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Gaby Vargas - Yo decido: Es tu vida, ¡vívela! Que nadie decida por ti

Aquí puedes leer online Gaby Vargas - Yo decido: Es tu vida, ¡vívela! Que nadie decida por ti texto completo del libro (historia completa) en español de forma gratuita. Descargue pdf y epub, obtenga significado, portada y reseñas sobre este libro electrónico. Año: 2013, Editor: Penguin Random House Grupo Editorial México, Género: Ordenador. Descripción de la obra, (prefacio), así como las revisiones están disponibles. La mejor biblioteca de literatura LitFox.es creado para los amantes de la buena lectura y ofrece una amplia selección de géneros:

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Gaby Vargas Yo decido: Es tu vida, ¡vívela! Que nadie decida por ti
  • Libro:
    Yo decido: Es tu vida, ¡vívela! Que nadie decida por ti
  • Autor:
  • Editor:
    Penguin Random House Grupo Editorial México
  • Genre:
  • Año:
    2013
  • Índice:
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Yo decido: Es tu vida, ¡vívela! Que nadie decida por ti: resumen, descripción y anotación

Ofrecemos leer una anotación, descripción, resumen o prefacio (depende de lo que el autor del libro "Yo decido: Es tu vida, ¡vívela! Que nadie decida por ti" escribió él mismo). Si no ha encontrado la información necesaria sobre el libro — escribe en los comentarios, intentaremos encontrarlo.

Manual en el que Gaby Vargas explica, a través de reflexiones y anécdotas, qué se necesita para destacar en la vida laboral, en las relaciones con los demás y alcanzar la felicidad.

Gaby Vargas, la autora líder en temas de desarrollo humano, te ofrece en este bestseller las herramientas más efectivas para elegir lo mejor, ser lo mejor y compartir lo mejor.

No puedes decidir tus circunstancias, pero sí tu actitud ante ellas. Elegir está en tus manos.

Hay ocasiones en las que nos sentimos atrapados por malas decisiones, en que creemos que la felicidad está en encontrar a la pareja ideal, el empleo mejor pagado o el viaje soñado que nos prometieron. Nos dejamos llevar por la inercia de los días sin buscar los cambios que transformarán nuestra vida, y lo que es peor, a veces hasta nos quejamos de nuestra suerte. Pero, ¿sabes? Basta. Es momento de tomar las mejores decisiones en tu vida y cambiar radicalmente los hábitos negativos por decisiones correctas, acertadas, ¡maravillosas!

Yo decido es un manual que te ayudará a empoderarte para destacar en tu trabajo, tu vida cotidiana y tus relaciones con los demás. No importa a qué te dediques o lo que te propongas, lo realmente relevante es lograr tus objetivos.

El libro, con los siguientes apartados:

-Yo decido mi vida.

-Yo decido elegir.

-Yo decido mi actitud.

-Yo decido cuidarme.

-Yo decido amarme.

-Yo decido enfrentar a mis enemigos.

-Yo decido mi armonía.

-Yo decido perdonar.

-Yo decido agradecer.

Es una serie de reflexiones, anécdotas y aportaciones sobre estudios científicos orientada a mejorar nuestra conducta y empoderarnos. Gaby Vargas comparte lecciones de vida derivadas de situaciones límite, tanto personales como de seres humanos que la sorprenden por su entereza, valentía y decisión.

Yo decido es más que un libro de superación personal, es una invitación a tomar las mejores decisiones, a hacerse cargo de nuestras actitudes y errores, de nuestras virtudes y temores y encauzarlos hacia el bienestar, el amor, la realización y la felicidad.

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Dedicatoria A Joaquín mi padre porque en tus decisiones siempre hubo visión - photo 1

Dedicatoria

A Joaquín, mi padre:
porque en tus decisiones
siempre hubo visión,
fortaleza y valentía;
así trascendieron y
permanecen en mi vida.

————

A Pablo, mi compañero:
la decisión de pasar mi
existencia junto a ti, ha
sido la mejor de mi vida.
El amor y la determinación
con que vives me inspiran
y motivan.

————

“Nuestra filosofía

no se expresa en

palabras; se expresa

en las decisiones

que tomamos…

y las decisiones que

tomamos, en última

instancia, son nuestra

responsabilidad.”

Eleanor Roosevelt

————


Agradecimientos

Jorge Luis Borges decía: “Soy la suma de lo que he leído”, y me atrevo a agregarle, “y de lo que mis maestros me han enseñado”. Es por esto que agradezco de todo corazón a los grandes maestros que he tenido en mi vida y cuyas enseñanzas se reflejan en este libro: Joaquín Vargas, Gabriela Guajardo de Vargas, Pablo González Carbonell, mis hijos: Paola, Carla y Pablo; Diego y Toño, mis yernos, y mis ocho nietos de los cuales aprendo siempre.

Gracias a Miss Alice Riveroll, Ana Mary Saldívar, Germán Dehesa, Robert Holden, Hellen Palmer, David Daniels, Louise Hay, Richard Rizzo, Don Hudson, Andrea Vargas, Marcela Hernández, Ivette Soyoa, Marianne Williamson, Caroline Myss, Alicia Ramos y Cristina Quezada: de todos llevo en mí un pedacito.

Gracias a ti y a todos los lectores que me han apoyado desde que inicié mi carrera: por ustedes y para ustedes es este libro.

Gracias al Grupo Editorial Santillana, mi casa editorial, por su gran esfuerzo para concretar este libro. En especial a Carlos Ramírez por su confianza, a Paty Mazón por sembrar la semilla que originó este trabajo, a César Ramos y Sara Schulz, por su paciente y atinado trabajo editorial. A Claudia López y David García Escamilla, por el entusiasmo en la promoción del libro, a Paola González Vargas, por las fotografías para portada y promoción, y a Enrique Hernández y Ramón Navarro por la creación y diseño de sus interiores.

Gracias a José Luis Caballero, por proteger y asesorar mi autoría.

Gracias a Benicia Anaya, mi asistente, por su gran disposición y efectividad.

Gracias a las personas que generosamente compartieron momentos trascendentes en su vida, como mis queridas amigas: Consuelo Duval, Martha Sofía Elizondo y Luz María Rodríguez; a Emma Vianey, Elvira Nuñez, Gil, Martha Monzalvo, Beatriz López, María Luisa Flores, Karen Castañeda de la comunidad twittera…

A todos, de corazón, gracias .


Prólogo

Era época de sequía. Aquella mañana salí muy temprano a caminar en el campo. Los tonos paja, castaño y café predominaban en el panorama que mi vista podía alcanzar. Sin ser el paisaje ideal, tenía su propia belleza.

Mientras avanzaba, vi de pronto una flor silvestre, morada, que crecía en medio de la hierba seca. “¿Qué haces aquí? ¿Cómo pudiste crecer?” No me lo explicaba. Verla me llenó el espíritu. Seguí mi camino al tiempo que reflexionaba sobre esa flor como un ejemplo de fortaleza y una metáfora que podía aplicarse a muchas áreas de la vida.

¿Cuánta gente con la que nos encontramos es como la hierba seca? Su energía es negativa, está muerta en vida, sin luz en la mirada; no le gusta su trabajo, no le gusta su vida, no le gusta su pareja. Pareciera que vive en una constante lucha de antemano perdida. Ignora que con esa actitud está destinada a la frustración.

¿Será difícil ser como esa flor? ¿Ser una persona que honra la vida sin importar en qué circunstancias se encuentre, que florea independientemente de lo que le rodea, como si estuviera consciente de que la responsabilidad de ser feliz es de ella y de nadie más? Ésa es la pregunta que me motivó a escribir este libro.

Hoy estoy convencida de que la posibilidad de afirmar “yo decido” surge de una visión de la vida, de la confianza, de una actitud: mi actitud y de nadie más. Mas debo reconocer que no siempre seguí este precepto, en muchas ocasiones me equivoqué, tomé malas decisiones y consentí que otros decidieran por mí.

Permíteme que te comparta mi experiencia.

Soy adicta al trabajo. Llevo diez años en recuperación y ahora sé que ser trabajo-adicta se puede controlar, aunque la tendencia permanece latente. Podría justificar este rasgo de mi carácter y decirte “me fascina lo que hago”, lo cual, aunque es cierto, tiene un trasfondo. Lo que en realidad nos motiva a caer en una adicción –ya sea comida, bebida, compras, cigarro y demás– es un impulso obsesivo. Sí, es una obsesión inconsciente que nos lleva a esconder, disfrazar o evadir ese enorme vacío interior que sentimos. Al tener este tipo de conductas obsesivas lo que en realidad buscamos es la aprobación, el cariño o la admiración de las personas que nos rodean. El punto de partida para desarrollar una adicción es que no logramos satisfacer lo anterior por nosotros mismos.

Hoy puedo darme cuenta de que he sido la única responsable de lo que soy y de lo que seré mañana. Y ésa es la premisa de este libro: en cada momento decidimos quiénes somos, qué queremos, qué podemos hacer y qué merecemos –o qué no–, guiados por nuestros pensamientos, nuestra manera de vernos y lo que creemos del mundo y de nuestra propia persona, seamos conscientes de ello o no.

En mi caso, idealizaba el trabajo, pensaba que a través de él y del agotamiento que me causaba llegaría un día a “sentirme bien”, tendría el cariño y la admiración de los otros. En mi visión de entonces esto, a su vez, daría lugar a mi propia aceptación y, más tarde, me daría también la paz interna. Durante 25 de los 35 años de mi vida laboral caí en esa trampa. Y no fui responsable de mí misma, sino que otras cosas y otros decidieron por mí: el ego decidió por mí, el trabajo decidió por mí, el miedo al rechazo decidió por mí, la moda decidió por mí, la búsqueda de sentido de pertenencia decidió por mí, el “qué dirán” decidió por mí, el “deber ser” decidió por mí, el estrés decidió por mí, la vanidad decidió por mí y el afán de lograr una meta, ignorando lo que mis valores me dictaban, también llegó a decidir por mí.

Hace diez años, diversas circunstancias me hicieron despertar. Con ellas pude darme cuenta de que con frecuencia los mejores regalos que la vida nos envía vienen envueltos en un papel nada agradable. Tuvo que pasar el tiempo para, a la distancia, apreciar su valor.

Fue hasta entonces que vi que no tienes que ser perfecto para ser digno de ser amado; que no vales por lo que haces, vales por lo que eres. Equivocarse, meter la pata o fracasar no toca la perfección de nuestra esencia interna. Al contrario, todos esos tropiezos están bien, ¡ésa es la vida! Así, gracias a un proceso nada fácil, me hice poco a poco consciente de que las cosas que en realidad importan se pueden contar con los dedos de una mano y, sobre todo, de que la felicidad es responsabilidad propia y de nadie más.

En estos diez años que llevo concentrada en otro tipo de trabajo –el interior–, he procurado construir una estructura interna que fortalezca lo que en realidad soy, más allá de los deberes y conquistas externas. Gracias a eso he podido, paulatinamente, ser cada vez más sensible a esa voz íntima que debe guiarnos en la toma de decisiones y en cualquier cosa que hagamos, en vez de escuchar a nuestros temores que se empeñan en decirnos que no somos dignos de amor o de consideración.

La pregunta que con frecuencia nos hacemos es si nuestro destino está escrito o lo escribimos, si somos autores o personajes. Nadie tiene una respuesta definitiva en ninguno de los dos sentidos. Personalmente considero que en parte nos escribimos y en parte estamos escritos. Te lo planteo de la siguiente manera: en esta vida no elegimos el lugar ni el día de llegada, tampoco sabemos por qué llegamos, no decidimos nuestro sexo ni escogemos a nuestros padres o hermanos. No elegimos nuestros rasgos físicos ni nacer con salud o con algún padecimiento. De la misma manera, ignoramos el día en que dejaremos este cuerpo en el mundo.

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