A Pablo, mi hijo,
por lo que nos ha
enseñado con
su sensibilidad y
espíritu de búsqueda.
Agradecimientos
Quiero agradecer a quienes me brindaron toda su ayuda para realizar este libro:
A Pablo, mi eterno amigo y esposo.
A mis hijos, Paola, Carla y Pablo, por su apoyo incondicional.
A mis hermanos Joaquín, Ernesto, Andrea, Francisco, Adrián y Alejandro.
A mis editores Armando Collazos, Vicente Herrasti y Karina Simpson. Y a Alejandra Romero por su dedicación.
Introducción
Los libros son, entre mis consejeros,
los que más me agradan porque ni el
temor ni la ambición les impiden decirme
lo que debo hacer.
ALFONSO II
Todo sobre la imagen del éxito es un libro que revela los secretos de un estilo de vida que nos hará sentir a gusto en todo momento. No sólo es un manual de buenas costumbres, sino que también es un espejo en el que podemos proyectar lo mejor de nosotros mismos, reflexionar y modificar aquellas actitudes con las que nos sentimos insatisfechos, sin perder nunca el sentido del humor. Si bien mejorar nuestra imagen pudiera considerarse como un acto estrictamente personal, en la práctica es un gesto de consideración hacia los demás y ¡cómo nos enriquece hacer feliz a la gente que está cerca de nosotros!
Cuando escribí los libros La imagen del éxito y Más sobre la imagen del éxito prometí a los lectores que después de leerlos se sentirían más seguros en sus carreras profesionales y en sus vidas personales. Lo hice a riesgo de que alguien pudiera decepcionarse. Sin embargo, agradezco la respuesta que fue enormemente apabullante: ¡más de 300 mil ejemplares vendidos hasta hoy! Sin lugar a dudas, este es un tema que a todos nos interesa.
En esta nueva versión actualizada, el lector encontrará los temas principales de los dos libros anteriores, agrupados en tres conceptos básicos: comunicación, atuendo personal y protocolo. Hay temas específicos para hombres y mujeres, sobre todo en lo que se refiere a guardarropa, pero en general busqué el punto de encuentro de ambos sexos en asuntos como las relaciones personales, sociales y de trabajo. Asimismo, actualicé los asuntos de la moda y enfaticé los aspectos clásicos; ¡créeme, hay cosas que nunca cambian!
Durante más de veinte años me he dedicado al estudio de la imagen de la gente, de su comportamiento, gestos, modales, vestimenta y lenguaje, y encuentro que existen ciertas características comunes entre las personas que consideramos “carismáticas”, aquello que las hace ser admiradas y respetadas por los demás, ya sea un líder o un amigo entrañable; es decir, la gente que de una u otra forma ha logrado el éxito en su vida. Lo que más me ha sorprendido es descubrir que, en esencia, la clave del éxito se basa en acciones extraordinariamente sencillas, como un saludo sincero y afectuoso.
Es muy importante recordar que la imagen del éxito no sólo se basa en vestirnos bien, saber comportarnos en público o relacionarnos con los demás, sino que reside en todos los aspectos profundos de nuestro ser.
Sigo creyendo que el genuino carisma no proviene de hacer bien o muy bien las cosas, no surge de una opinión exterior. Es un estado interior de ser, estar y sentirse bien. Es la armonía entre el alma y sus emociones que se nutre de amor, amistad, autenticidad e integridad. Es caerse bien, es entablar amistad con nosotros mismos, como resultado de saber que estamos dando nuestro “diez” en todas las áreas de nuestra vida. Ello requiere un esfuerzo constante por mantenerse bien, pues no es algo que aparece y permanece de manera constante.
La palabra “carisma” viene del griego carismata y quiere decir regalo de los dioses, o don de la profecía. En la época de los griegos se pensaba que se nacía con esta cualidad. Ahora sabemos que ese magnetismo mágico y misterioso es una habilidad que, como cualquier otra, todos podemos desarrollar. El problema hasta ahora es que nadie nos ha dicho específicamente cómo hacerlo. ¿Qué te parece si juntos develamos este misterio?
Al escribir este libro siempre tuve en mente exponer los conceptos, las sugerencias o los consejos de manera accesible, para que se puedan poner en práctica de inmediato. ¡Si un solo consejo de los que encuentres aquí te es útil para sentirte mejor y más seguro, cualquier esfuerzo habrá valido la pena!
Primera parte
Sobre la comunicación
Tu imagen, el mejor argumento
LA IMAGEN, ¿ALGO SUPERFICIAL?
Hablar de nuestra imagen, de cómo nos presentamos ante los demás o cómo vestimos, podría parecer algo superfluo o banal; sin embargo, estoy convencida de que no hay nada más alejado de la verdad.
Para entender mejor qué es lo que “la imagen” representa, apliquemos por un momento este concepto a otros terrenos.
¿Qué imagen tiene nuestro país? Recientemente tiene una imagen de cambio y democratización.
¿Qué imagen tiene hoy la ciudad de México? Cuando recibimos visitantes extranjeros o de otros estados quisiéramos que sólo vieran las bellezas que tenemos y pasar por alto la basura, la contaminación, el tráfico y la violencia. Habría que detenernos y preguntarnos si esa imagen que damos al exterior verdaderamente representa a los que vivimos en ella.
Nuestra colonia, ¿qué imagen tiene? Cuando camino por las calles del lugar donde vivo, agradezco ver que un vecino haya arreglado y pintado su fachada, que alguien más haya sembrado hiedra en la base de su barda o que la delegación haya mandado componer la banqueta que estaba rota desde hacía años. Esto mejora la imagen de la colonia donde habitamos y da dignidad a nuestra familia.
Cuando invitamos por primera vez a nuestros amigos o a los amigos de nuestros hijos a nuestra casa, ¿qué imagen tiene? Hay casas donde uno se puede llenar de la armonía que transmiten; en cambio, hay otras donde al entrar, sin saber exactamente por qué, se puede sentir que falta algo, especialmente amor. Lo que transmiten las paredes, la luz, la atmósfera, no se debe a lo que tenemos, sino a cómo tenemos lo que tenemos.
Como pareja, ¿qué imagen damos? ¿Cuántas veces vemos parejas que ya perdieron el interés en conquistarse? Cuando físicamente perdemos el interés de conquistar al otro, de alguna manera estamos mostrando que por dentro algo se nos está muriendo. ¿Cuántas personas conocemos que después de divorciarse empiezan a adelgazar, a hacer deporte y a preocuparse por su persona? ¿Por qué no lo hicieron antes? La imagen sólo refleja lo que sucede por dentro.
Ahora, piensa ¿qué imagen proyectamos como personas? Piensa en tu imagen como el empaque con el que te muestras a los demás, tanto en contenido como en presentación. El contenido es lo que somos, lo que llevamos por dentro; la personalidad se refleja en el brillo de los ojos, en la sonrisa encantadora, las palabras que expresan tus ideas y pensamientos, y en lo paciente que eres para escuchar, tu entusiasmo, tu actitud y tu trabajo.
La envoltura es nuestra apariencia: la limpieza, el cuidado que ponemos en nuestra persona, la complexión, el peso, la ropa que nos ponemos y la manera en que la llevamos, la postura, los lentes, los zapatos, el peinado, etcétera. Después de todo, nuestra apariencia es una forma de exteriorizar lo que llevamos dentro.
La venta de nosotros mismos comienza ahí. Podemos ganarla o perderla simplemente por el empaque.
Imagina que recibes un regalo cuidadosamente envuelto. Al verlo, ¿qué te imaginas que hay dentro?: algo bueno, bonito y de catidad, ¿no? Sin embargo, si ese regalo te llega con una envoltura rota, sucia y con la caja destrozada, al verlo, ¿no empiezas a preocuparte por el estado del contenido? ¿No es posible que inmediatamente pienses que es muy probable que sea un regalo reciclado del clóset? ¿O te imaginas que hay algo igual de bueno y bonito que en un regalo bien presentado?