vivas y palpables de la inconmensurable gracia que me demuestra Dios. Amo ser su madre.
Curtis, mi yerno y pastor, gracias por orar siempre por mí, por animarme y por tu interés continuo en mis trabajos. No tengo palabras para decirte cuánto te aprecio.
Jackson y Annabeth, disfruto de ustedes incansablemente y hacen que tenga una visión de futuro en cada tarea del ministerio que se me encomienda. Estoy ansiosa por ver lo que Jesús hará en sus vidas. Son los mejores nietos del mundo. Estoy para ustedes.
GP, Susan, KMac, Kimberly, Jenn, Nancy, Sherry, Johnnie, Evangeline, Diane y Mary, mis colaboradores en Living Proof Ministries y los más queridos compañeros de la vida: su arduo trabajo, sus continuas labores de amor, sus oraciones, sus palabras de aliento y sus exhortaciones han permitido que durante veinte años escribiera libros que, de otro modo, nunca se habrían plasmado en una página.
Travis, Angela, Christine y Priscilla, son una fuente de constante aliento para mí. Amplían mi perspectiva. Agrandan mi corazón. Me hacen reír. Me llaman a creer. Me estimulan. Me hacen valiente.
Jesús, Tú iluminas las estrellas, cuelgas la luna y enciendes sol. Tu amor incesante salvó mi vida, salvó a mi familia y salvó mi cordura. Todo ápice de dignidad que poseo es un testamento de Tu misericordia. Te pido que seas el deseo que impulse mi vida. Guárdame.
La frase adverbial que completó mi visión
A bordé un avión en Seattle bajo un espectacular cielo despejado para regresar a mi hogar en los alrededores de Houston. El monte Rainier se veía gratamente soberbio ese día; lucía un denso manto de nieve de fines del invierno sobre un fondo de color azul vivo. En ese vuelo, me tocó un asiento de mampara, por lo que tuve que colocar mi equipaje de mano en el compartimiento superior en lugar de dejarlo a mano debajo del asiento de adelante. A fin de ocupar el tiempo hasta poder levantarme del asiento y tomar mi computadora portátil, busqué dentro de mi bolso y saqué un libro que un buen amigo, Travis, me había prestado en nuestra conferencia.
En el segundo capítulo del libro, se presentaba un conjunto de preguntas simples (comunes, en realidad) que me conmocionaron y me llenaron de curiosidad, como si nunca antes me las hubiera planteado. En realidad, sí me las había planteado antes. Y, probablemente, tampoco sean una novedad para la mayoría de ustedes. Pero, en mi caso, había pasado mucho tiempo desde que había reflexionado sobre preguntas como aquellas. Las personas con una frenética mentalidad de estudiantes tienden a ver todo como si fuera una clase. Cuando leo un libro, el autor se convierte en un docente y todas las preguntas me remontan a la escuela Northbrook High y me hacen sentir una ridícula obligación de responderlas. Al tratar de formular una respuesta auténtica para esas dos preguntas básicas, me sentí profundamente conmovida y eso me llevó a escribir estas páginas. Nada me ayuda más a pensar las cosas que un documento de Word en blanco con un cursor intermitente.