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Sinopsis
El 9 de noviembre de 2020, Albert Bourla, el director general de Pfizer, anunciaba un gran avance en la lucha contra el COVID-19, la aprobación de su primera vacuna ARNm. La noticia llegó en medio de un aterrador aumento de nuevas infecciones y muertes, y consolidaba así el liderazgo de la farmacéutica en una frenética carrera mundial que se había desarrollado a velocidad récord.
Elegimos ir a la Luna es el testimonio en primera persona de los nueve meses que transcurrieron entre el inicio de la pandemia y la aprobación de la vacuna y de cómo Albert Bourla, inmigrante griego, hijo de supervivientes del Holocausto y veterinario de formación, se enfrentó a los obstáculos, presiones y dificultades para resolver una crisis pandémica inaudita.
Este libro es la crónica escrita en primera persona de uno de los logros científicos más significativos de la historia de la humanidad, pero es, ante todo, una magnífica demostración de la fuerza de una idea: cómo hacer posible lo imposible.
Elegimos ir a la Luna
Crónica desde dentro de cómo se hizo posible lo imposible
Albert Bourla
Traducción de Arnau Figueras Deulofeu
A los más de 5 millones de personas
que han perdido la vida por el COVID-19
y a sus familiares y seres queridos.
A los 250 millones de pacientes que
se contagiaron, lucharon y sobrevivieron.
A los más de 46.000 pacientes que participaron
en los ensayos clínicos de la vacuna.
A mis compañeros de Pfizer y a sus familias,
que hicieron posible lo imposible.
A nuestros socios de BioNTech y, en particular,
a Uğur Şahin y Özlem Türeci.
A mi esposa, Myriam, y a mis hijos,
Mois y Selise, que estuvieron a mi lado
y me apoyaron durante todo este tiempo.
Prólogo
Hace ya treinta y cinco años de mi moonshot,cuando, junto con mis compañeros del Centro Carter, me propuse erradicar la dracunculiasis, una enfermedad provocada por la lombriz de Guinea, un horrible parásito que afligía a más de 3,5 millones de personas principalmente en zonas empobrecidas de África. En la actualidad, hay menos de treinta casos de esta enfermedad en el mundo.
Ese objetivo fue la semilla de las décadas de trabajo del Centro Carter dedicadas a mejorar la salud mundial combatiendo seis enfermedades tropicales olvidadas y prevenibles en decenas de miles de comunidades que carecen de recursos sanitarios. A diferencia del COVID-19 , que ha afectado a casi todos los habitantes del planeta, esas enfermedades están en buena medida olvidadas y, por tanto, los países desarrollados las ignoran.
La lección más importante que aprendimos al enfrentarnos a esas enfermedades es la importancia de la colaboración entre sectores con tal de mejorar la salud pública mundial para todas las personas y, más importante aún, a no rendirnos nunca.
Nuestro trabajo no sería posible sin la innovadora industria farmacéutica. La medicina es clave para eliminar y erradicar muchas enfermedades. De hecho, uno de los programas de los que me siento más orgulloso es la iniciativa del Centro Carter para eliminar el tracoma —una enfermedad que provoca ceguera— en colaboración con la compañía Pfizer y otras organizaciones durante más de veinte años.
Estamos haciendo verdaderos progresos, pues en 2021 once países fueron declarados libres de tracoma por la Organización Mundial de la Salud. Mi esperanza es que podamos lograr la eliminación mundial del tracoma antes del año 2030. Nuestra colaboración con Pfizer ha sido fundamental para luchar contra el tracoma, así que para mí es un placer presentarles la historia del desarrollo de la vacuna de Pfizer contra el COVID-19 . Era un moonshot que el mundo necesitaba y es una prueba de que el doctor Bourla y Pfizer tienen la profunda convicción de que «la ciencia ganará».
Pfizer fue la primera empresa en obtener la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos y en recibir la autorización para uso de emergencia de una vacuna contra el COVID-19 . El liderazgo resolutivo del doctor Bourla inspiró a los hombres y mujeres de Pfizer para hacer posible lo imposible. Esas personas merecen nuestro reconocimiento por su determinación al abordar dicha enfermedad. Yo he tenido la suerte de poder visitar Pfizer y he visto de primera mano el orgullo que sienten por su trabajo. Me sentí agradecido, pero no me sorprendió, cuando emprendieron ese cometido: generaron esperanza cuando el mundo carecía de ella, creyeron en el poder de la ciencia cuando el mundo tenía dudas y se retaron a sí mismos a no rendirse.
Van ustedes a quedar maravillados por los entresijos del ambicioso proyecto de Pfizer. A continuación, verán lo que hubo que hacer para descubrir, desarrollar y sacar al mercado la primera vacuna contra el COVID-19 .
Presidente J IMMY C ARTER
Plains, Georgia
Introducción
La suerte solo te sonríe si estás preparado
Nunca la excelencia es un accidente, sino el resultado de elegir acertadamente entre muchas alternativas.
Lo que determina tu destino son tus elecciones, no la casualidad.
A RISTÓTELES , c. 384-c. 322 a. C.
El martes 31 de diciembre de 2019, las autoridades chinas alertaron a la Organización Mundial de la Salud de la existencia de un misterioso virus que había provocado una enfermedad parecida a la neumonía a un pequeño grupo de pacientes de la ciudad de Wuhan. Poco después, ese nuevo virus fue identificado como SARS-CoV-2 . El martes 8 de diciembre de 2020, cuando no había transcurrido ni un año, se le administraba a Margaret Keenan, de casi noventa y un años, una vacuna de Pfizer/BioNTech contra el COVID-19 en el Hospital Universitario de Coventry, en Inglaterra. Así, Keenan se convertía en la primera persona del mundo en ser vacunada contra la pandemia más devastadora de los últimos cien años empleando la tecnología del ácido ribonucleico mensajero (ARN mensajero o simplemente ARNm). Vestida con un alegre jersey navideño, la anciana recibió la ovación del personal de enfermería y los trabajadores del hospital mientras era conducida por el pasillo en una silla de ruedas. Al mismo tiempo, en todo el Reino Unido había gente celebrándolo como si se tratara del fin de una guerra y no del lanzamiento de una nueva vacuna.